〔:🍓:〕「 35 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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—Hasta luego, Heizou.

Cuando su madre pronunció aquellas palabras, cerró tras ella la puerta de la casa. Así, el silencio no tardó en rodear a Heizou, que estaba leyendo una novela policiaca sentado en el sofá. Le gustaba que la calma le hiciera compañía de aquella manera y que lo único que pudiera oír fuera su propia respiración.

Pero esa tranquilidad no era nada de lo que le costara deshacerse si lo que recibía a cambio era poder escuchar la voz de Kazuha y sentirlo junto a él. Tenía deberes que hacer y quizá lo más sensato era ponerse a estudiar para el examen que tenía el miércoles, pero no. De todas formas Heizou era de los que estudiaban el último día y luego acababan sacando una nota sorprendentemente buena. Siempre hacía lo mismo y había llegado a un punto en el que eso no era tener suerte, sino directamente hacer magia.

Esperaba que Kazuha también se tomara la tarde con calma y que no viniera con la intención de que se pasaran horas y horas haciendo deberes. Ese no era el plan que Heizou tenía en la cabeza ni de lejos. Lo que él tenía en mente era que Kazuha y él se acurrucaran juntos, muy cerca el uno del otro, y que sus voces sonaran como susurros. Quería acariciarle el pelo blanco y sentir los brazos del menor aferrados a él, pidiéndole que no se fuera de su lado nunca.

La intuición de Heizou le decía que la tarde iba a ser más o menos así.

Tan solo quince minutos después de que su madre se hubiera ido, el de ojos verdes oyó cómo el timbre sonaba. Con una sonrisa ya dibujada en los labios porque deducía quién era el visitante, puso el marcapáginas en su libro y se levantó de un salto del sofá para abrir la puerta.

Al hacerlo, se encontró con quien ya se esperaba al otro lado del umbral. Kazuha era tan detallista que había traído una bolsa de patatas fritas para compartir con Heizou. Sabía cuánto le gustaban a su novio las patatas fritas.

Heizou lo invitó a pasar y lo agarró de la mano para llevarlo con él hasta su dormitorio. Kazuha, sintiéndose ya como en su propia casa entre aquellas cuatro paredes, se descargó la mochila y la soltó sobre el suelo y dejó el paquete de patatas encima del escritorio.

Miró la televisión y la consola que tenía allí Heizou y recordó lo mucho que le habían llamado la atención la primera vez que estuvo ahí, cuando se había quedado a dormir hacía unas cuantas semanas ya, hacía alrededor de un mes.

Observó también a Heizou sentándose en el borde del colchón, ese colchón que estuvo sobre el suelo la primera vez que lo vio. Ahí fue donde Heizou lo escuchó cantando por primera vez y también donde rompió a llorar al pensar en su para siempre querido amigo Tomo.

Y finalmente, sentándose en el regazo del mayor, rodeándole la cintura con las piernas y el cuello con los brazos, sintió los de Heizou estrechándolo, igual que aquella vez, aquella noche cuando no pudo soportar más toda la angustia que le llenaba en aquel entonces el corazón. Pero ahora, contrastando con la desolación de esa vez, se sentía acogido entre sus brazos y la calidez le vibraba en el pecho.

Con tan solo mirarlo a los ojos, Heizou se dio cuenta de que Kazuha no estaba bien. En su mirada carmesí se reflejaba cierta preocupación y el mayor no pasó eso por alto.

Enredó sus dedos finos y pálidos entre los cabellos blancos de Kazuha, le acarició el pelo y le dio un beso en los labios, tan dulce como la miel y tan suave como el algodón; pero esa chispa de inquietud no desapareció. Probó a darle caricias en la espalda baja —donde sabía que le gustaba— y aunque Kazuha esbozó una sonrisa y se abrazó a él con más fuerza, nada en sus ojos había cambiado.

Siendo ahora Heizou quien estaba empezando a preocuparse, decidió por fin preguntarle al respecto:

—¿Qué te pasa, Kazu? ¿Qué te ronda por la cabeza, hmm? Estás muy serio.

—Nada —respondió dulcemente, con esa voz que Heizou sintió que le acariciaba el rostro como si fuera una brisa.

—¿De verdad crees que tienes alguna posibilidad de conseguir ocultarme que te ocurre algo? Soy tu novio y encima tengo talento de detective. No puedes tener secretos para mí —rio, insistiendo un poco. Kazuha no pudo reprimir una sonrisa al oír el comentario.

En su cabeza había una nube de preocupación que se hacía más grande por momentos, un cúmulo de temor que, al parecer, había acabado por quedar reflejado en sus ojos. Porque eran esas dos emociones las que se le mezclaban en el pecho: preocupación y miedo.

Pensaba en sus padres que ya no estaban con él y en la sonrisa de Tomo que ya no podía ver nunca más. Pensaba en cómo la vida le había ido quitando uno a uno a sus seres más queridos y lo asustaba y atormentaba que la historia pudiera repetirse otra vez.

—Me da miedo perderte a ti también —musitó al fin con un hilo de voz, apoyando su frente en la de Heizou, con la vista agachada mirando el poco espacio que quedaba entre sus cuerpos.

—No digas tonterías. Estaré contigo siempre, a tu lado pase lo que pase. Nos haremos viejos juntos y te recordaré cada día que te quiero más que el anterior.

Hizo que el hueco entre sus bocas desapareciera y que sus labios se encontraran en una nueva ocasión. Luego, separándose lo justo para poder mirarse de nuevo, Kazuha habló casi en un susurro:

—¿De verdad?

—Claro. Me lo dice mi intuición —respondió también en voz baja contra los labios de Kazuha, a los que volvió a acercarse para besarlos de nuevo—. Y sabes que mi intuición nunca se equivoca, Kazu.




FIN



* * *

HOLAAAA AKJSKAKS

Esto es lo mismo de siempre, esa parte del final donde te doy las gracias por haber leído mi historia y donde deseo que te haya gustado ^^

Estoy muy agradecida si has llegado hasta aquí. Supongo que eso significa que te ha gustado el fanfic, ¿no? Ojalá haya sido así, ojalá te hayas emocionado mientras leías y ojalá sientas que el tiempo que has empleado en leerlo haya sido bien invertido. En resumen, espero que te haya gustado :D

Una serendipia es la circunstancia de encontrar por casualidad algo que no se buscaba, normalmente cuando en realidad se intentaba encontrar otra distinta. Ojalá hayas entrado a leer el fanfic con el propósito pasar el rato, conciliar el sueño o lo que sea y te vayas con la sensación de haber disfrutado de una buena historia. Podría ser tu propia serendipia, ¿no?

No veo la necesidad de alargar esto mucho más, pero, una vez más, muchas gracias por haber leído mi fanfic. No sabes lo feliz que me hace pensar que una personita en algún lugar del mundo se ha cruzado de casualidad con mi historia y ha decidido dedicar parte de su tiempo a leerla. Esa personita eres tú, muchas gracias <3

Sin más que añadir, recordad beber agua, comer lo suficiente y sonreír a menudo

Un saludo de Banellow <3

Serendipia [Heikazu] (High School AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora