Capitúlo 14

5.1K 292 103
                                    

Daphne.

—Gracias por traerme, me la pasé genial
contigo.

—Me alegra .

Le sonrió y se da la vuelta para irse.

«No quiero que se vaya» se acerca a la puerta y...

—Alexei  –digo y se voltea a verme.

—¿Quieres tomarte una copa de vino conmigo?

Sonríe

—Si.

—Pues ven para acá.

Vuelve hacía mi y una vez estamos de frente habla.

—Pero solo me la tomaré con una condición.

—¿Cuál?

Miro sus labios y el sonríe.

—Que me des un beso.

—Pues pase buenas noches señor Alexei.

—Ni se para que te lo digo si estarme mirando los labios es un sí.

—Es que... —iba a decir algo pero me interrumpe poniendo sus labios sobre los míos.

Lo primero que hizo fue dejar un pequeño beso en mis labios y luego un beso posesivo, a pesar de la intensidad  sus labios eran suaves y cálidos, me hizo echarme hacia atrás y ahí metió su lengua en mi boca, el beso se empezó a hacer más salvaje y nos entramos al ascensor.

Una vez dentro me vuelve a besar y su lengua danza junto con la mía luego succiona mi labio inferior, lo estira con los dientes y jadeo.
Me da otro pequeño beso en los labios, se para el elevador y termina el beso.

Me quedo embobada por unos segundos mirando sus ojos, tienen un brillo y espero ser la causa de tal.

«Sus ojos a pesar que son negros son hermosos y estoy segura que algún pacto habrá hecho para tener tanta belleza ».

—Que delicia –digo mirando sus labios.

Antes de que diga algo le hago señas a que camine hacia mi casa y lo hace tomado de mi mano.

—Por cada copa es un beso más.

—Me parece un precio justo, creo que alguien terminará borracho está noche.

Una vez dentro nos vamos a la cocina y yo tomó la botella de vino, el se sienta en uno de los taburetes a jugar con las decoraciones

No alcanzó las copas, así que me pongo de puntillas y ni así alcanzo, retrocedo para bajarlas de un salto y choco con el torso de Alexei que esta detrás de mi.

—¿Por qué no me pides ayuda? –dice y me voltea para quedar frente a él.

Es mucho más alto que yo, debo mirar hacia arriba y el inclinarse un poco para poder perdernos en nuestros ojos.

—¿Me ayudas? –pregunto y asiente.

—¿Cuáles? —pregunta y me vuelvo a dar la vuelta pero esta vez hago que mi culo roce su entrepierna.

Así me gustas, cuando eres perris.

Cállate.

— Estas. –las señaló con el dedo.

Toma dos copas y me mira esperando a que le diga dónde iremos.

—A el sofá.

Toma la botella y empieza a caminar hasta allá.

Sirvo las copas bajo su atenta mirada y decido buscarle conversación.

—¿Que te trae aquí a Alemania?

Veneno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora