Capítulo 1.

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Daphne.

Cuando cumplí los 18 años me escape de la casa hogar junto con Amira «mi mejor amiga».

Muchas personas han cuestionado mi amistad con ella, creen que podríamos ser de esas mejores amigas que terminan siendo novias, no tengo nada en contra de ellas pero en este no será el caso.

Ella para mi es la hermana que nunca tuve y la que cuidaré por siempre.

Conseguí un trabajo como mesera y otro en Mac Donalds, en las noches era mesera en un club nocturno donde conocí a todo tipo de personas, entre ellas a Alessio quien me dijo que era muy guapa para estar en un lugar como ese ganando un sueldo miserable.

Fue durante un mes seguido al bar, hablábamos mucho y nos empezamos a llevar súper bien con el pasar de los días. La conexión fue instantánea.

Un viernes después de que mi jefa me humilló tuvimos esa conversación.

—No le aguantes mierda a nadie –dijo mientras me ayuda a secar mi cara

Me había lanzado la bebida encima y lo que más me sorprendía es que mi lado violento no salió a la luz.

—Necesito el dinero.

—Puedes conseguir 10 veces más de lo que ganas aquí.

—¿Dónde?, ¿Besando ancianos? No gracias –digo sarcástica.

—No.

Me terminó de secar y lo miro esperando a que hablé.

—Es una plataforma donde hombres multimillonarios pagan por ver a chicas hablar, comer y algunos por verlas masturbarse. Son ancianos que no tienen con quién hablar y lo único que quieren es sentir que alguien está ahí incluso através de una pantalla. Depende de la cantidad de dinero que quieras ganar será lo que harás.

—¿Qué me asegura no ser acosada en las calles?

—Sólo pueden entrar personas multimillonarias.

Asiento

—Si me dices que si está misma noche partimos a Alemania y mañana será tu primera transmisión en vivo.
Si no te gusta yo mismo te traigo de vuelta.

—Esta bien, acepto tu propuesta.

Ya que me voy de aquí le recordaré a esta estúpida que no debe meterse conmigo, tiro todas las botellas más costosas al piso y me voy.

Alessio me está esperando en el auto así que me montó.

—Delante de cualquier persona te diré que me debes dar el 50 por ciento de tus ganancias, pero todo lo que ganes es tuyo. Haré una cuenta de banco a tu nombre en Japón con el 50% donde tendrás dinero por si algo sale mal.

—¿Hasta delante de Amira?

—Si, lo hago porque a todas las modelos que están ahí les cobramos el 50%. A ti yo no te lo cobraré.

—¿Por?

—Porque la mayoría de modelos nos buscan ellas a nosotros y yo fui quién lo propuso. Aunque de todos modos yo no te cobraría el 50%.

—Oh, enserio?

—No, te cobraría el 75. –dice y me río

— Allá tendrás a mi chófer a tu disposición y puedes comprar todo lo que quieras sin culpa, va a mi cuenta.

—¿Por qué haces esto?, ¿Me venderás por pedazos cuanto esté allá? –digo lo último divertida

—Si, lo primero que venderé será tu lengua.

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