Serendipia [Heikazu] (High School AU)

〔:🍓:〕「 19 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

Al final Aether sí que iba a regresar a Liyue. Le daba lástima tener que despedirse de sus amigos nuevos de Inazuma y separarse de su hermana y de sus padres, pero Liyue realmente se sentía como su hogar. Sus calles, sus costumbres, el Rito de la Linterna y la de recuerdos que tenía allí lo empujaban a volver y, finalmente, la decisión estuvo tomada y el billete para el viaje de regreso, comprado.

Quería ver de nuevo a sus amigas Hu Tao y Yanfei, que fueron las primeras personas con las que se relacionó nada más haber llegado y quienes se convirtieron en sus confidentes. Quería pasar tiempo de nuevo con Ganyu y Keqing, quienes tenían un aura tan tranquila que lo despejaban de cualquier quemadero de cabeza. Quería abrazar otra vez a Xiao, a quien tanto extrañaba, con quien hacía videollamadas prácticamente a diario y con quien hablar solo por teléfono no parecía suficiente. Quería sustituir el frío del móvil con el que le escribía cada día por la calidez de su mano y sentir de nuevo sus brazos estrechándole recordándole cuánto lo quería. Definitivamente Liyue era su hogar y quería volver.

Por eso, tal y como Kazuha le había propuesto en cuanto supo sobre sus intenciones de regresar a la ciudad del comercio, sus amigos organizaron una última quedada todos juntos antes de que Aether se fuera, como una especie de fiesta de despedida para decirle adiós como se merecía. Y dado que desde hacía un tiempo habían estado pensando en ir al cine juntos, acordaron que ese sería el plan.

Aether y Lumine fueron los primeros en llegar. Algo que les gustaba de Inazuma era que se trataba de un punto intermedio entre Mondstadt y Liyue. Mientras que la ciudad de la libertad y la poesía tenía sus calles tranquilas y casi en completo silencio, las de la capital del comercio eran bulliciosas incluso a altas horas de la noche, con gente yendo de un lado para otro sin cesar. Inazuma no era tan calmada como Mondstadt, pero tampoco tan ajetreada como Liyue.

Kokomi llegó a los pocos minutos. Era probablemente de las chicas más lindas del instituto y aquel abrigo blanco que traía hacía que se viera especialmente guapa. Tenía unos ojos preciosos, celestes como el mar en calma, y el pelo rosado y largo, liso y muy bien cuidado. Todo eso por no mencionar que su sonrisa era encantadora y que sus gestos y expresiones encandilaban. Era bonita como una muñequita de porcelana, además de que tenía una personalidad tan dulce que solo hacía que fuera incluso más agradable pasar el rato con ella. No era de extrañar que Gorou no fuera el único que anhelaba pedirle salir.

Saludó a los hermanos en cuanto estuvo junto a ellos. Luego elogió la falda celeste que traía Lumine, bajo la que llevaba unas medias porque ciertamente hacía algo de frío en Inazuma en esa época del año.

Los tres estuvieron hablando hasta que Ayaka y Yoimiya llegaron juntas. La chica rubia había traído bengalas de fuego frío para encenderlas después de la cena. Su padre tenía un negocio de pirotecnia, así que pensó que sería buena idea llevarse aquellas bengalas que eran inofensivas e ideales para crear un buen ambiente de fiesta.

Yoimiya repartió abrazos nada más llegar, contagiando rápidamente a los demás con su energía entusiasta e inacabable. Kokomi temió que pudiera partirla en dos, mientras que Lumine ya estaba acostumbrada a que la estrechara de aquella forma.

Los últimos en llegar fueron Gorou, Heizou y Kazuha. Los tres venían juntos y estaban tan sumidos en su conversación sobre sabían los Arcontes qué que a punto estuvieron de pasar de largo. Menos mal que Lumine les llamó la atención para que eso no ocurriera.

Después de otra ronda de saludos con los recién llegados, se dirigieron juntos a la taquilla. Ahí se mostraba la cartelera con los largometrajes que estaban disponibles en esos momentos. Murmuraron delante de los pósteres de las películas, debatiendo sobre cuál sería la mejor opción de todas.

—¿Qué película vemos? —inquirió Kokomi.

—No hay gran cosa en la cartelera en realidad... —opinó Ayaka.

—¿Que no? —intervino Yoimiya. Seguidamente señaló el cartel de una película en concreto—. Final de la eutimia onírica es un peliculón que lo está petando.

—Bueno, es la única buena —convino Ayaka.

—Y Tenshukaku también, ¿no? —preguntó Gorou.

—Sí, pero ya sabemos cómo acaba —apuntó Heizou—. Desde que salió, todo el mundo está hablando de ella en las redes y es imposible no comerse el spoiler del final.

—¿Qué spoiler? —dijo el castaño de nuevo.

—La Bruja Carmesí muere al final —respondió el de ojos verdes. Luego miró a Gorou con ojos inquisitivos—. ¿No lo sabías?

—¿En serio? —respondió Gorou, arqueando las cejas con sorpresa.

—Sí. Pero vaya, la película no es tan genial y lo único interesante es el giro del final y la muerte de la Bruja.

—¿Vemos entonces Final de la eutimia no sé qué? —intervino Lumine.

—Veamos esa —murmuró Kazuha.

—Pues démonos prisa —instó Ayaka—. La próxima sesión empieza en diez minutos —añadió, observando los horarios.

Sin más cháchara, compraron las entradas para Final de la eutimia onírica. Se trataba de una película bastante reciente —tan solo llevaba poco más de una semana en los cines— pero que aun así estaba obteniendo muy buenas críticas. Además, casi todos pidieron también palomitas y algo de beber. Yoimiya sugirió que fueran al baño ya de paso, pues la película duraba cerca de dos horas y sería un fastidio tener que salir de urgencia en medio de la emoción.