Los días se volvieron más pesados y largos.
Entrenaba duro físico y mentalmente, creía que mis neuronas se fundirían y no sobreviviría otro día más en la aldea.
El tiempo corría rápido, el verano estaba por terminar, eso significaba que pronto iría a casa. En todo este tiempo fui a ver a mis amigas, mi padre y Matías, había perfeccionado las visiones y transformado en tele transportación.
Me encontraba corriendo por el bosque en compañía de Isabela. Pronto no estaríamos más juntas, yo me iría al instituto y ella se quedaría aquí.
Mis ojos estaban como hace unos meses atrás y eso me sentaba bien, significaba que no sería una Nusba o al menos no aún.
Quería con desesperación volver a la vida normal que solía tener aunque sabía que eso no era posible. Todo había cambiado en mí pero a la vez todo era tan normal.
Era feliz, feliz nuevamente.
Y ser feliz significaba todo para mí.
Los días pasaban y el final se acercaba.
Ya no era más la Etna del principio ahora era una chica total y completamente diferente. Me había vuelto feroz, sin miedo.
Daciano desapareció, lo expulse completamente de mi vida.
La noche caía lentamente tiñendo el cielo con colores inexplicables. Me tome el tiempo de apreciar todo a mi alrededor, no sabía cuando volvería. Las demás nusbas me habían integrado muy bien, ahora era una más. Estaba rodeada de brujas especiales y feroces, sin miedo a nada ni nadie, manteniendo el balance en la Tierra y haciéndome una mujer fuerte.
Si algo extrañaría sería esa fortaleza que tenían, y la fortaleza más grande que había visto pertenecía a las originales. Ellas hicieron un cambio gigante en mí.
Algo tapo mi vista.
-Isabela.-Dije riendo y agarrando las manos de esa persona.
-No...-Dijo su voz profunda en mi oído.
No lo podía creer, estaba conmigo.
Me di vuelta y sus ojos azules impactaron con los míos.
Lo besé.
Lo había extrañado tanto.
-Te extrañe.-Dije al separarme de él.
-Yo mucho más mi amor.-Dijo tomándome de la cara.
Sonreí.
Lo amaba.
Lo lleve a mi hogar y nos sentamos a hablar de las cosas que habían pasado en todo este tiempo que no lo pude ver. Hace mucho no lo visitaba.
Mis ojos pesaban, estaba recostada sobre su pecho escuchando sus latidos. Era una hermosa melodía.
-Te quiero.-Dije trazando círculos en su mano.
-Y yo a ti.-Dijo con su voz ronca.
Ambos estábamos cansados, pero no queríamos dormir, tenía miedo de que se desvaneciera.
Lo mire a los ojos y le sonreí.
Nos besamos y ahí fue cuando me perdí... Cuando nos perdimos.
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BRUJAS
Teen FictionEtna, es una chica de 16 años que oculta un secreto muy grande para la humanidad. Es una bruja y una muy especial. Registrada/protegida por SafeCreative Todos los derechos reservados.