•Introducción: soliloquio de una arcángel.

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Él siempre ha sido alguien muy extraño. Y no menciono eso especificamente por su raza ni sus orígenes u poderes, para nada. En eso de hecho estamos igual, creo.

Yo solo recalco que ese comportamiento suyo, a veces tan discordante con su aptitud, o ese afán tan inesperado e insaciable que mantiene por la comida, no es lo que esperarías antes de conocerlo. Nadie me culparía por estar sorprendida si es que lo vivieran conmigo, en serio.

Por fuera siempre parecerá un hombre raro del que nunca podrías saber que piensa, con una aptitud helada oculta detras de esa aterradora fachada de calma imperturbable que ciertamente le queda.

¿Él es malvado?

Si me preguntaran eso ciertamente lo negaría, aunque no puedo asegurar tampoco que el concepto de "bueno" pueda definirlo. Nunca se comportaría como un villano voluntariamente, estoy segura de eso, pero como él mismo me ha dicho muchas veces,"no es un héroe, ni mucho menos". Él nunca se inclinará a causar dolor o pérdidas si puede evitarlo, no sembrará la semilla del caos sin un buen motivo que lo impulse. Pero al mismo tiempo, tampoco salvará a nadie sin que hayan razones válidas para hacerlo. Un ejemplo sería: "Jamás empujará a un hombre a un precipicio, pero tampoco evitará que este mismo hombre caíga por accidente o que otro lo empuje"

Como bien se le ha descrito; él es solo un "observador", no le importa el bien o el mal, ni de él ni de otras personas.

Adivinar completamente sus intenciones es algo que ni siquiera yo he logrado, muy contrario a él que parece descifrarlo todo con una sola mirada de sus ojos hermosos que casi nunca muestran el mínimo indicio de interés. Uno podría pensar que ya ha visto demasiado a su edad y por eso nada lo atrae ni le afecta.

Pero yo no estoy del todo de acuerda con eso; siempre lo observo cuando está perdido en sus lejanos pensamientos, atrapado en un mundo de recuerdos. Su expresión nunca cambia cuando eso, permanece tan sereno e imperturbable como es costumbre, pero yo siento que algo ocurre en su interior cuando se queda viendo a la nada, con sus ojos distraídos pareciendo todo el tiempo estar contemplando algo. ¿Será el pasado lo que mira o algo más?

Nunca me atreví a preguntárselo. Sabía que no me diría lo que veía tan constantemente. Era uno de los tantos secretos que tenía y no me contaba, pero eso sinceramente a mi no me molestaba. Desde que lo conozco fue así.

Un hombre apático que a pesar de todo le gustaba mucho ver a la gente divertirse, un espectador que mira la historia desde su lugar y sin interferir, pero que siempre alienta al crecimiento de todos por igual, un individuo que ha pasado por tantas cosas en su tan larga vida, pero que aún así me dejó un lugar en su corazón. Él es alguien extraño, pero me encanta que sea así.

Me siento tan orgullosa de decir que soy la única que hasta ahora ha dejado estar a su lado, junto a él mirando sus aventuras, recorriendo las tierras con su guía, escuchando sus miles y miles de historias guardadas. Me siento tan emocionada al recordar las tantas cosas que ya hemos pasado juntos, los momentos que más nos han unido y los tan divertidos tiempos que ya vivimos como uno. Me pregunto ¿seré capaz de disfrutar esta felicidad para siempre?

Nunca me arrepentiré de lo que hice ni dejé para estar a su lado, no importa lo que los demás estupidos alados me digan.

Nunca lo dejaré ahora que ya estoy tan atada a su existencia.

Después de todo...

El monstruo que todos más temen y odian no es más para mí ahora que el único amor de mi vida.

Amo a este dragón.

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Soliloquio de una arcángel

Resplandor: la historia de una niña celestial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora