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Ya había pasado una semana desde el atentado y aún permanecíamos en el castillo por nuestra propia seguridad. Mis nervios seguían presentes junto a la incordiosa incertidumbre de no saber qué es lo que ocurre con exactitud.
Gracias al pacto que realicé con Cassiel puedo estar segura que es mi aliado, los pactos de sangre son inquebrantables y gracias al poco conocimiento que tengo sobre magia negra pude hacer el trato correctamente.
Aún me acuerdo del día en el que una extraña mujer mayor vino a mi casa, ella estaba llena de arrugas y tenía el pelo un tanto grisáceo y cardado, muy estereotipado la verdad sea dicha, aunque eso no quita que ella hizo muy feliz a mi madre, aunque su marcha fue muy dolorosa para Edith y un poco para mí.
Si no recuerdo mal su nombre era Priscila, ella fue la que me enseñó algunos hechizos. Es curioso que lo que decidió enseñarme fue muy aleatorio, nunca empezamos por hechizos sencillos de principiantes, aprendimos varios en concreto, los cuales por muy extraño que suene me han venido de perlas en específicas situaciones. Por ejemplo, el cómo revivir a Sammel y ligar su vida a la mía, los pactos de sangre y como abrir candados encantados.
Incluso diría que lo que me enseñó fue demasiado específico para mi misión.
Sea como sea no debo irme por las ramas. Ahora debía ir a ver a Demian como solía hacer todos los días después de comer. Al parecer el de sombrero de fedora se había tomado muy enserio la meta de ser mi prometido y quería que nos conociéramos más, aunque en parte quería tenerme cerca por si volvía a haber un atentado. Después de todo mi fachada de humana sigue vigente.
Estos para nada espontáneos encuentros me perjudicaban en cierta medida al no darme espacio para investigar por mi cuenta, aunque también me beneficiaban al ser el chico bastante abierto a la hora de responder mis preguntas.
Por ejemplo, él me había revelado que Snyder nunca dejó de trabajar junto a Uziel, es verdad que discutieron debido a la aventura de su hermana con mi progenitor, pero nunca lo desterró ni nada parecido. Es más, Demian llegó a mencionarme que la amistad de los dos hombres, Snyder y Uziel, se volvió más fuerte que nunca hará unos diecisiete años a causa de la muerte de Malik, pero el de pelirrojo sigue odiando a su padre y a su tío.
— Princesa te estoy hablando — se quejó de una forma ciertamente infantil Demian.
— Oh disculpa, ¿qué me estabas diciendo?
— No Delora, así no van las cosas — sus palabras me hicieron arquear una ceja a modo de confusión— Últimamente he estado leyendo algunos libros y dicen que la comunicación es muy importante en toda pareja.
— Pero tú y yo no somos pareja.
— De momento — aclaró — Como iba diciendo la comunicación es importante y estos días te he notado muy distraída y angustiada. En un principio pensaba que era porque te sentías insegura después del atentado, por eso concerté estas visitas diarias a mi alcoba. Para que no estuvieras sola y pudieras descansar.
