Veneno

Capítulo 17.

2/3 del maratón.

Daphne.

Estoy en mi clase mientras me desayuno unos waffles con fresas y nutella, Nieve está en mis pies dormida.
Ha pasado una semana de que no veo a Alexei porque se tuvo que ir a Rusia por una emergencia, hemos hablado todos los días y me moví a hacer los directos a mi casa, aquí los hago todos los días en la noche.

La verdad es que estoy sorprendida con las ganancias y se que mientras más veces haga directos más ganaré.

Me hice un canal de Youtube donde subo videos de cocina o ya sea de mi maquillandome y al parecer a las personas les gusta verme porque ya llevo 30 mil suscriptores.

Una vez terminó las clases pido comida a domicilio, llamo a Amira pero no me contesta así que espero sentada en el sofa que llegue la comida.

—Parece que tía Ami esta ocupada –le digo a nieve que vuelve a dormirse.

Suena el timbre y tomo la comida, me siento en el sofá y me entra una llamada de vídeo de Alexei.

—Hola Malyshka.  «Bebé»

—Holaaaaa.

Lo veo que está en un avión y me da un vuelco el corazón.

—Pasaré por ti a las 6.

—¿A donde vamos?

—No se, ¿Dónde quieres ir?

—A un parque de diversiones.

—Esta bien, allá iremos.

Le lanzó un beso a la pantalla y cuelgo.

Empiezo a comer y ahora lo hago con más ánimos, la verdad es que tenía muchas ganas de verlo.

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Estoy en el auto con Alexei camino al parque, luego de nuestro reencuentro donde me comió a besos y no quería soltarme.

Empieza a manejar y se ve tan lindo mientras lo hace, huele delicioso y la verdad es que hoy lo veo más lindo.

—Dame un beso. –Pide y se lo doy.

—Otro –Se lo doy.

—Ya te dije que no me gustan los besos secos –reclama.

—Vas a chocar si te beso así.

—Entonces, ¿Podrías darme un beso mortal?

—No.

Pongo música en la radio y Confident de Justin Bieber llena mis oídos.

Alexei va a decir algo pero se calla.

Cuando llegamos al parque lo primero que llama mi atención es un lugar de algodón de azúcar así que arrastró a Alexei hacía el y pido dos, uno rosa para mi y el azul para él.

Curiosamente yo estoy vestida de rosa y el de azul, tiene su cara de perro amargado y no entiendo la razón.

—Tenga señorita. –Dice y me sonríe.

—Muchas gracias. –Le sonrió de vuelta.

Le pasó el suyo a Alexei y cuando intento pagar pone su mano entre la mía y la del chico y lo miro mal.

Saca dinero de una cartera que tiene en medio del pecho, paga con un billete de 100 y le dice que se quede con el cambio.

Empiezo a caminar delante de él, no voy a andar con él y su mal humor.
Tiene cara de mirame o te mato y no voy a soportar a este loco.