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Las situaciones embarazosas parecían presentarse con mucha frecuencia en la vida de Juliette.

Si ella le contara a las demás personas las cosas que le sucedían, seguramente nadie le creería con tanta facilidad.

Ahora mismo se encontraba en una situación bastante embarazosa, jamás pensó que se pondría a discutir con una niña de nueve años en un parque sólo porque la pequeña hablaba del amor verdadero.

«¿Por qué intervine en su conversación? Pude haberme ahorrado esta vergüenza

Juliette había decidido pasar su hora de comida en un parque que estaba muy cerca del trabajo mientras comía una sándwich de Subway. Pero quizás esa fue una mala decisión.

—Señora no es culpa mía que haya tenido malos noviazgos —farfulló la niña molesta.

—Oh por favor, ¿señora? ¿Cuántos años crees que tengo niña?

—¿Treinta?

—¿Treinta? —replicó sorprendida—. ¿Te parece que tengo treinta?

—Sí, ¿estoy mal?

—Sí —respondió Juliette algo enfadada—. Para tu información tengo veinticinco.

—Por favor, está a nada de cumplir los treinta.

—¿Y eso qué? Aún estoy en mis veinte. ¿Cuántos años tienes tú? ¿Seis?

—Tengo nueve —corrigió.

—¿Nueve? Por Dios, ¿qué vas a saber a los nueve años del amor verdadero?

—Pues más que usted.

«Maldición...¿por qué los niños con tan irritantes?»

Las personas que pasaban cerca la veían raro, pero desde el punto de vista de Juliette era comprensible, ¿qué clase de profesionista se pone a discutir con una niña de nueve años en un columpio?

—No le ha ido bien en el amor, ¿verdad? —canturreó la pequeña—. ¿A qué edad tuvo su primer novio?

Juliette soltó un bufido, sorprendida de ver que estaba teniendo esta conversación con una niña de nueve años.

—A los dieciséis.

—¿A los dieciséis? —repitió sorprendida—. Vaya, yo creí que había sido antes.

—¿A caso tú ya tienes novio?

—Ya —sonrió—. Y lo quiero mucho.

—No puede ser —dijo incrédula—. ¿Ahora los niños tienen pareja a esta edad?

—¿Cómo era su primer novio? —preguntó curiosa.

—¿A qué te refieres con cómo era?

—Me refiero a cómo la trataba.

—Esto es increíble, no puedo creer que este hablando de novios contigo —dijo divertida—. Él era muy dulce, atento y muy guapo —sonrió—. Me trataba muy bien, era muy detallista y bastante cariñoso. Realmente era un buen novio.

—¿Por qué terminaron?

—Hmm...él se fue de Sídney y las relaciones a distancia no son nada fáciles.

—¿Lo quería?

Juliette volteó a ver a la niña y pudo ver como ella la observaba bastante interesada y la situación le pareció extraña, pero divertida. Le dio una sonrisa.

—Sí. Lo quería mucho.

—¿Él también la quería?

—Sí...él también me quería.

—¿Entonces por qué terminaron si ambos se querían?

—Sabes...ahora no estoy muy segura de que responderte. Esto es bastante extraño, pero ya que hemos comenzado a hablar y ya no importa mucho —suspiró—. Yo terminé con él, supongo que tenía miedo.

—¿Miedo a qué?

—Eso es lo más estúpido, no sé a qué le tenía miedo realmente —la vio rápidamente—. Disculpa la palabra, pero describe exactamente todo.

—Está bien —sonrió.

—¡Marie!

La voz de una tercera persona llamó la atención de las dos, Marie, ese era el nombre de la pequeña que estaba a su lado y la persona que estaba llamándola patacón ser su madre.

—Estas llamándote, será mejor que vayas —murmuró—. Un gusto conocerte Marie.

—¿Cuál es su nombre?

—Me llamó Juliette.

—Fue un gusto conocerla Juliette, ¿alguna vez volverá al parque?

—Posiblemente, ¿tú lo harás?

—Sí, vengo casi todos los días —sonrió—. Me gustaría seguir hablando con usted.

—¡Marie es hora de irnos a casa!

—Tu mamá esta hablándote Marie, será mejor que le hagas caso.

—¡Adiós Juliette!

—Adiós Marie.

La pequeña se despidió de la pelinegra y rápidamente fue con su madre, ella le dio una mirada a Juliette, la chica se limitó a saludarla desde lejos, el saludo le fue devuelto y luego ambas se fueron.

—Genial. Esto ha sido lo más extraño que me ha pasado. Tengo que regresar al trabajo.

Juliette se puso de pie y terminó de comer su sándwich para así dejar su basura en los contenedores y dirigirse a su trabajo.

Habían pasado tres días desde la llegada de Mason a Sídney y se han visto varias veces desde ese día. Mientras Juliette compraba su comida Mason le dijo que el fin de semana no estaría en la ciudad ya que sus padres y él irían de visita a la casa de sus abuelos paternos.

«He hablado sobre cosas sentimentales con una niña de nueve años después de haber estado discutido sobre la existencia del amor verdadero

Juliette marcó el piso al que se dirigía, las puertas del elevador estaban a nada de cerrarse, pero estas fueron detenidas con unas manos que volvieron a abrirla. Cuando la pelinegra vio quien era la persona que intentaba entrar al elevador quiso salir corriendo y esperar a que él subiera primero.

Luke al igual que ella se quedó inmóvil por un par de segundos, pero después terminó entrando, tenía prisa por llegar a su oficina, una vez estando adentro las puertas no tardaron en cerrarse y ponerse en servicio, ambos se dirigían al mismo piso por lo que ambos permanecieron en sus lugares, tensos y sin intenciones de crear conversación. Esa vez no hubo algún saludo por parte del rubio y Juliette sabía que no la tendría.

Podía sentir su indiferencia hasta por la forma en la que estaba respirando, pero ella no esperaba menos, después de todo lo había dejado en el restaurante solo, ella sabía que Luke solo estaba tratando de ser amable, pero su amabilidad estaba poniéndola muy nerviosa.

Juliette pudo notar como ahora el rubio vestía con una camisa blanca, no habían sacos o corbatas. Le favorecía mucho. Ella se concentró en otra cosa que no fuese él, bajó su vista hasta sus pies que había comenzado a mover, estaba tratando de pensar en cualquier cosa que no involucrara a la persona que tenía a su lado, pero no parecía funcionar.

Pues recordó la conversación que había tenido con Marie hace unos minutos...porque sí, él era el novio del que estaba hablando.

Por suerte antes de que el ambiente se pusiera más incómodo las puertas del elevador se abrieron, siendo Luke el primero en salir y de cierta manera eso la tranquilizó. Pero no dejó de pensar en su notable indiferencia hacia ella, esa no era la primera vez que se encontraban en el edificio y desde que llegó Luke siquiera se ha detenido a saludarla.

Y ella no había sido la única que había notado esa indiferencia, muchos en la oficina también lo habían notado.

𝑺𝒂𝒕𝒆𝒍𝒍𝒊𝒕𝒆 | luke hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora