Sin miedo del mañana

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Los mayores fueron detrás de su hijo que lloraba y hacía una escena por no ser el centro de atención por unos minutos.

Yusak ¿Estás bien? Sal de ahí amor.—preocupada tocaba la puerta buscando señales de su pequeño.

Váyase déjeme solo, por qué no van con su querido Andy que si quieren más que a mi.— les gritaba llorando.

Campeón no hay ninguna otra persona en el mundo que queramos más que a ti.

¡Mentira! Ustedes lo quieren más a él que a mi.

Sabes bien que no es así.— dijo el alfa con cariño. —Abre la puerta.— giró la perilla de la puerta pero seguía trabada. —Yusak, dije abre la puerta.— lentamente se escuchó como botó el seguro de esta. Ambos padres entraron y abrazaron al chico.

Lloraba desconsoladamente haciendo pucheros soltando uno que otro hipido. El mayor lo cargo y lo abrazó con dulzura y amor repartiéndole besos en su carita, su madre se acercó a ellos y limpiaba las lágrimas y mocos que le escurrían.

A nadie mas que a ti le doy estos besos.— el niño se emociono inflando sus mejillas regordetas soltando una risilla. —Te amo hijo.

También te amo papá.— deposito un beso en su mejilla

Ejem — tosió Taira —No me excluyan vándalos.

También te amo mamá— abrazo a su madre depositando por igual un beso en su mejilla.

Excelente, la hora se su siesta ya pasó, buen trabajo Ben— frunció el ceño mirando su reloj que marcaba que era más de media noche.

Me encanta siempre ser quien tiene la culpa.— soltó con sarcasmo.

Taira río —Cuídalos mucho, intenta que se lleven bien.— Cargó a su hijo metiéndolo en la cama de su padre, cambió sus ropas por unas pijamas, lo arropó y le dio un beso en la frente despidiéndose de él saliendo de la habitación, Yusak la observaba cansado por tanto llorar quedando dormido en segundos.

Deséame suerte.— suspiró con pesadez.

Si tienes algún problema llámame, vendré enseguida.— se escuchó decir a la beta a lo lejos.

Ben se despojo de sus ropas quedando solo en bóxer para ir a dormir junto a su cachorro, estaba exhausto. Acarició los mechones rebeldes de su hijo, cargaba una mirada llena de amor y ternura, amaba a su hijo y lo extrañaba. Se metió a la cama abrazando a su pequeño, este se acurrucó en su pecho entrando más en calor, no pasó mucho tiempo para que el mayor también cayera durmiendo.

Después de lo sucedido Andy estaba totalmente agotado, tanto física como mentalmente, cayendo completamente dormido en cuestión de segundos con el dolor en su pecho que estrujaba su pequeño corazón lleno de tristeza, pesadez y amargura. Seguía dormido pero tenía frecuentes espasmos y ligeras lágrimas corrían por sus ojos cerrados.

Taira salió por la puerta pero sin antes revisar cómo estaba Andy, se veía lastimado y temblaba a pesar de que tuviera 2 sabanas encima. Tomo otra que estaba al lado y arropo al niño, mañana traería más medicinas y a un compañero para que le ayudara a revisar con totalidad la condición del omega.

Dulces sueños cariño.— se acercó a su oreja diciendo esas palabras y dejó un casto beso en su frente con mucho cuidado.
Agarro sus llaves y por fin salió y cerró la casa para volver mañana.











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