𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐗𝐈

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Las mentiras llevan a más mentiras y ten por seguro que la falta de veracidad no lleva a la felicidad

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Las mentiras llevan a más mentiras y ten por seguro que la falta de veracidad no lleva a la felicidad.

Delora Zatari

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DEMIAN ASURA POV:

Engañado otra vez como un títere sin valor ¿A caso no merezco otro destino que no sea enamorarse y ser cruelmente engatusado? Pensé que todo sería diferente, que ella era la indicada, ella fue la única que consiguió volver a hacer latir mi corazón después de años...

Hija de Malik tenías que ser, mi prima, una mentirosa cuyo amor es como una bella y delicada rosa rodeada de espinas, duele.

Han pasado dos días desde que Delora y yo tuvimos aquella intensa conversación que recuerdo al detalle. Recuerdo las palabras exactas que ella empleó, como jugaba de forma nerviosa con sus manos e incluso la forma en la que me intentaba sostener la mirada pero le era imposible por la culpabilidad.

Hace dos días hacia la medianoche pasada, Delora entró de forma tímida y pausada a mi cuarto para pedir que hablásemos, yo como un bobo enamorado puse mi total atención en ella y me senté en la cama a su lado. Ella tenía los ojos enrojecidos y ligeramente hinchados al igual que sus labios. Había estado llorando.

Obviamente le pregunté el motivo de su estado, la mujer que amo estaba llorando tras una conversación con Priscila, desde un inicio me percaté de la falsa amabilidad de la mujer de canosos cabellos.

Sobre la conversación en si no me dio detalle alguno puesto que la de ojos azules le restó importancia e insistió nuevamente en la urgencia de hablar con mi persona.

Ella formuló algunas frases sin sentido o coherencia alguna hasta que de forma frustrada me pidió que le despojara de su colgante. Yo exprese mi indecisión puesto que tiempo atrás declaró que su madre estaba muerta y esa era la única herencia que tenía, a lo que ella me confesó que su madre sí que estaba muerta empero lo del colgante era mentira, el colgante fue otorgado por su padre.

Yo un tano embrollado obedecí sus órdenes y con delicadeza pasé mis manos por la fina cadena de plata y saqué el colgante por su cabeza.

Lo siguiente que vi fue desconcertante. 

Delora era una chica de largas hebras castañas algo más claras en las puntas, sus ojos eran achinados de un claro azul que me recordaban al cielo, su nariz era recta y sofisticada al igual que sus ligeramente gruesos labios. En cambio, cuando retiré su colgante tenía los cabellos cortos a la altura de los hombros, sus hebras eran de un color rosa mezclado con algunos mechones de un color rosado más claro, sus ojos eran grandes y redondos y del mismo color que su pelo, su nariz era pequeña y respingona , y sus labios eran más finos pero destacaban de sobremanera sobre su extremadamente pálida.

Aunque lo que de verdad destacaba eran sus colmillos...

Mis ojos expresaban mi desconcierto, ¿qué había ocurrido?

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