-¡¿Amali, qué está pasando?! -Tatiana gritó a la rubia. Los tres chicos se refugiaron detrás de un árbol y varios arbustos que se encontraban en el campus, muy lejos de la zona de batalla. Ninguno de hecho se atrevía a mirar hacia atrás de nuevo y solo respiraban con dificultad de tanto correr y por el susto.
-¡Juro que no lo sé!, por alguna razón hay demonios y tipos brillantes peleando allá. -Con lágrimas en los ojos y miedo en su rostro, Amali empujó aún más su espalda contra el tronco del árbol, haciendo el esfuerzo por escuchar algún estruendo más o en el peor de los casos a alguien acercándose.
-¿Qué hacemos? No podemos escapar por aquí. -señaló exhausto Neytan, viendo hacia el muro límite del campus. Era tan alto que ni la copa del árbol alcanzaban la parte superior. No tenían salida a menos que quisieran volver al instituto.
-¿Creen que los demás estén bien? -Tatiana temblaba junto a Amali, ya que aunque no escuchaban nada, no podían decir que aquellos seres extraños ya se habían detenido. A ella también le preocupaban sus demás compañeras.
-No lo sé... esa explosión destruyó desde el aula de música hasta el salón de los de noveno grado. Pero nosotros fuimos los últimos en salir, ¿recuerdas? Seguro no los alcanzó. -Intentó tranquilizarla Neytan, mirándola a los ojos. En su mente buscaba explicaciones para todo lo que estaba pasando.
-¿Vendrá la policía...? -preguntó Tatiana.
-Estoy seguro, descuiden, estaremos bien. -dijo Neytan, mirando ahora a su otra amiga que estaba muy callada. Esta tenía la mirada perdida y parecía inmersa entre sus pensamientos.
-Sí... así es. -pronunció ella en voz baja. -. Estaremos a salvo.
-Oye, Anni, ¿cómo fue que los viste? - preguntó el chico de cabello negro, recordando lo que había pasado minutos antes del desastre.
Eso sacó a Amali de su propia maraña de sentimientos y pensamientos caóticos.
-¿Eh? -La niña de ojos dorados lo miró en estado de confusión, con las cuencas hinchadas por el pequeño llanto silencioso.
-Me refiero a antes, esos... ellos parecían ser invisibles, pero tú los viste mucho antes que nosotros, ¿cómo...? -Era cierto, aunque ellos no lo sabían, Amali había visto a través de su magia sin ningún esfuerzo.
Ella reflexionó
-No lo sé... simplemente estaban allí, como personas normales cuando los miré. -Ni ella misma sabía qué pasó ni por qué.
-Bueno, es obvio que no lo son. -agregó Tatiana una vez que se recuperó un poco.
-¿Creen que sean alienígenas? -comentó Amali. Aunque tenía varias dudas en su cabeza.
-No quiero saberlo. -soltó Neytan, sin querer imaginar los orígenes de tales terroristas.
El grupo de niños se mantuvo oculto y en silencio. Amali, Neytan y Tatiana se apoyaban los unos en los otros, intentando procesar la magnitud de lo que acababan de ver y sentir. La escena era como sacada de una película de ciencia ficción o de un cómic de superhéroes, pero dolorosamente real.
-Oigan, es cierto, deberíamos intentar contactar a alguien con nuestros móviles, ¿los tienen? -sugirió Neytan, sacando su propio teléfono del bolsillo.
-Lo dejé en mi casillero... -dijo Tatiana, su voz temblorosa.
-Papá no me deja traerlo a la escuela... -admitió Amali, frunciendo el ceño.
-Bueno, tengo señal, voy a llamar a emergencias. -Neytan desbloqueó su pantalla y rápidamente marcó los números, llevándose el teléfono al oído. Tras unos segundos que parecieron eternos, habló. -Hola, sí, necesitamos ayuda. Hay... hubo una explosión y gente extraña peleando en la escuela. Sí, es serio. Por favor, vengan rápido.
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Resplandor: la historia de una niña celestial.
FantasíaUna antigua leyenda cuenta que en cada era nacerá una niña bendita, dotada de la gracia del sol y atribuida con el talento más grande concebible. Esa elegida llevará a su gente a la grandeza, traerá cambios al mundo y bañará la tierra de esperanza. ...