《He bad》 kookmin.
Él lo tiene cuando quiere, lo tiene cómo quiere, lo tiene porque quiere.
Él es tan malo.
Muy malo.
Él es el malo.
Él es el mal.
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/Narrador/
El ruido del motor del vehículo se detuvo al cabo de unos minutos de viaje, Jungkook comprendía que la prisa que el rubio cargaba era una clara señal de que sabía moverse en aquel lejano sitio. Con un poco de inseguridad, el rubio tocó su labio roto y asintió, estaba listo para partir.
El momento crucial donde no había un retorno fijo, pues se encontraban a los pies de una gran montaña llena de peligros.
La cobardía estaba más que aceptada.
-No podemos dejarlos más cerca, tenemos que ir a nuestro sitio y esperar a que nadie nos haya seguido -Aclaró Taehyung devolviendo una curiosa mirada a Jimin, quien se encargaba de buscar algunos objetos en su ligero equipaje.
-Lo sabemos, me mantendré en contacto -Aclaró el pelinegro más alto una vez abandonó del todo el transporte -Envíen un informe semanal del como avanzan las cosas, no se preocupen por mi, si no les hablo en más de siete días no me busquen.
-Lo usual -Sentenció Yoongi -Jimin.
El rubio levantó la vista en busca del dueño de aquella voz, pero solo se topó con su rostro asomándose desde una de las ventanas, un poco magullado por las heridas que apenas querían cicatrizar y con el cabello revuelto por la leve siesta que había conseguido tomar.
-¿Decías algo? -Preguntó el de cabello claro una vez el otro lo localizó con la mirada.
-No hagas nada estúpido, no cuando el idiota a tu lado puede hacerlo por ti -Murmuró antes de dar una leve mueca que simulaba una sonrisa un tanto confiada, o que al menos pretendía hacerlo.
Park sonrió y asintió en señal de al menos escuchar aquel torpe consejo -Lo consideraré, gracias.
Al cabo de unos instantes el polvo de la carretera que habían dejado atrás solo era un recuerdo, Jimin cargaba consigo un teléfono que había tomado de sus pertenencias, y a su vez pretendía leer un extraño y pequeño papel que tenía escrito algo en él, con sumo cuidado dirigía sus pasos por la penumbra.
-¿Necesitas ayuda con algo? -Preguntó Jeon apegando cada vez más su cuerpo al del más bajo, quien a duras penas conseguía pensar en algo más allá del trozo de papel, y en descifrar lo que yacía en él.
-Estoy memorizando algo, solo aguarda un poco -Respondió sin dirigirle la mirada -Si quieres llegar bien a la próxima ciudad solo sígueme la corriente y no digas nada a menos que te lo pida yo.
El pelinegro asintió no tan convencido, pero de todas formas continuó con la marcha del más bajo, quien a unos metros más se detuvo en busca de algo entre las pequeñas malezas.
-¿Esto lo habías dejado tú? -Preguntó Jeon al notar como el contenido de aquella bolsa -¿Acaso robaste el auto de tu padrastro para venir a dejar esto antes?
El rubio lo miró unos instantes -Puedo hacer más que eso, lo bueno es que esta bolsa no se perdió o la robaron antes de venir.
Tras responder, apresuradamente el más bajo comenzó a cambiar sus prendas de tonos claros por otras igual de oscuras que la noche que los rodeaba. Hebillas, botas, nudos y traslucidez, Jungkook contó cada una de ellas y las categorizó en su mente según su agrado.
