Kazuha y Heizou hablaban todos los días. No era porque no les quedara más remedio, sino porque de verdad disfrutaban hablando con el otro. Cada mañana, se preguntaban qué tal estaban, si habían dormido bien y se deseaban suerte para afrontar un día más en bachillerato. Cada tarde, a la hora de salir, se interesaban por el día del otro y acababan hablando sobre cosas triviales.
En resumidas cuentas, se habían convertido en muy buenos amigos.
Y la cosa no terminaba cuando salían del instituto. Heizou encontró por fin la confianza suficiente para pedirle el número a Kazuha. También se pasaban las tardes chateando o incluso hablando por teléfono.
Kazuha le hablaba a Tomo sobre él. Esa misma tarde le contó que Heizou lo había invitado a dormir en su casa el sábado de la semana próxima y que tenía muchas ganas de pasar un rato con él. Le dijo que jugarían a videojuegos y que se lo pasarían en grande.
Y Tomo, lejos de molestarse o ponerse celoso de que su amigo pasara tiempo de calidad con otra gente, le dijo que esperaba que se lo pasaran genial y le dejó claro que tenía muchas ganas de conocer él mismo a Heizou. Kazuha hacía que pareciera un chico la mar de simpático y agradable, así que tenía mucha curiosidad por conocerlo en persona.
El peliblanco se había llevado la guitarra ese día al hospital. Por petición de Tomo, se pusieron a cantar felices durante gran parte de la tarde hasta que Kazuha sugirió que pararan por si acaso estaban molestando a otros pacientes. Al menos lo alegró haber conseguido que Tomo se lo pasara bien un rato.
En realidad se había llevado la guitarra porque quería probar suerte y tocar en alguna plaza de Ritou después de visitar a Tomo. Esperaba ganar más dinero que en la ciudad de Inazuma, donde la gente parecía tener tanta prisa que ni se detenía a prestar atención al chico que ponía algo de música a sus ajetreadas vidas.
Sin embargo, ahora allí en esa plaza de Ritou cerca del puerto, estaba comenzando a dudar de si los viandantes de Ritou iban a ser muy distintos a los de la ciudad de Inazuma. La gente pasaba por delante de él, lo miraban, le sonreían, pero no le echaban siquiera unas monedas. Kazuha estaba empezando a hartarse de poner buena cara.
Llevaba casi dos horas bajo el sol que pronto se iría de aquella plaza de Ritou, tocando su guitarra y cantando canciones compuestas por él mismo, con un pequeño canasto de mimbre a sus pies. Dentro apenas había algunas monedas, diez Moras a lo sumo, una miseria para el esfuerzo que le suponía estar allí.
Miraba a los transeúntes a los ojos y les sonreía mientras cantaba, esperando provocar alguna reacción en ellos, esperando que así se apiadaran y le dejaran algo de dinero. Pero esa táctica no estaba dando resultado. Pronto tendría que regresar a la ciudad de Inazuma y no había conseguido muchos beneficios por el momento.
—Tocas muy bien, chico.
Una mujer joven de pelo oscuro lo sorprendió echando un generoso puñado de monedas en su canasto. Kazuha sonrió y le agradeció su amabilidad, incapaz de creer que la cantidad de dinero que hasta unos momentos había en su cesto se hubiera ahora duplicado gracias a ella.
La mujer se quedó parada delante del peliblanco, escuchando su música. Su pelo era oscuro y largo, además de liso, y su mirada era penetrante y de un color fucsia muy distintivo. Había un parche que ocultaba su ojo izquierdo, sin embargo, pero eso no le quitaba el cautivador atractivo que tenía. A Kazuha le pareció una mujer bastante guapa y, como podía esperarse en un chico de su edad ante una mujer así, impresionado por ella, a punto estuvo de ponerse nervioso.
—¿Desde cuándo tocas? —se interesó ella, cruzando los brazos sobre el pecho.
—Desde que tengo uso de razón —respondió Kazuha, con una sonrisa jovial.
—Se nota —rio la mujer—. ¿Y solo tocas la guitarra o...?
—También el piano y la flauta travesera. —Sus dedos se movían sobre las cuerdas casi por cuenta propia—. Más adelante me gustaría aprender violín también, cuando pueda permitirme uno.
—¡Impresionante! Yo tocaba la flauta en el colegio y porque era obligatorio —rio la mujer—. Y ya ni me acuerdo.
—¿Está de vacaciones? —inquirió Kazuha.
—No del todo, aunque vengo desde Liyue. Estoy tratando unos asuntos aquí en Inazuma. Una cosa de unos días, una semana quizá...
—Intuía que no era de por aquí —dijo el chico, risueño. Se detuvo a afinar la guitarra. Para oídos del público, estaba perfecta, pero al parecer él podía distinguir que algo no sonaba del todo bien—. Solo los turistas se paran a darme dinero.
—Intentaré pasarme a menudo por aquí mientras esté en Inazuma. ¿Siempre tocas en esta plaza?
—No. Normalmente toco en la ciudad de Inazuma, pero es que tengo un amigo aquí en Ritou y, bueno, vengo de visitarlo. Pensé que podía tocar hoy aquí ya de paso y cambiar un poco de audiencia y ambiente.
—Entonces me viene incluso mejor. Me alojo en un hostal que hay allí en la ciudad. Qué cosa que nos hayamos encontrado los dos en Ritou entonces, ¿no? —rio.
Kazuha soltó un par de carcajadas. Era curioso, ciertamente.
—Anda, toma. —La mujer volvió a depositar unas cuantas monedas en el cesto—. Para que vayas ahorrando para el violín.
El peliblanco titubeó. Aquella mujer le había dado en un rato todo el dinero que había ganado la semana anterior. No sabía cómo agradecer tanta generosidad.
—Muchísimas gracias —sonrió—. Es usted muy amable, de verdad.
—¿Usted? —La mujer bufó—. Por favor, tutéame. Me llamo Beidou, por cierto.
—Kazuha —contestó él, ofreciéndole una mano para que se la estrechara, cosa que Beidou hizo al momento con más fuerza de la que Kazuha había esperado.
Estuvieron conversando un rato más como si fueran viejos amigos que se reencontraban después de mucho tiempo. Beidou volvió a darle unas cuantas monedas más a Kazuha antes de irse a pesar de que el chico insistió en que no era necesario, pero parecía que no había forma de hacer que la mujer desistiera.
El sol estaba a punto de irse, así que ya iba siendo hora de que Kazuha se dirigiera a la estación. Si perdía el tren, tendría que esperar dos horas hasta el próximo y no le apetecía. Tenía ganas de llegar a casa, darse una buena ducha y descansar un poco.
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Serendipia [Heikazu] (High School AU)
Hayran Kurgu«Yo solo quería abrir esa taquilla roñosa y me acabé enamorando de ti.» 〔:🍓:〕༄˚⁎⁺˳✧༚ . . . . . . . . . . . . . . ༄ Siglo XXI / High School AU ༄ High School AU por Banellow. Fanfic IV Nota: el AU es invención mía, pero los personajes son de Genshin...