Capitulo V

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La cabeza me duele horrores, todo me da vueltas, lágrimas saladas me empapan la cara. El viento frío se cala entre los pliegues de mi ropa. Me doy cuenta que he caído de rodillas al suelo, y el rocío me está mojando los pantalones. Me agarro la cabeza. Y grito pidiendo ayuda, por si alguien puede escucharme.

Unas vans negras aparecen en mi campo de visión. Hay alguien en frente de mi. Se agacha, y me coge la cara para que la mire. Reconozco esos ojos azules y el pelo rojo como el fuego, es la chica del instituto.

- ¿Qué te pasa? ¿Va todo bien? - la chica me mira preocupada y me ayuda a levantarme, mis piernas parecen gelatina así que me tiemblan y soy incapaz de mantenerme en el sitio por mucho tiempo.

- ¡Necesito ayuda! ¡Ella! ¡Ella la necesita!

La pelirroja me mantiene de pie, manteniéndome por los hombros, me recorre el cuerpo con los ojos para buscar heridas.

- Calmate... ¿Vale? ¿Es Eddie? ¿Te ha hecho algo?

- ¡No! ¡No! ¡No me ha hecho nada! Hay que ayudarla a ella, esta dentr-...

- Escuchame... tranquilizate. Hace frío fuera, vayamos a mi casa... y me cuentas lo que pasa

- Pero es que...

No acepta un no por respuesta, manteniendome sobre mis zapatos me guia hasta su casa que era justamente la de en frente de Eddie. Me temblaba todo el cuerpo, respiraba agitadamente presa del pánico. Intentaba avisarle de que Chrissy seguía allí, dentro, y que necesitaba ayuda pero la chica no me escuchaba, y me repetía una y otra vez que respirara hondo y que me calmara.

Abrió la puerta y el olor a alcohol y a tabaco se estampó en mi cara. Me sentó en una silla del comedor y empezó a apagar cigarrillos encendidos que había sobre la mesa al lado del sofá y a recoger latas de cerveza vacias tiradas en el suelo.

Estaba oscuro, solo había algunas lámparas encendidas y no daban mucha claridad. Pude ver a una mujer tirada sobre el sofá, parecía profundamente dormida y debajo de la manta que seguramente había colocado ella sobre su cuerpo se asomaban unos mechones del mismo color fuego que tenía la chica.

- Perdona el desorden... - se disculpo incómoda - Mi madre no está muy... tú me entiendes.

Hubo un silencio, la cabeza me dolía demasiado que ya no sabía cómo había llegado hasta ahí, no sabía que había pasado en los últimos minutos

- Soy Maxine Mayfield. Pero no me llames Maxine, lo odio. Mejor Max.

- _, soy _ - la voz se me entrecortaba, el miedo seguía corriendo por mi sangre - Necesito ayuda de verdad, en el trailer de Eddie.

- ¿Podemos hablar en mi cuarto? No quiero que mi madre se despierte, se pone de mal humor.

Recorrimos el pasillo a oscuras, hasta el final donde encontramos la puerta que daría a su habitación. Un contraste de olores se produjo, el cuarto de Max olía a exactamente a todo lo contrario comparado con el resto de la casa. Vi posters, un skateboard, un bote de pastillas para el dolor de cabeza y canciones para el reproductor.

Se sentó en la cama y me invitó a que yo lo hiciera.

- ¿Tenemos que llamar a alguien? ¿Tus padres? Si Eddie te ha hecho algo podemos llamar a la policía...

- ¡El no me ha hecho nada! Él me ayudó.... tenemos que llamar a la policía, ella necesita ayuda...

La imagen de Eddie me vino a la cabeza, el terror que vi en su cara, como me sacó de la casa... Pero también recordé la mala reputación que tenía, no nos creerian... Pensarían que el había hecho algo y no podía permitirlo.

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