Dopamina | Rosalie H. & Victoria S. (Terminada)

Capítulo 30

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Los Hale-Gallego se sentían tan completos y felices al estar los cuatro hermanos juntos, entre ellos sabían complementarse perfectamente.

Cora y Derek eran los serios y gruñones mientras que Julia y Antonio eran los más burlones con toques serios. Eran el día y la noche, blanco y negro, eran la combinación perfecta.

Derek al tener a los chicos con él más disponible y con más tiempo pudo enseñarle a pelear mejor, sobre todo ahora con su nuevo plan cuando regresarán a Estados Unidos solos, ellos necesitarían tener mayor entrenamiento ante el descontrol que tuvieron por los Cullen.

- Es todo por hoy - Les dijo Derek cansado agachándose por su botella de agua- Juls, por cierto, has mejorado tu control a la sangre cuando cambiaste tu alimentación

- Ya me hubiera drenado apenas me corte - Le dijo Cora recortando cuando se lastimaba por los entrenamientos en el bosque

- La sangre animal nunca me sacio en realidad - Lo admitió- Ahora con la sangre humana me acostumbro al olor así que ya no me tenso como antes, pero si aparece una tua cantante tendré serios problemas

- ¿Qué son las tuas cantantes? - Le pregunto Cora frunciendo ceño

- Son los humanos que tienen un aroma intenso e irresistibles para ciertos vampiros en específico, es como si la sangre de ese humano te llamara tanto para que la pruebes - Le explico Julia acercándose a ella- Son el bocadillo privado para ese vampiro o vampira

Cora asintió entendiendo con facilidad la explicación de su hermana, le entrego una botella de agua fría. No pudo evitar ver el tatuaje de la mano de su hermana, era más que obvio del porqué de ese tatuaje.

- Ya te disté cuenta - Murmuro viendo como miraba el tatuaje

- Sí, lamento no haber estado contigo cuando paso - Le dijo con pena

- No te preocupes, ahora lo estas - La abrazo por sus hombros sonriendo de lado

- Ya casi es hora, chicas - Les aviso Derek desde adentro de la casa

Año nuevo ya había llegado, ahora sus días juntos habían acabado, era cuestión de horas para que se tuvieran que alejar nuevamente, aunque no iba a ser algo definitivo, sino más algo temporal.

Cuando ambas se pararon del tronco caído, Julia volvió creer que había visto unos ojos carmesíes entre las copas de los árboles, parpadeo varias veces para volver en sí.

- ¿Otra vez los ojos rojos? - Le pregunto Cora viéndola observar las copas de los árboles

- Sí, es extraño - Le dijo confundida- Me hace mal estar tanto tiempo fuera de Beacon por lo visto, vamos a dentro mejor

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Julia abrazaba a Cora moderando su verdadera fuerza, gracias a los entrenamientos y su nueva alimentación había ganado mayor fuerza al estar bien alimentada.

- Te extrañe tanto - Murmuro con tristeza- Espero que pase rápido el tiempo

- Así será, ya mucho - Corto el abrazo- Rompes nuestros aires de chicas malas - Se cruzo de brazo obteniendo la típica pose de los Hale

Julia no pudo contener una carcajada, negó con diversión y abrazo a Derek menor tiempo ya que él igual había cortado el abrazo como Cora para ponerse con su pose de chico malo y gruñón.

- Cuídense y dejen de ser tan gruñones - Se burlo de ambos

Cora y Derek solo gruñeron frunciendo su ceño para mirar a ambos lados, Julia y Antonio se rieron, la primera beso la mejilla de Derek y la frente de Cora para por fin irse hacia la fila de su vuelo hacia Los Angeles y ver a sus abuelos.

- Tengan cuidado, chicos - Les recordó Derek

Ambos sonrieron de lado asintiendo, los dos Hale vieron como sus hermanos se alejaban de ellos llevándose sus pocos rayos de luz que iluminan sus vidas.

- Extrañare a esos dos tontos - Admitió Cora

- Será temporal, créeme - Le aseguro- Vamos a casa, quiero recalentado

Cora rodo los ojos con diversión reprimiendo su sonrisa, sabía que su familia y los Gallego tenían el mismo amor por la comida que no podían estar sin eso por mucho tiempo.

Julia y Antonio estaban acomodando sus cosas dentro del avión con aburrimiento y cansancio, el último entrenamiento con Derek y Cora fue el más pesado y largo que habían tenido en el tiempo que tuvieron con ellos.

- Me duele la espalda - Le dijo Antonio moviéndose en su asiento

- Después de como Cora te pateo el trasero hasta a mí me dolería la espalda - Se burlo sin poder ocultar su sonrisa burlona

Antonio bufo rodando los ojos, llamo a la azafata para que le diera una pastilla para dormir durante el viaje y esperar que el dolor de su espalda sane por fin.

Julia se pasó creando nuevos poemas y algunas nuevas partes de canciones, todo lo que escribía eran demasiado melancólico y lleno de tristeza, era la mejor forma para sacar sus sentimientos que no podía demostrar ante los demás como Antonio podía.

Cuando se cansó, la llamo a una azafata para que le diera una pastilla igual para dormir durante el resto del viaje.

No pude evitar mirar el trasero respingado de la azafata, tenía cuerpo curvilíneo, su tez era bronceada, su cabello castaño claro con algunos mechones un poco rojizos, sus ojos eran negros como un ónix y brillantes como una noche iluminada por la luna.

Tenía algunas pecas en su nariz y mejillas, sus rasgos finos no eran demasiado delicados dándole ese toque maduro y sensual, los labios carnosos y rojizos por el labial. Era la primera vez que detallaba a una mujer sin pudor alguno y menos teniendo pensamientos impuros e inapropiados entre medio de su observación.

Sintió ese palpito en su entre pierna al ver como la azafata meneaba sus caderas anchas alejándose de ella para ir a atender a un humano más adelante de ella. Ella y la azafata cruzaron miradas, pudo reconocer el brillo juguetón y provocador en aquellos ojos ónix.

No dudo en ir al baño dejando la puerta sin seguro, se cruzó de brazos esperando con paciencia, no tardo mucho cuando la azafata entro sin percatarse de donde estaba ella parada, cerró la puerta con seguro asustándola un poco.

No dejo que ella reaccionara estampándola contra ella misma y besarla con necesidad dejándose llevar por completo ante el aroma de excitación que tenía la morena desde hace rato que estuvo a su lado mirándola con provocación.

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