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Como medida provisional de todo lo sucedido, Jeongin se mantendría en el médico; sin embargo, debido a su condición no obtendría más que medicamentos para detener el proceso y chequeos continuos sobre el crecimiento, pero por lo menos estaría controlado y cuidado. Seungmin lo llegaría acompañar continuamente en todo momento, ayudándolo con los trabajos por faltar a clase o simplemente sentándose a su lado a ver una película que lo mantuviera animado.

La idea de que su mejor amigo estuviera sufriendo realmente lo mantenía inquieto, Jeongin estana siendo muy testarudo respecto a algo que para él tenía una solución sencilla, sin embargo, sabía que tampoco podía ni tenía el derecho de llegar a negarle la posibilidad de encontrar a su alfa, porque sus palabras le dejaban saber que esn ese momento era lo que el menor mas deseaba y por lo cual haría todo lo posible para conseguirlo.

— Ya te he dicho que estoy bien — renegó, Yang —  No debes preocuparte tanto, Min. No soy un bebé.

Seungmin decidio no decir nada ante aquella protesta únicamente suspiro y paso sus dedos por los finos cabellos rizados del menor con cariño, esto mientras Jeongin se encontraba con su cabeza arrecostada en sus piernas.
Habían pedido permiso para poder salir un rato al patio del hospital a respirar un poco de aire fresco, Kim creía que podía ser bueno para el chico.

— No me pidas algo que bien sabes que no voy cumplir —  el de cabellos castaños, rio suavemente — ¿Ya tomaste tus medicamentos?

Jeongin asintió.

— Y… ¿Qué tal te sientes hoy?¿Mejor?

— Solo he ido a vomitar dos veces en el día — Yang contestó — Y ya no me duele tanto.

Seung ahora sonrío, intentando convencerse a si mismo sobre que su amigo se encontraba un poco mejor, no podía dar un diagnóstico y tampoco quería dudar de su palabra.

— En verdad estoy bien — la voz de Jeongin lo sacó de sus pensamientos, atrayendo su atención — Deja de preocuparte tanto, eres muy joven para tener tantos lamentos.

El pelirrojo lo miro por varios segundos, delineando cada facción del rostro de su amigos antes de proceder a sacarle la lengua con la intención de hacerle cosquillas, no obstante en el proceso, se detuvo al pensar que tal vez eso le dolería.

Quedándose así ambos de callados, Seungmin tomó una de las manos del menor entre las suyas y Jeongin sonrió ante el gesto de su mejor amigo, acurrucandose aun mas en contra de su estómago. Por su parte, siempre había creído que su relación era bastante sencilla y fácil de entender, él lo amaba y Seungmin amaba a él, sin complicaciones ni malentendidos, había encontrado un espacio seguro, uno que sabía estaría a su lado siempre y cuando lo necesitará. Cosa que verdaderamente le agradecía.

—  Te prometo que encontraremos —  Jeongin asintió — Vamos, eres el chico más genial que conozco y solo no te acepta porque no te ha podido conocer —Seungmin quería creer sus propias palabras  — No se que lo ha llevado a tener esas ideas, pero si estoy seguro que por mi parte lo encontraremos, te prometo no te dejaré morir pequeño zorro.

Sin más, Yang sonrió ampliamente ante las palabras de su amigo. Quería confiar y creer fielmente las palabras de su amigo sabía con ello, que por lo menos tenía alguien con quien sentirse respaldado.

— ¿Tienes hambre? — Preguntó el pelirrojo, al ver que ya casi era medio día — Puedo ir a comprar un poco del curry ese que tanto te gusta.

Jeongin se lo pensó por un momento antes de hablar — La verdad, hoy por alguna razón quiero un poco de comida China.

Sin poder evitarlo, Seung lo miro confundido por unos segundos, sin embargo decidió no decir nada. Sabía que Jeongin odiaba la comida China, pero quizas aquello obtenía validez al profundizar más de dónde provenía su inusual gusto.

Su conexión con el alfa.

—  ¿Quieres que llame al restaurante de hyung y pida un poco?

El menor asintió rápidamente tomando asiento y Seungmin así puedo sacar su celular para hacer la llamada pidiendo que la entrega no fuera directamente en el hospital, tampoco quería levantar alguna sospecha, no obstante como ya era usual el pequeño zorro a su lado de la nada comenzó a sentir unas náuseas desenfrenadas.

—  Iré por un poco de agua, Min — Jeongin se excuso, levantándo su cuerpo de la banca para caminar con intención de verse lo más normal hasta la esquina que dividía el patio del resto del hospital, antes salir corriendo en busca del baño más cercano.

Al llegar, cerró la puerta de golpe, dio una fuerte respiración y sin poder aguantarlo más escupió en el inodoro todos los pétalos que poco a poco iban cayendo. Según lo que había leído y los pocos reportes que existían sobre ello, una persona con Hanahaki podría vivir un máximo de seis meses.

Sin embargo, dependiendo de cada paciente el dolor, iba a ser más intenso y los medicamentos harían un mayor o menor efecto.

Jeongin bajo la llave, saliendo del baño para enjuagar su boca con un poco de agua, dándose cuenta que quizás era uno de esos casos donde el dolor no podrían ser opacable de manera tan fácil.

Ya que bien le había mentido a Seungmin y aquella ida al baño quizás era la número siete.
      

Mint ஜ HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora