Capítulo 29

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Desde aquella noche entre los cuatro no volvieron a tocar el tema de los Cullen o algo relacionado con ellos para la salud sentimental y mental de los chicos.

Cora al ver a Julia fumando sentada en la barandilla de la ventana se acercó hasta sentarse con ella a su lado.

- No sabía que fumabas - Miraba el cigarro

- En un nuevo... Vicio desde que ella se fue - Murmuro mirando la ciudad iluminada por las farolas y focos de las casas latinas

- ¿Cómo... Era ella contigo? - Alzo su mirada hasta llegar a los ojos algo rojizos de su hermana

- Fantástica - La miro- Ella hacía que mis ganas de querer intimidar a todo mundo se alejasen, ella era la tranquilidad en mi vida, ella era mi inspiración para mis canciones y poesías, ella... Era mi todo - Miro a la cuidad nuevamente- Pero todo lo bueno tarde o temprano acaba

- Yo... Te diría que te entiendo, pero no es así - Puso su mano en el hombro de Julia

- ¿No hay ningún chico o chica latina rondando por tu cabecita? - La miro con picardía

- No - Negó con diversión- Me centre tanto en otras cosas así que ignore por completo aquello

- Es hora que te concentres en ti, todos estamos juntos así que no tienes más preocupaciones - Le sonrió de lado

Ambas se quedaron en silencio viendo la cuidad, Cora recostó en el brazo de Julia sintiéndose bien teniendo por fin a sus hermanos con ella a su lado. Julia estaba físicamente con sus hermanos, pero su mente estaba en aquella rubia despampanante que amaba.

Su corazón y alma estaban igual de rotas, aquella rubia inmortal había sido su luz después de la perdida de sus padres, después de que su mundo normal se cayó a pedazos, pero ahora ya ni ella estaba en su vida, la iba usado, la había utilizado solo para aliviar la soledad de la larga inmortalidad que vivía.

Su hermano se lo había advertido, no había creído que ella jugaría con sus sentimientos, no creía que su rosa siendo tan delicada y hermosa usaría sus espinas para lastimarla a ella, quien cuido, velo, protegió y amo con sumo amor profundo y sincero.

- ¿Pasa algo? - Le pregunto Cora mirándola confundida

- Nada, pensé ver algo - Parpadeo varias veces para apartar la mirada del bosque

- ¿Qué viste? - Miro la zona

- Unos ojos carmesí - Miro el árbol- En ese árbol, pero creo que ya estoy delirando, la sangre de los latinos es sabrosa, pero creo que tienen algo más

- Era un vagabundo al que le drenaste la sangre - Razono la menor- Debe tener drogas en sus sistemas

- Muy malas - Arrugo su nariz disgustada- Pero que se podía esperar de un vagabundo

- ¿Solo lo dejarás así? - Miro el cuerpo sin vida

- Sí - Alzo una ceja- Es un vagabundo, ¿Quién lo debe de estar buscando? Exacto, nadie

- Para empezar, ¿Desde cuándo tomas sangre humana? - La miro- Era sangre animal la que tomabas

- Lo acabas de decir, antes tomaba sangre animal - Asintió- Fuera de Forks puedo tomar toda la sangre humana que quiera

- Cuando la tomas tus ojos se ponen carmesí - Le comento pasando a su lado- Cuando paras vuelven a hacer cafés

- ¿En serio? - La siguió- Cuando estoy en mi lado lobo los sigo teniendo amarillos

- Pues ahora lo sabes y cuando te enojas brillan levemente, como los carmesí - Le dijo distraída mirando la zona

- ¿Qué almorzaremos hoy? - Le pregunto entrando a la casa

- Pizza - Contesto Antonio desde el cuarto de invitados

- Nada de pizza - Gruñó Cora- No siempre es pizza, hamburguesas y fritangas

- ¿Vas a cocinar entonces? - La miro con diversión

- Vamos - Apunto a ambas- Aprovechemos tus días aquí, haremos pasta juntas

- Como ordene mi capitana - Hizo un saludo militar para seguirla



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- Deja de fumar - Canturreo Cora detrás de ella

- ¿Cómo curas un corazón y alma rota? - Le pregunto ignorando su petición- Sí, con el tiempo se cura, pero ¿Qué más lo puede curar?

Cora suspiro para sentarse en la banqueta con ella viendo como seguía fumando esa asquerosa cosa que odiaba que se introdujera en el sistema de su hermana.

- No sé, simplemente no lo sé Juls - La miro con tristeza- Perdimos tantos años separas que no se ni como reconfortarte y tampoco soy buena en eso

- Con tu mera existencia me lo das, Cora - La miro- A mi cerebro no le cae el 20 que sigues viva, cada que te miro es como si este se negara y creyera que eres solamente una ilusión de alguna droga o algún sueño

- Pero lo estoy, estoy viva - Le sonrió con diversión- El estar dolida te pone tan melancólica

Julia rodo los ojos con diversión para terminar el cigarro, lo tiro a la calle para después aplastarlo con ayuda de su pie.

- Sígueme, enana - Le pidió parándose de la baqueta

Entraron hasta la sala, conecto su celular a la bocina que tenía Cora en la sala y puso música clásica.

- No pienso...

- No tienes que pensar - La interrumpió- Solo dejarte llevar

Puso su mano izquierda en la cintura de su hermana para agarrar su mano y ponerla en su hombro, la otra mano la elevo para que empezaran a bailar.

>> Solo déjate llevar, yo te guio - Le sonrió al verla bailar torpemente

- Sí así la enamoraste, no quiero saber que tanto tardaron para tener sexo - Bromeo

Julia rodo los ojos con diversión - Eres insoportable, enana gruñona

Ahora Cora fue la que rodo los ojos con diversión sin poder reprimir una sonrisa de lado, después de unos minutos ambas bailaban más sincronizadas.

Cora recostó su cabeza en el pecho de su hermana escuchando los latidos lentos de ella, Julia ladeo su cabeza para recostarla en la cabellera castaña de la menor, ambas disfrutaban el poco tiempo juntas hasta después de año nuevo.

Para desgracia de ambas, Julia y Antonio solo iban a poder estar un tiempo con ellos para después volver, pero esta vez pasarían a Los Angeles para ver a sus abuelos y terminar de pasar las vacaciones con ellos.

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Dopamina | Rosalie H. & Victoria S. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora