08. A ti.

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/Narrador/

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/Narrador/

El ambiente dentro del vehículo era pesado, Jimin no podía dejar de ver el paisaje frente a él, no supo cuando, pero terminó conversando dentro del auto con Jin. El castaño sostenía firmemente el volante mientras buscaba las palabras correctas para formular preguntas.

-Yo... mira -Murmuró Jimin antes de suspirar un poco -Sé que no me creerás, pero realmente es importante que nadie además de nosotros sepan de Jungkook.

El más alto no se molestó en ocultar sus gestos, quería hacerle entender lo difícil de la situación y lo terrorífico que resultaba todo esto.

-¿Acaso estás loco? Jimin, es un hombre, que no sabemos como diablos terminó con esa herida y para variar lo tienes en tu cuarto ahora mismo.

-Espera espera -Bramó Park con un poco de desespero en su voz -En primer lugar no importa como se haya herido, es mi amigo y lo estoy cuidando. Lo estamos haciendo bien, no hay necesidad de que te preocupes por eso Jin, se irá después de unos días, no hará daño alguno. No en su condición.

El otro mordió levemente su labio, se estaba enfadando con lo infantil del asunto, no podía creer que Jimin estuviera hablando de esa forma tan despreocupada, de hecho ya estaba alterado con tener que dejarlos a los hermanos con ese desconocido, que para variar le daba muy mala espina con tan solo recordarlo.

-Lo hago, yo también soy tu amigo -Reiteró con enfado -Y los quiero demasiado, no puedo pensar en nada más que en el peligro que corren al dejarlos un minuto más allí, de seguro les terminará robando o algo. Y no, no me salgas con que no te conozco, ¡Lo haces mal, está mal lo que haces por él!

El rubio ofuscado apretó sus manos, no podía creer como le hablaba aquel que era su amigo, su mejor amigo, una persona que tanto quería. Sorprendido se giró completamente hasta él, no pudo contener la pena y todo lo que sentía por más tiempo, liberó algunas lágrimas mientras con esos mismos ojos acusaba a Jin de provocarle aquel mal rato.

-Sé que a veces no puedes confiar en mis acciones -Limpió una de sus mejillas -Pero ya no soy ese niño con el que jugabas antes Jin.

El otro dio un pequeño brinco al mirar al rubio, sus ojos azules brillaban más de lo usual y sus labios parecían temblar con cada segundo que pasaba. Con apuro abrió su boca, pero demoraron las palabras en brotar por lo que el largo camino de las lágrimas siguieron su curso, no podía pararlas.

-Jimin yo...

-Volveré a ver a Jim, mis padres llegarán pronto -Concluyó la conversación sin mirar al castaño por un largo tiempo -Puedes volver después, estarán felices de tenerte aquí, siempre lo están.

Salió del auto y le dio una sonrisa cansada antes de hablar o tan solo moverse un poco más.

-Prepararé un poco de galletas por la tarde, si quieres ven, te esperaré -Invitó el rubio para luego caminar de regreso a su casa, estaba ya desinteresado por todo el fango que había traído consigo, podía limpiarlo después, al llegar a la puerta escuchó el motor del vehículo encenderse, luego de un rato no se oyó más.

Dejó sus sucios zapatos en el pórtico, cuidando de ensuciar lo menos posible dentro de casa, caminó por el sitio algo meditabundo, pero se apresuró hasta el cuarto de su hermano, abrió cuidadosamente y lo encontró en el mismo sitio que hace un rato atrás. Volvió a su cuarto y se encontró con Jungkook mirando sus manos, tocaba sus nudillos un tanto despreocupado, al parecer el riesgo de muerte había disminuido y eso lo tenía de mejor humor.

-Demoraste -Habló el pelinegro bajando sus manos para ver mejor al rubio que acaba de entrar, notó el aspecto y el semblante del otro -¿Todo bien?

Jimin asintió y sonrió de forma casual, tomó las prendas que había traído y las llevó al baño, después salió y se acercó a Jungkook. Este le miraba sin expresión alguna, por dentro se preguntaba sobre la ausencia del gigante castaño amigo del rubio, pero decidió no preguntar nada más, le molestaba involucrarse en problemas ajenos.

Con los suyos le bastaba.

-¿No te bañarás un poco? -Preguntó agachando la mirada hasta el de ojos negros.

¿Acaso era extraño estar sentado en el inodoro sin hacer nada que se supone debería hacer en ese sitio? Solo miraba como Park preparaba una silla dentro de la bañera, se aseguraba de colocarla con cuidado, todo eso era para limpiarle con cuidado de no mojar la herida recién cerrada.

-Si quieres puedo lavar tu cabello, de seguro te duelen los brazos y las manos -Comentó el rubio subiendo las mangas de su camisa para comenzar a llenar la tina con agua tibia -Solo si quieres.

El pelinegro sonrió y asintió, comenzó poco a poco a quitarse su chaqueta y playera, Jimin lo ayudaba con mesura, no quería descubrir más heridas o algunos moretones por ahí, pero solo se encontró con variados tatuajes, delicadas líneas que creaban un hermoso conjunto que cubría gran parte de su brazo izquierdo y pecho.

-¿Alguna vez has visto un tatuaje? -Preguntó Kook al notar la atenta mirada del granjero rubio sobre los dibujos que decoraban su piel. Se apresuró en buscarlo con la mirada, quería ser testigo de la incierta incomodidad que le hacía pasar a Jimin, le resultaba gracioso ver las expresiones del rubio. Un pasatiempo para aquel encierro hospitalario.

-N-no -Respondió apartando la mirada, estaba avergonzado -Solo los vi un poco, son geniales.

Los negros ojos del pelinegro se encargaron de dar un gran paseo por el rostro del chico junto a él, sabía que todo estaba mal, que no había razón para molestarle un poco, pero en cambio solo le tomó de la muñeca, había logrado captar la atención de esos azules ojos que en más de una ocasión lo miraban preocupado, en ese momento estaban más extraños de lo usual, al igual que él.

-¿Te molestaría ayudarme con esto? -Señaló su negro pantalón que estaba con algunas manchas de fango. Por inercia liberó el agarre de la tersa piel.

Claro que le molestaba.

Jamás se había encontrado en esa situación, respiró antes de comenzar a bajar el pantalón del hombre frente a él, sus mejillas ardían y él se preguntaba la razón de esto. No era anormal el cuerpo masculino, ambos eran hombres.

-Tranquilo, no muerde -Le dijo divertido Jungkook al ver como el rubio dudaba frente a él -¿Que harás?

-Te dejaré el resto a ti -Espetó con obviedad -Me daré la vuelta, tira lo que puedas a la cesta -Comentó dejando la ropa en el lugar mencionado.

-Claro claro -Habló Jungkook antes de soltar una risa burlona, una en voz baja.

-¿Está bien?

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Calicagirl📱: AHHHHHH Amo este fic, uwu❤❤❤❤❤❤❤🍃🍃🍃

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《He bad》 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora