Dopamina | Rosalie H. & Victoria S. (Terminada)

Capítulo 60

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- Por favor mándame mensaje cuando aterricen - Le pidió Natalie sin poder apartarse

- Sí Natalie - Le contesto Julia con suavidad- Estaremos bien

- Ya ni conmigo te pones así, madre - Le dijo Lydia celosa

- Ambas son como mis hijas - Le recordó- Y que una de las dos se vaya de viaje con su novia lejos, me preocupa - Dejo de abrazar a Julia para ver con diversión a su hija biológica

- Sí, sí - Rodo los ojos- ¿No que ya te ibas? - Siguió fingiendo celos

Tanto Natalie como los chicos se carcajearon ante la escena fingida de Lydia celosa. Julia beso su cabellera pelirroja para murmurarle un tierno "Te amo" sobre este mismo.

Victoria y Julia se iban a Europa solas para convivir los tres meses que no habían estado juntas y aprovechando la inmortalidad de ambas para relajarse alejándose de Beacon Hills y sus problemas sobrenaturales que siempre la rodeaban.

A Natalie le había dicho que quería un respiro por todo eso y para "superar" lo que vivió con los doctores, la señora Martin siendo tan comprensiva y amorosa con ella como siempre dejo que se fuera siempre y cuando le mandará mensaje en vez en cuando para que no se preocupara por nada.

Antonio se quería quedar en Beacon para seguir cuidando a su lindo cachorrito y a su pequeña pelirroja, aparte de que quería terminar sus estudios a la vez que los chicos y salir con ellos en la foto de graduación.

- Bienvenida a Londres, amor - Le dijo Victoria con diversión al ver los ojos brillantes y llenos de ilusión de Julia

- El big ben - Le dijo con ilusión- Es hermoso

Podían ver a la perfección el reloj desde su departamento que rentarían durante el tiempo que estarían en Londres, se acercó rápidamente al balcón para observar el hermoso panorama que tenían de la ciudad.

Victoria abrazo con cariño a Julia mientras observaba la cara de ilusión y emoción de esta misma, le daba ternura y gracia verla así de emocionada por un lugar, aunque no la culpaba, tenían una maravillosa vista.

- Vamos a cazar y aprovechamos para ver la zona - Le propuso para besar el hombro de su castaña

- Sí - Le dijo emocionada

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La femenina y tatuada mano de Julia se deslizaba con suma delicadeza y amor por debajo de la sabana que recubría ligeramente la desnudez pálida tan pálida de su amada apreciando cada centímetro de ella.

Los largos y suaves dedos acariciaban la piel tan pálida y suave de la cadera de la pelirroja quien estaba hipnotizada ante el tacto de su amada, sentía que se quemaba en el fuego más reconfortante y excitante que no quería que parara jamás.

El corazón de la castaña latía lo más fuerte que podía mientras besaba el hombro de su amada, sus dedos no solo acariciaban la piel, sino su alma. Esa alma tan imparable, sensual y ese toque tan misterio y elegante, esa fuerza de la naturaleza que combinaba tan perfectamente con la suya.

Eso son ambas, dos fuerzas de la naturaleza tan imparables e inevitables, ambas eran la cosa más peligrosa, calculadoras y frías que les creaba una aurora sensual y felina, ambas estaban unidas de tal forma que pensaban de la misma manera comprendiéndose con solo una mirada.

Lo único que se escuchaba en la sala del departamento eran los suspiros, jadeos y gemidos de ambas mientras disfrutaban de su encuentro carnal junto a los leves y rápidos latidos del corazón de la castaña, esos ojos cafés que tanto amaba la inmortal estaban llenos de amor y adoración con un brillo de lujuria y pasión que la llevaban a la cima.

La castaña no podía creer lo sumamente sensual que era su compañera con ese cabello largo, rizado y brillante de color naranja que se describiría perfectamente al fuego, un fuego que a la castaña amaba sentir entre sus dedos mientras la hacía suya.

Esa seductora silueta debajo de ella era tan felina y sensual acompañada de una suave y ronca voz llena de lujuria que complementaban perfectamente esa mirada feroz que la hechizaba en segundos.

- Julia - Gemio con fuerza enterrando sus uñas en la espalda levemente sudada de su compañera sintiendo como llegaba a lo más alto de su éxtasis

- Victoria - Gruñó llegando a la par con esa acción ligeramente dolorosa y sensual

Los ojos cafés de Julia se tornaron amarillos mientras sus colmillos salían, Victoria por inercia ladeo más su rostro indicándole que la marcara ahora mismo, no dudo en besar el lugar donde la volvería a marcar para enterrar sus caninos en ella con suma delicadeza.

Victoria había hecho lo mismo, pero con la posibilidad de darle pequeños tragos a la sangre tan apetitosa y caliente de su amada, ambas al sentir el nudo creándose no pudieron evitar volver a llegar a un tercer orgasmo sintiéndose en las nubes de la pasión y la lujuria.

- Te amo - Ronroneo Victoria contra su oído erizando la piel de la castaña

- Te amo más - Ronroneo Julia oliendo su marca en esa piel pálida que tanto amaba

Las manos de ambas seguían deslizándose sobre la otra con suma sensualidad y delicadeza apreciando cada centímetro de ellas admirándose con amor y adoración total.

Un gemido salió sin aviso de los labios rojizos e hinchados de Victoria cuando la castaña beso su marca, la rodeo con sus brazos y la apego más a ella sintiendo el calor de su cuerpo, miraba como el brillo leve producido por el sudor en el rosto de Julia, le daba ese toque sensual.

- Amo verte brillando por mí - Le dijo con picardía deslizando su dedo índice desde su clavícula hasta su abdomen

- Fetichista - Bromeo con picardía observando la silueta de Victoria como si fuera la mejor obra de arte de la tierra

- Eres mi fetiche favorito - Ronroneo para besarla creando una nueva guerra de dominancia

Durante toda la noche se estuvieron envolviendo lujuriosamente entre ellas sin poder dejarse de elogiar y admirar entre ellas, ambas podían ser demasiado pasional, pero jamás podían dejar a un lado todo ese amor y devoción que sentían una por la otra.

- Amo Londres - Dijo en un suspiro acariciando la espalda desnuda de Victoria con las yemas de sus dedos

- Solo llevamos una semana aquí - Le dijo con diversión posando su mentón en el pecho tatuado de Julia- Aunque no negaré que también lo estoy empezando amar - Con las yemas de sus dedos empezó a detallar la clavícula desnuda y algo sudorosa de la castaña

- Lo amo más porque estoy contigo - Le dijo suavemente mirándola con cariño- Más si te tengo encima mío totalmente desnuda - Sonrió con picardía haciéndola sonreír de la misma manera

- ¿Otra ronda? - Le pregunto ronroneando

- La pregunta me ofende, mi amor - Deslizo sus manos hasta llevar al respingado y suave trasero amasándolo a su gusto mientras la besaba con posesividad haciendo que gima sobre su boca

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