〔:🍓:〕「 30 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Con la de estudiantes que había en el pasillo, Kazuha deslizó la mano dentro de su bolsillo hasta sacar su móvil y echarle un vistazo. Los teléfonos estaban estrictamente prohibidos en el instituto, pero todos sabían que todo el mundo los usaba en algún momento del día. Había que hacerlo a escondidas o con suficiente disimulo, pero si nadie te veía era como si no lo hubieras hecho.

Kazuha se pegó un poco más a su taquilla para esconder el móvil con su propio cuerpo. Miraba hacia abajo, pero de vez en cuando lanzaba ojeadas por encima del hombro para asegurarse de que ningún profesor lo pillaba.

Heizou estaba justo a su lado. Hasta el momento había estado entretenido dejando libros en la taquilla y guardando otros en su mochila, pero al cerrar la puerta chirriante, vio al peliblanco con su móvil y negó con la cabeza.

—Ay, ay, ay... —musitó con una sonrisa—. ¿Qué debería hacer contigo ahora, hmm?

Kazuha levantó la cabeza, dirigiéndole una mirada de sorpresa, abriendo sus ojos carmesís y haciendo que se vieran más brillantes de lo normal.

—¿Eh? —titubeó.

—Soy vigilante de pasillos, ¿recuerdas? Y como tal tengo que hacer que se cumplan las normas del instituto, incluido el maravilloso Decreto de Captura de Teléfonos Móviles impuesto por la directora Raiden —dijo con especial sorna.

Kazuha guardó su móvil y no pudo evitar reírse de la forma en la que Heizou había dicho eso.

—¿De qué te ríes, eh? A mí no me hace gracia. Ahora voy a tener que llevarte al despacho de la directora.

—Por una vez que no cumplas con tu deber no va a pasar nada —murmuró el peliblanco, sabiendo que su novio no lo llevaría frente a Raiden.

Heizou bajó la vista y lo agarró de la cintura hasta acercarlo a él. Luego levantó la mirada, fijándola primero en los labios de Kazuha y seguidamente en sus ojos. Después, sonrió, entrecerrando los ojos al mismo tiempo.

—Tal vez algún tipo de soborno por tu parte me convenza para hacer la vista gorda esta vez.

—¿Un vigilante de pasillos corrupto? —apuntó Kazuha, esbozando una sonrisa—. No creo que a la directora le guste esto.

—La directora no tiene por qué enterarse de este pequeño percance. A ninguno de los dos nos beneficiaría eso, ¿no crees? —Lo acercó todavía más a él—. Vamos, dame lo que quiero y te dejo libre. —Cerró los ojos y volvió a hablar entre susurros—: Venga, Kazu, solo un besito...

Finalmente, sin más diálogo, Kazuha le sujetó la cara a Heizou y se estiró hasta darle un beso, tan breve que al instante de separarse volvieron a buscarse mutuamente.

El menor le apartó el pelo de la cara al de ojos verdes y le dedicó una sonrisa al ver que lo estaba observando esperando algún tipo de gesto lindo. Así había cambiado la cosa: de hablarse todos los días en las taquillas habían pasado a besarse todos los días en las taquillas.

Una mano golpeó ruidosamente la taquilla junto a ellos, haciendo que dejaran de mirarse embobados de la forma más brusca posible. Heizou incluso miró al dueño de la mano con el ceño fruncido, molesto con que los interrumpiera de aquella manera.

Se trataba del único e inigualable Itto. Era un par de años mayor que ellos. Aunque tenía un buen corazón y era la mar de simpático, formaba parte de un grupo llamado la Banda de Arataki, responsables de numerosos actos vandálicos (involuntarios) en la ciudad. Además, Itto les había prometido a sus colegas que se sacaría bachillerato aunque tardara el doble de lo habitual y por eso seguía en los pasillos del instituto. Había repetido curso todas las veces posibles porque, según él, le gustaban tanto las clases que quería volver a darlas.

—¡Heizou, Kahuza! —exclamó el recién llegado, con más energía de la necesaria.

—Kazuha —corrigió el de ojos verdes, sin esconder el desagrado que le había provocado la llegada de Itto.

—Eso, Kazuha, perdón. —Se apoyó en las taquillas—. Bueno, el caso. Hoy, viernes, ¿estáis libres por noche?

—Depende —respondió Heizou, entrecerrando los ojos—. ¿Por qué preguntas?

Itto se acercó tanto a ellos que tanto Heizou como Kazuha pudieron distinguir el olor de los cereales del desayuno en su aliento. El peliblanco no pudo evitar hacer una mueca e incluso se echó hacia atrás para alejarse un poco. Itto ahuecó una mano junto a su boca y a continuación habló en un susurro, como si estuviera proponiéndoles algo prohibido:

—Bo... te... llón... —sonrió, escupiendo las sílabas una a una. Recuperó su posición inicial, a lo que Heizou y Kazuha suspiraron aliviados pues ya no tendrían que soportar su no muy buen aliento—. ¿Qué me decís, eh?

—Eh... —musitó Kazuha.

—Oh, no os vamos a obligar a beber si no queréis. He dicho botellón porque habrá alcohol y demás, pero aquí nadie va a obligar a nadie, eh. Podéis llamarlo fiesta si preferís... o quedada o como queráis. —Miró a Kazuha—. Tú fumas, ¿verdad? Parece como si siempre fueras fumado. ¿Prefieres porros o...?

—¡Yo no fumo! —repuso el peliblanco, interrumpiéndolo. Encima no era la primera vez que asumían algo así de él—. Ni siquiera lo he probado nunca ni quiero, por Los Siete...

—Meh. —El mayor se encogió de hombros—. Llevaremos algunos igualmente. —Los miró a los dos, recuperando la energía excesiva del principio—. ¿Entonces qué? ¿Os apuntáis? También vendrán Lumine, Kokomi, Gorou, Yoimiya... Uhm... Y bueno, mis colegas de la banda. Oh, Shinobu también estará, sí... Hmm... Y creo que ya. Invité a Ayaka, pero me puso una excusa muy mala y no insistí más. Algo de su hermano no sé qué... Bah, qué sé yo.

Heizou y Kazuha se miraron en silencio, esperando a que alguno de los dos dijera algo. Iban sus amigos, así que tal vez podrían pasarlo bien. El peliblanco estuvo convencido de que ni Gorou ni Kokomi beberían alcohol aunque fueran porque los conocía y, sabiendo la posición de supervisora que tendría Shinobu, ella tampoco tomaría demasiado. A lo mejor no estaba tan mal ir. Y si veían que no disfrutaban, siempre podían irse.

—¿Dónde y a qué hora? —preguntó finalmente Heizou.

Itto sonrió.

—¿Sabéis la playa cerca de la Llanura Byakko, la bahía esa?

—Sí —asintieron los otros chicos a la vez.

—Pues ahí. La policía no pasa por ahí nunca, así que podemos estar tranquilos. A las nueve tenéis que estar allí. Mi gente y yo llevaremos toallas para sentarnos en la arena, así que no os preocupéis por nada que lo tenemos todo pensado.

Kazuha miró un momento a Heizou antes de responder.

—De acuerdo. Allí nos vemos entonces.

Serendipia [Heikazu] (High School AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora