Capítulo 1

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Actualidad.

-¡Etna apúrate! ¡Se hace tarde!-dijo mi padre.

-¡Ya voy!-grite.

No soy una típica adolescente, soy una bruja. Tengo problemas de adolescente y de bruja, los mortales se quejan de su vida... imagínense la mía.

Me miro ante el espejo, me veo... aceptable.

Los árboles corren a la par de las nubes desde el auto, me dirijo a la casa de mi tía Nereida que en realidad es el instituto de brujas y brujos.

Salimos de la ruta para entrar a un desvío de tierra, nos metemos por la arboleada y llegamos a unos portones de hierro con una "H" en el medio. Bajo del auto y sigo observando la entrada, las enredaderas hacen que parezca descuidado, sobre unas columnas se encuentran gárgolas sentadas.

Me encuentro con los ojos avellana de mi padre.

-Te voy a extrañar.-dice sosteniendo mis maletas.

-Yo también.-dije abrazándolo.

-Tú madre estaría muy orgullosa de ti.-dijo mirándome a los ojos.

Sonreí.

Mamá había fallecido hace un tiempo y recordarla me ponía triste, ya no quería estar triste. Me miro con esa mirada de tristeza en el portón.

-No me mires así.-le dije.

-Estas muy grande. Pronto tú también te irás a la universidad como tus hermanos.

-Lo sé.-dije.

-Quiero que te cuides.-dijo soltando mi equipaje.

-Tú también cuídate.

A través del portón vi que una mujer de cabello negro, pálida, con un vestido y tacos negros, se acercaba a nosotros. Al parecer le gustaba el negro.

Mi tía Nereida.

-Hola sobrina.-dijo sonriente.

-Hola tía.-dije con una sonrisa.

La mujer de ojos verdes abrió las puertas y saludo a mi padre.

-Es un gusto volver a verlos.-dijo viendo mis maletas.

-Igualmente.-dijo mi padre.

Nos despedimos, me dijo que vendría a visitarme pronto pero que ahora no podía pasar.

Llevaba mis maletas por el camino hasta la impresionante y gigantesca casa.

-¿Etna?-dijo mi tía.

-¿Sí?

-Estas usando el collar.-dijo observándome.

-Sí. Ya me siento lista.-dije.

-Entiendo.-dijo parando en el camino-. Quiero que entiendas esto del collar, es poderoso, muy poderoso. Tu abuela te lo dio porque sabía que era para ti, ahora yo te daré algo. Esta noche pasaré por tu habitación.

Al entrar en la inmensa casa, no vi a ninguna persona. Dos escaleras a los costados señalaban las habitaciones para chicos y chicas, todo era en tonos blancos, rojos y negros.

-Sígueme.-dijo.

Las maletas empezaban a pesar. ¿Para qué traje tanta ropa y libros?

-Déjame que te ayude.-dijo y agito su mano.

Mis maletas empezaron a levitar y seguirla.

Sip, cosa de brujas. Genial ¿No?

Esta es la antigua casa familia Hill, mi tía lo termino de transformar en un instituto para brujos.

-Está es tu habitación -dijo parándose frente a una puerta blanca.

Al abrirla, divise dos camas con un cubrecamas rojos carmín, los muebles eran color negro, y todo lo que fuera tela rojo carmín, las paredes eran blancas. Un espejo con bordes oro se encontraba al lado de un ropero negro.

-Remodelaron.-dije admirado el lugar.

-Sí. Ya era hora.-dijo dejando mis maletas en el piso-. Como pidieron ustedes. La señorita Fly dormirá contigo.

-Gracias tía.-dije.

Me brindo una sonrisa y salió tranquilamente por la puerta cerrándola.

La puerta se abrió.

-¡Etna!-dijo Ranji abrazándome.

-¡Hola Ranji!-dije correspondiéndole.

Luego de desempacar eran las 20:30, la música seguía sonando y cantaba.

Toc, toc, escuche en la puerta, camine hasta ella y la abrí. Lo primero que vi fueron unos ojos grises.

-Anna.-dije abrazandola.

-Etni.-dijo correspondiéndome.

Anna es una amiga de toda la vida, sus mechas rosadas hacen que representen quién es ella en concreto, una chica que no le importa lo que los demás piensen y es muy arriesgada.

La charla siguió.

-¿Y Luz?-pregunto Ranji.

-Esta en la pieza desempacando.-dijo Anna tirada en mi cama.

Luz es la melliza de Anna, su diferencia va en sus ojos, Anna los tiene grises mientras que Luz los tiene verdes, luego ambas son morochas y de piel pálida. Sus personalidades son todo lo contrario.

Bajamos las escaleras riendo y hablando, muchas personas estaban en el comedor que era gigante, mesas largas con manteles blancos pero nada encima de ellos, nos sentamos y seguimos hablando.

La gente iba de aquí para allá, algunos mayores y otros más chicos.

-Ahí están.- escuche la voz de Luz.

Mire y estaban las que faltaban, Isabela y Valeria.

Charlábamos y de pronto el silencio reino en la sala. Un grupo de mayores, ingreso y delante de todos estaba Nereida.

Caminaron hasta la mesa que estaba en el altar. Nereida se puso en el medio de la mesa y miro alrededor.

-Buenas noches chicos.-dijo con una sonrisa.

Su vestido negro fue cambiado por una camisa blanca y pantalones negros.

-Buenas noches.-contestamos.

-Este es el primer día para algunos de los estudiantes y el último primer día para otros. Sé que este año será muy bueno, tenemos muchos programas entretenidos para ustedes y también muchas competencias con los demás institutos. Ahora como la gran bienvenida de todos los años a comer.-dijo y alzo su mano.

Los cubiertos de plata aparecieron de la nada, la comida en nuestros platos y candelabros encendidos.

-Esto es asombroso.-dije.-Nunca me cansare.

Las chicas me miraron y rieron.

La comida estaba exquisita y la buena compañía era una parte genial.

Luego de la cena, cada uno iba a su dormitorio, Ranji y yo fuimos las últimas del grupo en encontrar la habitación ya que las demás vivían más adelante que nosotras.

BRUJASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora