◇El libro de leyendas - El dragón original◇

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Hace eras ya hace tantísimo tiempo olvidadas, en la época donde el polvo aún no se había convertido en montañas, donde los océanos aún no habían parido ningún hijo y en donde los páramos infinitos llenos de nada dominaban.

Caminaba tranquilo, un dragón.

Era pequeño y con escamas de carbón, sus ojos de oro brillantes cual constelación. Él fue engendrado junto al mundo y quedó bajo su cobijo protector. Querido hijo de la existencia, nació de luz y amor, siendo las estrellas sus hermanas y el gran sol su mayor.

Querido primogénito de la vida, su chispa fue concebida y la nada lo contempló. El pequeño dragón abrió sus ojos con ninguna sabiduría, estos desvelando el brillo de un destino fuera de cualquier saber; observó la bienvenida que su hermano le había dado a modo de un hermoso amanecer.

El sol lo acogió con su calor, la tierra lo sostuvo con delicadeza, y respirando el pequeño sentía como el mundo le daba poder.

Mirando al desierto que nunca terminaba, el pequeño dragón caminó. Veía como su hermano sol se ponía, lo dejaba y el calor en sus escamas se desvanecía. Sin comprenderlo, el joven dragón se sentó, esperando su regreso con el viento que lo abrazó. Mirando hacia arriba él veía a sus hermanas lunas brillando para consolarlo, entre tanta oscuridad con cariño lo iluminaban para cuidarlo.

El joven dragón no comprendía, pero aún así miraría a sus hermanas cautivado; la soledad que traía el frío, con el deslumbrar colorido de las cuatro lunas fue alejado.

Y así tranquilo y en calma, el joven dragón esperó.

Pasaba el tiempo, y cuando su hermano sol salía, el pequeño caminaba explorando tal mundo en cimientos en busca de algo más que la nada, pero cuando su brillo lo dejaba, el siempre se sentaba, esperando a su regreso mientras miraba a sus hermanas tan hermosas que lo acompañaban.

El primogénito no conocía edad, ya mil veces su hermano brillante había bajado, pero él no se cansaba de esperarlo.

De las huellas de su larga caminata, color más que el arenoso interminable había surgido en algún tiempo, mirando hacia atrás el pequeño había visto como pequeña vida verde había aparecido con el pasar de los milenios. El no comprendió, su camino no cambió, su espera y aventura continuó.

Sin rumbo vagando, él seguía caminando; bajaba su hermano tantas veces, y el pequeño a la par, fascinado veía el mundo evolucionando.

Así sus pasos siguieron, marcando lentamente con sus huellas los caminos en donde la vida aparecía, crecía y prosperaba. Mirando hacia los cielos el pequeño no sabía a dónde iría, pero una cosa segura sería.

El joven dragón nunca se detendría.

La Leyenda del primer dragón.

Historias de un mundo fantástico por: Elievet Diamond - página 1

Resplandor: la historia de una niña celestial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora