A veces, cuando me detengo a observar a las personas de mi alrededor, noto que todas ellas están felices rodeadas de sus familias, amigos o parejas. Si les prestas un poco de atención, sus sonrisas y sus ojos brillantes podrían encandilar a cualquier persona, pero para ser sincera nadie miraba esos pequeños detalles, solo yo. Pienso que si los analizo lo suficiente podría contagiarme de aquella luz, pero sé que no es así solamente porque mis ojos son capaces de encenderse gracias a una única persona. Sin embargo, me gusta mirar como el resto es feliz, es un trago dulce y amargo para mi alma; dulce porque soy capaz de recibir la calidez que los rodea por breves segundos, triste porque no puedo obtenerla de forma autóctona y, como ya había mencionado, dura muy poco tiempo.
Cuando salgo a la calle se me hace inevitable sentirme totalmente excluida, ser feliz, poder brillar, no era algo a lo que estuviera acostumbrada y esa es la razón por la cual soy diferente a ellos.
Me ha tocado vivir una vida muy difícil, me hice cargo de mí misma desde que era una joven adolescente, estaba sumida a un punto inquietante de mi vida donde no quería seguir, pero tampoco podía volver. Cuando pienso en cuanto me costó sobrevivir, solo puedo suspirar con cansancio, porque después de todos los males que tuve que atravesar, nada de eso era realmente importante para mí, porque vivía para una sola persona, la misma que me salvó cuando me sentía sola y miserable, hizo que quisiera salir adelante y seguir viviendo, fue mi verdadera luz. Hizo que, por primera vez, me sintiera como todas aquellas personas que veo a diario, vi en sus ojos la luz que me impulsó a seguir batallando, esa luz no me encandilaba, me llenaba de vida. Y ahora véanme aquí.
Actualmente, con 19 años, no tengo la misma vida que cualquier adolescente, deje la escuela hace tiempo, ni siquiera tengo amigos o personas a mi alrededor. Sobrevivo gracias a mis propios esfuerzos con un sueldo para nada prometedor. Trabajo limpiando pisos en un centro comercial, no es el mejor de los ambientes laborales que alguien podría imaginar o desear, pero me ayuda a pagar el alquiler y mis gastos, eso era más que suficiente, con eso me bastaba. Creo que hablé demasiado de mi triste vida, pero aún no me he presentado correctamente.
Mi nombre es Choi Jae Hee.
Y como he dicho antes, mi vida gira entorno de una sola persona.
Y esa persona se llama Jeon Jungkook.— I like it — Susurré.
La música sonaba en mi móvil, regalo de mi antiguo jefe porque según él "la música y la comunicación liberaban los males del mundo" y vaya que tenía razón. La agradable melodía llenaba por completo mis oídos dibujando una gran sonrisa en mi rostro. Tarareaba la canción una y otra vez mientras recortaba algunas fotografías sobre el escritorio de mi habitación.
El clima no estaba de buen humor, el viento soplaba fuerte y una diminuta llovizna adornaba el cristal de la ventana. Decidí apagar momentáneamente la música en mi reproductor para poder escuchar mejor las noticias, subí al máximo el volumen del televisor.
"Bangtan Boys estará mañana firmando autógrafos en IFC Mall, en Yeongdeungpo-gu, Seoul. El horario de apertura del centro comercial es a las 10AM pero la firma comenzara recién a las 1 de la tarde, entregarán merchandising oficial y..."
Escuché lo que necesitaba y apagué el televisor volviendo a encender la música. Mañana estarían en mi lugar diario de trabajo, desde luego ya lo sabía, pero con la diferencia de que mañana era una ocasión especial porque estarían ellos. Me gusta este grupo desde antes de su debut, cada canción traspasa mi alma y me hace emocionar, encuentro un consuelo jamás antes brindado en cada melodía. Por fin podría verlos de cerca y especialmente a él. Había pasado un tiempo desde que no lo veía.
No había parte en donde no lo siguiera, seguía sus pasos sin ser un problema para él. Verlo a lo lejos me reconfortaba, me conformaba con solo eso. Pero llegue a un punto en el que sentía que no era suficiente, necesitaba tenerlo mas cerca.Salí de mi habitación y saludé a mi perro que venía feliz moviendo su cola.
— Hola, Milo. —Saludé sonriente, para después tomarlo entre mis brazos y abrazarlo fuertemente. — No extrañes mucho a mamá hoy ¿De acuerdo? —este me respondió dando pequeñas lamidas a mi mejilla, ocasionándome una risa. Aquel cachorro era mi única compañía y, siendo completamente sincera, lo prefería a él antes que al grupo de personas falsas con las que tenía que convivir todos los días. Fui hacia la cocina en busca de su alimento.
— Lo sé, tenías hambre. Come bien, pequeño. —acaricié su pelaje una última vez, esperé unos minutos a que terminara para llevarlo a su cucha y asegurarme que se quedara dormido antes de marcharme. Lo cuidaba como si fuera mi propio hijo, no podía hacer menos, prometí que lo mantendría a salvo.
El día en el trabajo era agotador, pero no me importaba en absoluto. Me permitieron salir más temprano pero mañana debía estar una hora antes, la llegada de BTS debía ser exitosa, teníamos que tener todo limpio y bajo control. Decidí aprovechar aquella oportunidad para comprar las despensas de mi hogar y luego regresé rápidamente, antes de que la lluvia fuerte que amenazaba con llegar me tomara por sorpresa. Cuando llegué a casa vi a mi pequeño cachorro durmiendo, tal y como lo dejé, me acerqué dándole un beso de buenas noches para retirarme mi propia habitación.
Ni bien entré, lo vi de vuelta, estaba ahí tal y como lo había dejado. Su angelical y hermoso rostro pegado por todos lados, jamás me cansaría de verlo, era tan perfecto. Su sonrisa, sus ojos que parecían tener una constelación completa en ellos. ¿Cómo no adorarlo? Me llenaba de felicidad con tan solo verlo, sentía que mi esfuerzo era bien recompensado en cuanto entraba a mi cuarto, y mis paredes me recibían con su rostro. Cerré la puerta con delicadeza, y me apoye en ella, me quedé en silencio observando cada una de sus fotos, una tonta sonrisa aparecía cada vez que lo hacia.
— Mañana te veré de nuevo, espera por mí solo un poco más. —Dije acercándome a uno de los tantos posters allí pegados y dejando un beso en este.
— Buenas noches mi amado Jeon, que descanses. —Le dediqué una última mirada para luego recostarme en mi cama.
El día que seguía sería completamente agotador, iba a verlo después de un tiempo, eso valía más que cualquier agotamiento, mi recompensa era sin dudas mayor al cansancio que me ocasionaría conseguirla.
El sonido de la alarma golpeó dulcemente en mis oídos, me desperté sonriente ya que escuchaba una de mis canciones favoritas. Me estiré un poco y luego me levanté rápidamente para tomar un baño. Preparé mi desayuno y le di de comer a mi cachorro con una gran sonrisa.
— Llegó el gran día. Finalmente volveré a ver a tu papá. —Recibí como respuesta una cola balanceándose, mi sonrisa solo se curvó aún más.
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¡Espero nos acompañen nuevamente!
Decidimos editar esta historia porque vimos muchos errores dado que la habíamos escrito hace mucho tiempo. La historia no va perder el hilo que ya tiene, simplemente vamos a detallar mas o modificar cosas pequeñas. Iré subiendo los capítulos a medida que los vaya teniendo editados.
Gracias a las personas por tantos comentarios y votos durante todos estos años, jamás pensamos que esta historia iba tener tantas lecturas. Así que lo agradezco mucho ♥
En serio me encanta ver sus comentarios, gracias a las personas que vuelven a releer la historia y a las personas que lo lean por primera vez, bienvenidxs, espero que le guste ♥
PD: Cambie la portada también, espero les agrade <3
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Punto Final ღ «Jungkook»[EN EDICIÓN][1er Temporada/CVTuG?]
Fiksi PenggemarMi pulso rebotaba en mis oídos, la taquicardia era mas fuerte ante el peligro inminente. Mi alma estaba desecha, al igual que mi vida. Había llegado a ese punto, en donde ya nada importaba, en donde seguir respirando cada día se hacia mas difícil...