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"Quiero expresar mi angustia en versos que abolida dirán mi juventud de rosas y de ensueños, y la desfloración amarga de mi vida por un vasto dolor y cuidados pequeños".
RUBÉNDARÍO
[ . . . ]
Me encontraba en la gran puerta de robusta madera de la mansión, me costaba comprender que siendo tantos en aquella casa se sintiese como si el lugar estuviese vacío. Si no fuese por el jardín pensaría que estaba abandonada. El jardín era hermoso pero el que solo hubiese rosas blancas lo hacía aburrido y monótono.
Ya hacía como unos diez minutos que llevaba esperando fuera, que cara más dura tenían estos Asura, no iban ni a tener la decencia de abrirme ¿Qué menos que hacer eso por alguien de quien os vais a alimentar como sanguijuelas? Fui a llamar una cuarta vez y a abrir la puerta, pero alguien se me adelantó. Por fin alguien medianamente decente que se digna a abrirme la puerta.
El sujeto en cuestión se quedó viéndome con cara de pocos amigos y sin aparentes ganas de hablar, creo que estaba esperando a que me presentase o algo por el estilo.
El muchacho rondaría el metro ochenta, era esbelto y de porte elegante. Sus hebras eran onduladas, ligeramente largas y de un negro intenso pero común. A diferencia de su cabello, sus ojos eran exóticos. Debido a su condición de heterocromía tenía un orbe verde y otro azul.
En base a su apariencia, y gracias a las fotos que me enseñó mi padre, deduje que él es Alaris aunque no estoy segura. De igual forma solo se los nombres de los chicos y nada más, padre nunca se mostró muy colaborativo a la hora de hablarme de ellos, por lo que esto iba a ser aún más difícil.
—Buenas noches ¿Es esta la mansión Asura ? —el azabache de ojo color azul y el otro de color verde me miró de mala gana y extrañado, haciéndome sentir incomoda por su silencio— Amm . . . bueno da igual puede que me haya equivocado, perdone por las molestias— me disculpé logrando mi objetivo de presionar al azabache a hablar.
—Espere, usted está en el lugar correcto solo que nos comunicaron que llegaría más tarde. Si fuese tan amable de entrar para enseñarle la mansión y hablar sobre su papel aquí, sería perfecto—respondió el chico con aparentemente unos modales excelentes.
—Claro, aunque no me gustaría ser una molestia— seguía con la educación y modestia que inculcaban a las chicas de iglesia, la cual me exasperaba, pero parecía que agradaba al heterocromático.
—Usted tranquila no es ninguna molestia, pase—respondió el chico y antes de darme cuenta mis maletas ya no estaban conmigo— No se preocupe por su equipaje, el mayordomo las ha llevado a una habitación de la casa. Ahora acompáñeme al salón para aclarar todo este embrollo.
Caminé unos pasos atrás del chico mientras me fijaba en los detalles de la mansión, era incluso más grande por dentro que por fuera, esto es algo increíble pero no me tengo que ir por las ramas, tengo que concentrarme en la misión.
