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"Como tratas, te tratarán. Los niños aprenden también por observación. No olvidemos que escuchan pero además, miran".
(Anónimo)
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TW: Este capítulo tiene contenido sensible.
Portaba un vestido blanco como el marfil, de finas y casi transparentes suaves telas, el cual llegaba a cubrir ligeramente por encima de mis rodillas. Me encontraba en una desconocida habitación pudiendo ver un amplio balcón al fondo, habiendo dos oscuras figuras en él. Una de las siluetas era afeminada y de mayor altura, estaba posicionada frente a mí mientras que la menor y algo aniñada y escuálida, me daba la espalda.
La silueta femenina me era fácil de ver gracias a la azulada luz de la luna. En su rostro pálido, destacaban sus ojos rosas y relucientes como si de gemas se tratasen. Mientras que su cabello era de un color blanco conformado por largas hebras que llegaban por debajo de su cadera, atreviéndome a decir que casi por debajo sus largas y esbeltas piernas. Vestía un glamuroso vestido blanco que enmarcaba su cintura de avispa, adornado con margaritas en la zona del escote, una holgada tela blanca con grandes volados que sobresale en la parte baja del vestido y un cinturón de cadena dorada con más flores, del mismo color que las anteriores, atado en su cintura. Un sofisticado y para nada sutil conjunto.
No llegaba a identificar quienes eran las personas frente a mí, pero me atrevería a decir que se conocían bastante bien entre ellos. Notaba como la mujer acariciaba la media melena del menor con cierto cariño, haciéndome intuir que quizás eran familia o amigos. Una bonita y conmovedora escena.
Sin embargo, y contra todo pronóstico la enternecedora, adorable y preciosa escena que compartían se transformó en una turbia y perturbadora. La mujer de nombre desconocido se agachó y empezó a besar los labios del pequeño e inocente infante, sin vergüenza ni ética alguna. Aparentemente el menor no estaba de acuerdo puesto que argumentó que la familia se quería, pero no de esa forma ¿A caso tendrían alguna relación más allá de la familiar? Sonaba algo perturbador y espantoso, pero tras ver los recientes actos no lo descartaba.
— Mi pequeño ¿Tú quieres a tu tía verdad? — una profunda y femenina voz salió de la mujer con tono meloso y embaucador. El pequeño y asustado chiquillo asintió con temor — Entonces complace a tu tía y muestra que verdaderamente la amas.
La mujer se abalanzó sobre el de menor tamaño haciendo que cayese a la cama cercana mientras lo toqueteaba con morbo y satisfacción. La femenina estaba especialmente excitada mientras que su víctima se dedicaba a llorar a moco tendido y totalmente desconsolado. Era como ver a un sangriento y determinante depredador cazando a una débil e inofensiva presa.
La macabra escena que transcurría frente a mis ojos me estaba revolviendo el estómago, causándome estar en de un estado de puro nerviosismo e impotencia al no poder moverme de mi lugar y parar la horrorosa y pavorosa escena.
