Veneno

Capítulo 12.

Daphne.

Escucho mi teléfono sonar y voy atentando con mano a la mesita de noche.  Dejo caer el vaso de agua

—Mierda –digo y abro los ojos.

Tomo el maldito teléfono y veo que es Amira.

—Buenos días hermanita –dice contenta

—¿Qué tienen de buenos?

—Uy, creo que alguien está de mal humor

—Pues si, me despertaste y rompí un vaso.

Me paro de la cama y voy a la cocina por las cosas para limpiar.

—Culpa mía no es.

—Olvida eso, cuéntame qué tal la universidad?

—El campus es muy grande y las recámaras en la residencia no son muy grandes pero están perfectas para mi. Tengo una para mí sola –comenta feliz

—Que bueno, ¿Desayunaste?

—Si y tú?

—No, te dije que desperté ahora. ¿Qué tal con tu nuevo futuro novio? –digo y se ríe

Voy recogiendo los vidrios y con el trapeador seco el agua.

—Pueessss

—Pues?

—Es muy lindo, okey? Y nos besamos ayer. Como estaba muy cansada nos quedamos a dormir en su apartamento

— ¿¡Queeeeeeeeee!? Eso significa que ustedes?

—¿Qué ?

—Que ustedes ya...

—¿Ya que?

—Que ya estuvieron juntos tonta.

La escucho reír

—Nooo, además es muy rápido para eso y ninguno de los quiere apresurarse.

Por fin respiro bien

—Te entiendo, tienen muy poco tiempo conociéndose. Solo son días y aunque el tiempo no importa si no la conexión. Me alegra que tú llamada no sea para decirme que soy tía –añado divertida

—Tal vez mañana si lo seas.

Reímos

Hablamos por 15 minutos más mientras yo decido que ropa voy a usar hoy. No tengo que hacer mucho, tengo clases a las 10 am en la universidad así que me meto a bañar.

Una vez bañada dejo mi pelo suelto y me pongo un short y un top sencillo para estar por casa.

Empiezo a hacer mi desayuno y mi celular vuelve a sonar.

Ya se quien es y eso me da una punzada en el corazón.

—Buenos días.

—Buenos días Alexei.

—¿Que tal dormiste?

—Muy bien y tú?

—Bien, ¿Vas a hacer algo está noche?

—No, por?

—Quiero invitarte a cenar conmigo.  —Otra vez siento la punzada en el corazón.

«Queeeee»

A mi puedes invitarme a donde sea papi

Cállate.

Dejó caer el tenedor al piso y me tranquilizo mentalmente antes de responder.