¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El diablo es real y no es un pequeño hombre rojo con cuernos y una cola. El puede ser hermoso porque es un ángel caído y el solía ser el favorito de Dios.
American Horror Story
[ . . . ]
Por fin había llegado la noche del baile. Yo ya conocía la existencia del Sheol, el reino de Uziel, desde temprana edad, pero no fue hasta este momento cuando pude contemplar su esplendor con mis dos grandes ojos, los cuales lucían con un brillo diferente al ver la majestuosidad del lugar. La razón por la que no había visto antes este lugar habitado por demonios y vampiros es simple, el exilio de mi padre y el tener que mantenerme oculta junto a mi madre por culpa de Uziel.
Aborrecía a ese hombre con apariencia angelical, con su mirada noble y de no haber roto un plato antes. Ese hombre era el diablo en persona. Por su culpa, mi padre y madre habían sido repudiados de por vida. ¿Qué derecho tenía él en hacer algo así? Mi padre le había ayudado en las Guerras de Sangre donde vampiros, demonios, brujas junto a otros seres increíblemente fuertes habían luchado por quien sería el gobernador de todos ellos.
Uziel salió victorioso obteniendo reconocimiento por los actos de otros, por ello es el Rey. Un hipócrita con ansias de poder que no tiene moral alguna, esa era la forma perfecta de describirlo.
Obviamente tras las guerras de sangre hubo facciones rebeldes como los licántropos, pero ellos acababan de ceder su poder al rey, Uziel, por eso celebrábamos este baile.
Sinceramente no entiendo la razón por la que debe haber un único gobernador. Cada ser de distinta raza tiene necesidades diferentes, el ejemplo más obvio era que los vampiros necesitan sangre para vivir, mientras que los licántropos o brujas no. También cada raza destacaba en algún rasgo distinto, las brujas y hechiceros eran personas con un gran intelecto, los elfos eran excelentes rastreadores y muy buenos en cuanto a temas de animales y plantas hablamos.
Todos eran distintos por lo que un gobernador que porte sangre únicamente de unas de las facciones me parece estúpido, no conoce las necesidades ni tradiciones de los demás y como es el caso de Uziel impondría las de su raza.
Lo mejor en mi opinión hubiera sido que se reuniesen los representantes de cada raza para discutir los temas del momento, y que previamente estos representantes hubieran consultado con su pueblo como se querían postular respecto a las decisiones que debían tomar. Al menos así se hacía en antaño y no había apenas disputas, pero al final la codicia de unos pocos arruinó a la mayoría
- ¿Delora, me estas escuchando? - preguntó Alaris al verme bastante descentrada.
-Perdone señor Alaris, me había quedo sorprendida por el tamaño del castillo y lo diferente que es el Sheol al mundo humano - me disculpé causando que el heterocromático expulsase un pequeño suspiro cansado.