No sabía como se lo diría a las chicas y Matías. No sabía por cuanto tiempo me iría o si volvería.
Isabela dijo que podía ir en el verano o antes de terminar las clases. No sabía que hacer, aunque lo más correcto era irme lo antes posible y comenzar con este tratamiento.
Tomé una bocanada de aire y entre en mi habitación, Ranji estaba atenta mirándome, cuando mire a los costados los demás estaban ahí.
-¿Qué dijo?-Preguntó rápidamente Ranji, dejando ver sus ojos dilatados.
-Me tengo que ir a la aldea de ellos.-Dije.
El silencio inundo la habitación.
-¿Cuánto tiempo?-Preguntó Matías.
-No lo sé.-Respondí sin mirarlo.
-¿Cuándo te iras?-Preguntó Anna.
-Cuando yo quiera ir, pero debe ser lo antes posible.
-Cuéntanos.-Dijo Ranji.
-Creo que me transformare en una de ellas o algo así, no me explico muy detalladamente Isa, solo me dijo lo que estaba pasando, lo esencial. No es nada grave, solo debo aprender a controlarlo, desde ahora podré sentir el mundo o algo así.-Dije haciendo una mueca.
-Eso es raro.-Comentó Luz.
-Sí...-Respondí sin animo.
Me senté en el piso observando a todos, sus ojos lucían tristes y preocupados.
-Nada malo me pasará.-Dije tratando de sonreírles.
Todos me miraron y sonrieron.
Luego de que el tiempo pasara y habláramos más sobre el tema, las chicas se fueron a buscar comida y me quedé sola con Matías.
-Te voy a extrañar.-Dijo abrazándome.
-Y yo a ti, amor.-Dije escondiendo mi cabeza en su cuello.
Ese olor tan único y especial que tenía, era perfecto.
-¿Podré visitarte?-Preguntó.
-No lo sé.-Dije tristemente.
Nuestras miradas se encontraron, nuestros labios se fueron acercando y culminamos en un tierno beso.
Cuando me di cuenta la noche había pasado y yo no estaba dormida, Ranji se encontraba tirada en su cama casi roncando, sonreí. La extrañaría horrores.
Salí sin hacer ruido de la pieza. Me dirigí al patio y me senté en una de las bancas. Toda mi vida había dado vueltas en un solo segundo, en un solo año.
No deseaba cambiarla porque gracias a ello había aprendido mucho, dicen que los tiempos más difíciles son mejores que los tiempos fáciles.
Cuando me di cuenta el sol se asomaba. La noche pasó con mis pensamientos.
Me encontraba frente a una puerta blanca.
¿Cómo había llegado allí?
Algo me llamaba a abrirla. Mire para los costados, un pasillo vacio era lo único que se podía ver, ninguna puerta más que esa.
Tome la manija de la puerta, la gire.
La puerta se abría lentamente, una luz blanca provenía desde adentro de la habitación, cuando estuvo totalmente abierta lo que vi helo mi sangre.
Daciano se encontraba frente a mí, su cara estaba totalmente pálida, sin embargo sus ojos eran brillantes y parecían sedientos. Una sonrisa maliciosa tiro de sus labios.
-Tanto tiempo.-Dijo su voz ronca. Esa voz que pensé que nunca volvería a escuchar.
Desde un costado divise a alguien mirándome.
-Anastasia.-Dije lentamente.
La colorada me miro seria.
-Vas a tener que aprender a expulsar los paracitos.-Dijo cortante.
-No entiendo.-Dije frunciendo mi cara.
-Daciano se te esta prendiendo, esto es parte de lo que te esta pasando, no puede volver pero puede instalarse en tu cabeza.-Dijo acercándose a mi.
Llevaba un vestido negro y sus rizos caían al costado de sus hombros.
-Quiero que te concentres, sola sabrás como hacerlo.
Cerré mis ojos. Busqué la respuesta en mi mente, y llegó sola.
Luces coloridas adornaron la oscuridad.
-No podrás hacerlo, eres débil, recuerda que el amor te vuelve débil, ese chico lo único que hará será dejar que entre en tu cabeza con facilidad y seré tu paracito el resto de tu vida y muerte.
Se reía con fuerza y sus ojos parecían más sedientos.
Mi mandíbula se endureció.
Empecé a hablar en latín. No sabía siquiera lo que decía. Solo sabía que estaba funcionando.
Daciano se revolvía y gritaba.
-Me las pagaras.-Dijo.
Desapareció dejándome sola con Anastasia.
-Debes irte lo antes posible a la aldea.-Dijo seria.
Solo la mire.
-Estoy orgullosa.-Dijo depositando su mano en mi hombro y regalándome una sonrisa.
De apoco todo fue esfumándose.
De nuevo me encontraba sentada en la banca.
Tenía que llamar a Isabela y decirle que me buscara.
-
Hola chicos, se que hace mucho tiempo no actualizaba pero es que mi mente había decidido bloquearse con "Brujas". Prometo subir más seguido, eso estará un poco difícil porque hace poco empece con los cursillos de la facultad y agreguemos que tengo otras actividades. Deseenme suerte! Los quiero!
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BRUJAS
Teen FictionEtna, es una chica de 16 años que oculta un secreto muy grande para la humanidad. Es una bruja y una muy especial. Registrada/protegida por SafeCreative Todos los derechos reservados.