Punto Final ღ «Jungkook»[EN EDICIÓN][1er Temporada/CVTuG?]

✘ Capitulo 5 ✘

Estaba decidido, enfrentaría el problema. Me puse de pie y de manera sigilosa me acerqué hasta la puerta, cuando estaba a punto de abrirla, oí con mucha más precisión aquellos malditos pasos que venían carcomiendo mi cerebro desde hace días. El poco valor que había reunido se fue a la basura en dos pestañeos, antes de que mi cerebro procesara algo más, me encontraba a mí mismo regresando hacia mi cama, me arrojé y me cubrí, me puse de costado, dándole la espalda a la puerta y cerré mis ojos. Iba a fingir que dormía, y que pasara lo que tenía que pasar. Traté, inútilmente, de calmar mi ritmo cardíaco.

Escuché la puerta de mi habitación siendo abierta con tanta sutileza que juraría que, si realmente estuviera dormido, habría pasado desapercibido. Deje de oír ruidos, segundos después, una tibia respiración chocaba contra mi rostro. Me di ánimos a mí mismo para quedarme quieto en esa posición.

Pude sentir como mi cuerpo tenía pequeños espasmos debido al miedo, había intentado copiar la forma de dormir de mis compañeros y hubiera funcionado al cien por ciento si no tuviera a aquella persona tan cerca de mis labios. Me obligué a dejar de temblar, se daría cuenta, lo que menos quería era tener que ver nuevamente esa sonrisa escalofriante. Continué en aquella posición, como si nada malo ocurriera, como si realmente estuviera dormido.

Cuando creí que las cosas no podían ponerse más tenebrosas, sentí una mano sobre mi frente, estaba quitando mis cabellos de allí y acomodándolos, para sumarle a esta experiencia horrenda, escuché como reía lo más bajito que podía para no despertar a nadie. Deseaba que se carcajeara, con ella allí, todos me creerían y esta situación tendría un fin.

— Definitivamente tu eres la persona más perfecta que pude haber conocido, Jeon Jungkook. Incluso durmiendo pareces un ángel. Pero me lastimaste mucho la última vez que nos vimos —Afirmó con un tono de tristeza.

"La última vez que nos vimos" ¿Acaso la conocía? Su voz, por más baja que hablara, se me hacía terriblemente conocida. Unas ganas inmensas por abrir mis ojos se apoderaron de mí. Quería saber quién era. Traté de pasar desapercibida mi curiosidad, intentando que ella no notara mi maravillosa actuación.

— No soy celosa, ni rencorosa, mi amor. Espero con ansias el día en el que me recuerdes. — Finalizó, besando mi mejilla.

Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo al sentir los fríos labios de la chica sobre mi mejilla. Me asombró lo increíblemente conocida que se me hacía esa sensación, como si ya lo hubiera hecho antes. Me pregunté por qué demonios me sentía así. Aquella sensación no aminoraba el hecho de que su voz era increíblemente aterradora, su simple presencia la hacía una persona oscura, ni siquiera sabía quién era, pero me daba demasiado miedo, es que intentar explicar la sensación era absurdo, no había palabras adecuadas para describirlo. A su vez, sabía que conocía su voz, la tenía tan malditamente presente en mi cabeza que me moría de curiosidad y nervios.

La valentía pareció volver a mí. Abrí mis ojos, nuevamente dispuesto a enfrentarme a mi destino, pero para mi sorpresa, nadie había allí. Voltee para mirar hacia la puerta, a la habitación en general, pero no había rastros, siquiera, de que alguna persona ajena hubiera estado junto a mí. ¿Lo había soñado todo? Las sensaciones eran tan vívidas que no sabía identificar qué demonios había pasado.

Me dirigí hacia la cocina. Allí estaba, analizando las cosas en nuestro refrigerador.

— ¿Qué piensas que estás haciendo? — Alcé la voz, me miró con aquella sonrisa.

— Sabía que estabas fingiendo dormir. — Me señaló, cubriendo su boca

No perdí tiempo, tomé una olla de nuestro estante, cubriéndome por si trataba de lastimarme. Encendí las luces y comencé a gritarle a mis compañeros. Solo en ese momento, ella dejó que su capucha se deslizara desde su cabeza, permitiéndome ver su rostro por completo. Maldita sea, la conocía, lo sabía, solamente que no recordaba de dónde. Ella me sonreía mientras yo me alejaba, aún con mis gritos. Un par de segundos después, todos mis compañeros salieron de las habitaciones, mirándome con mucha confusión.