DR.STONE (A/B/O)

ACT 3

Act 3

Escuchar llorar a Senku fue algo que le hizo sentir miserable, ver los moretones, las mordidas y ese enlace en su cuello, aún sangrando, aún en carne viva. Caían gruesas lágrimas por las mejillas del científico, miraba a algún punto perdido del lugar mientras Gen le limpiaba el rostro y sus heridas con un pañuelo húmedo, era triste, frustrante, pero el mentalista le había advertido de no hacerlo por miedo a que ocurriera algo así, los celos de los alfas como Tsukasa siempre eran agresivos, violentos en tal manera que en el mundo moderno a muchos de estos se les mantenía con supresores de alto calibre para tener a raya los instintos animales.

Ahora entendía porque los ancianos, aquellos con más experiencia en la vida, advertían con tanto recelo. "No hay nada que detenga a un alfa en celo" era tan doloroso como cierto, más con ver que Senku no quería que alguien le encontrará así, en este estado deplorable e incluso humillante, tenía la marca de la mano de Tsukasa en su cuello, ni hablar de que el aroma de ese hombre estaba pegado a la piel de Senku y sabía que si habían estado dos días ahí, dos días completos en un celo de alfa, la probabilidad de que resulte un bebé era más de un setenta por ciento. Acarició la mejilla de Senku, le brindó mimos y consuelo, le ayudó a cambiarse ropa, a lavarse y vestirse en silencio, en calma ya que sabía bien que este lo que menos necesitaría era un bombardeó de preguntas sobre el tema.

Quizás no era tanto la experiencia, quizás no era el hecho de despertarse desorientado y sin saber que pasaba, de ver a Tsukasa a su lado durmiendo profundamente y el estar apenas cubierto con su capa. No, no era eso lo que hacía sentir miserable a Senku, era no recordar nada y sentir un dolor punzante en su útero, era sentir la marca de Tsukasa en su cuello aún fresca, era apenas entender que ahora había un alto porcentaje de que tuviera un bebé de alguien que en palabras simple…Le había doblegado aprovechando su casta.

No salió del observatorio en todo el día, le indicó a Gen que no dijera que estaba ahí, que tampoco permitiera que alguien pasara, necesitaba estar solo y tener tiempo para sí mismo, no a personas que le preguntaran sobre esos días que desapareció. En ese momento solo confiaba en Gen, quien era quizás su mayor confidente y en quien sabía que podía depositar incluso su vida si era necesario ¿Verdad?

Pero ahí no sólo Senku sufría por lo ocurrido, no sólo Gen lo lamentaba, el mismo Tsukasa estaba sin saber qué hacer, no sería capaz de mirar a la cara a Senku. Podía sentir su angustia por medio del enlace, en su mente y carne percibía un sentimiento tan desesperante que le costaba hasta respirar, casi como tener un elefante sentado en el pecho.

Siempre le dijeron que una marca significaba un vínculo tan profundo y duradero con su pareja que ambos debían estar de acuerdo en ello, que era devastador hacerla a la fuerza porque era un enlace muy particular, donde no solo era demostrar que se pertenecían, era también algo que le haría sentir cada emoción y sentimiento del otro. Ahora era capaz de sentir la tristeza, el miedo, la frustración de parte de Senku, él por su parte solo podía avergonzarse de sí mismo, no quería verle a los ojos, lo había dañado y forzado a tener relaciones tomando ventaja por su casta, aprovechando de que él podía ponerse por encima de un omega.

Irse fue un desafío, no tenía más que algunos retazos de tela para ir de vuelta a la aldea, iba a tener que verle la cara a los amigos de Senku, iba a tener que enfrentar a la mayoría ahí y estaba sintiendo de que todos sabían que había pasado. Fue directamente donde Yuzuriha a pedirle nuevas ropas, a conseguir algo con lo que tapar su desnudez, agradece internamente que apenas iniciaba la vida en la aldea, poca gente había y solo tuvo que encontrar a Yuzuriha conversando con Nikki, no le importaba nada en realidad sobre lo que ellas hablaban, solo necesitaba algo muy específico.

—Necesito ropa…—murmuró apenas, estaba con sus mejillas rojas, con el aroma de Senku incluso—Yo…

—Yuzuriha, después hablamos, debo ir a buscar madera—se excusó Nikki rápidamente al notar que Tsukasa estaba apenas cubriendo su intimidad con un pedazo mal puesto de tela.