〔:🍓:〕「 14 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Estuvieron cantando hasta que Kazuha sugirió que pararan por la hora que ya era. Lo último que quería era molestar a loa vecinos de Heizou.

—¿Me das agua, por favor? —pidió el peliblanco, con la garganta seca mientras guardaba la guitarra.

—Sí, claro. Yo también voy a beber ya de paso.

Kazuha lo acompañó hasta la cocina. Se bebió un vaso entero de agua de un solo trago. Por Los Siete, sí que tenía sed. Esperó a que Heizou terminara también de beber antes de regresar al dormitorio.

Una vez allí de nuevo, Heizou le propuso que jugaran a la consola. La mayoría de videojuegos que tenía eran para un solo jugador, pero había uno al que podía jugar con Kazuha y con el que además estaba convencido de que se lo pasarían genial.

—¿Has jugado alguna vez al Hilichurl Smash Bros? —le preguntó, ofreciéndole un mando con el que jugar.

—Sí, con Gorou. Soy malísimo, eh —rio.

—¡Yo soy peor! —exclamó entre risas—. Va a ser divertido entonces. A mí solo se me dan bien los videojuegos de acertijos y rompecabezas, no los de pelear.

Heizou se sentó en el colchón junto a Kazuha, frente a la televisión conectada a la consola. Volvió a echarse las sábanas por encima de los hombros y el peliblanco hizo lo mismo que él al verlo. Ya estaba empezando a tener frío y también estaba comenzando a entrar la noche, cuando más vulnerable se sentía. Tal vez las sábanas podrían protegerlo de sus propias emociones.

No debía hacerlo, pero mientras echaban la primera partida —que se alargó más de lo esperado porque ciertamente los dos eran nefastos jugando— Kazuha no pudo evitar imaginarse a Tomo jugando con ellos. Se imaginó lo mucho que se habría reído, lo bien que le habría caído Heizou y lo bien que se lo habría estado pasando. Y las sábanas no fueron capaces de combatir el frío que le recorrió la espalda en ese momento.

A partir de ese instante, el ánimo de Kazuha pareció caérsele a los pies. Durante las siguientes partidas, su risa sonó forzada y sus sonrisas se desvanecían incluso antes de que terminara de esbozarlas. Permanecía callado más tiempo y hacía menos comentarios mientras jugaban. Heizou pensaba que estaba concentrado, por eso al principio no se preocupó.

—¡Agh, venga ya! —exclamó el mayor, enfadado con su personaje del juego—. ¡Salta, inútil, salta!

Sus gritos provocaron la risa de Kazuha, pero no sonó demasiado alegre. Parecía decaído y desanimado, como si estuviera... triste. El de ojos verdes estaba empezando a darse cuenta de que algo no iba bien.

El peliblanco ni gruñía al jugar ni le daba gritos a su personaje como hacía Heizou. Tan solo pulsaba los botones del mando en silencio, con los ojos fijos en la pantalla de la televisión. Sin embargo, tampoco parecía atento al videojuego, sino más bien daba la sensación de que tenía la mirada perdida, como si mirara algo fuera de su alcance.

Solo reaccionó cuando el juego se detuvo cuando Heizou lo puso en pausa. Soltó su mando y miró a Kazuha: hombros hundidos, mirada apenada, comisuras ligeramente inclinadas hacia abajo, cejas algo levantadas... No le hacía falta su don de detective para saber que Kazuha no estaba bien.

—Oye, Kazu —dijo Heizou con suavidad—. ¿Qué te pasa?

Kazuha negó con la cabeza.

—Nada. Estoy bien, no te preocu...

—No te creo —lo interrumpió—. No estás bien.

A Kazuha le dolió que se lo recordara.

—Somos amigos —siguió Heizou—. Si necesitas hablar de algo, estoy aquí para ti. Uhm... Si no quieres hablar de ello, lo respetaré; pero no quiero que me mientas así. Sé que no estás bien, puedo intuirlo.

Serendipia [Heikazu] (High School AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora