ACT 2

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Act 2

No podía creerlo, se negaba a aceptarlo, Gen había vuelto hacía unos minutos porque Senku lo solicitaba,  lo necesitaba en ese instante debido a que esa noche iba a tener que compartir lecho con su ahora esposo. Vio a Senku ahí, hablando entre dientes, frotando sus manos en ansiedad, sin deseo alguno de ir y mirándole con un poco de desesperación, como si fuera algo más que terrible, bueno, siendo lógicos, lo era. Ese aroma a caramelo en el aire, que delataba lo nervioso que se encontraba el menor al solo saber que la noche de bodas involucraba algo natural en una pareja: sexo, pero es que también apostaba que el científico jamás había probado eso, que debía ser un total inexperto incluso besando y ni hablar de cualquier ámbito que involucre una pareja. Él mismo había escuchado de los labios de Senku más de una vez, cuando se hablaba de dicho tema, que sólo accedería a ser un chiquillo enamorado una vez la civilización se restaurara.

El destino obviamente le preparó algo distinto.

—He de suponer que será una larga noche para ti, Senku-Chan—dijo con una sonrisa tan maliciosa, sabiendo bien que eso podía significar dos cosas: que no durmiera buscando de que Tsukasa no se le acercara, o bien terminan consumando el acto.

—Lo encuentro innecesario…Todo mundo sabe que ambos solo aceptamos por compromiso político, nada más

—Senku-Chan…si vamos a mentir hay que hacerlo bien, si queremos llevar adelante esta alianza hasta lo último, una noche durmiendo juntos no es nada—respondió sin dejar de mirarle a los ojos, notando como Senku desviaba la mirada y suspiraba—Recuerda, es por un bien mayor

O eso quería que creyera Senku, que así podría seguir esa alianza de forma fructífera, que quizás el sexo no iba a ser necesario, solo dormir juntos y ya, que eso ya hacía real esa relación a la fuerza. Pero Gen no era idiota, alfa y omega se atraían casi como imanes, sabía que tarde o temprano ambos cederían en sus sentimientos poco a poco, hasta al fin dejar de lado esos miedos de expresar lo que sentía para con el otro. Alfa y omega se pertenecían, por eso… por eso ocultaba tan celosamente su casta, sus sentimientos. Un omega amando a otro omega, eso anunciaba solo un final trágico para ambas partes. Senku no podía actuar como su alfa, sería irracional pedirle eso. 

Era lo correcto que estuviera con Tsukasa… Tampoco podía pedirle a Tsukasa ser su alfa, ya que los ojos de ese hombre estaban posados en Senku desde hacía mucho antes. Las dos personas que quería debían estar juntas. Y el, bueno, como humilde espectador y maestro de cuerdas, movería los hilos para que todo saliera acorde. Al final del día, ellos necesitaban un pequeño empujón.

El banquete terminó, los músicos dejaron sus instrumentos. Era hora de que todos volvieran a sus respectivos hogares, para así dormir y dar comienzo a un nuevo día, tan exigente y tedioso como el anterior, algo que ya era más que normal en esa época de piedra. Senku fue el primero en llegar a la alcoba de bodas, el lugar donde debería consumar su matrimonio o por lo menos dormir. Estaba tan nervioso que ni se quitó el traje, simplemente se acostó, se arropó haciéndose pequeño, ocupando la menor cantidad de espacio posible. Pero mantuvo los ojos abiertos, no tenía ni una pizca de sueño. Entonces percibe el aroma a castañas tan particular de Tsukasa, escucha sus pasos pesados pero firmes. Él estaba tan o más nervioso que el propio Senku, se quitó la capa y el saco, los colocó en algún lado de la alcoba para finalmente acostarse en la cama. Se daban la espalda mutuamente, ninguno decía nada. Ninguno intentaba nada. Tsukasa se acostó sin arroparse y sin cerrar los ojos, el aroma a castañas se hizo un tanto más fuerte. 

Estaba inquieto, Tsukasa sentía el corazón latir tan rápido en su pecho y oídos. Y no entendía por qué… una parte de su cerebro razonaba que debía estar alerta, que era posible que Senku intentará algo como inyectar cianuro al verlo desprotegido. Otra parte suya, le mantenía despierto porque recordaba el beso y las mariposas que sintió en su estómago. Para Senku era similar, estaba alerta por si el primate más fuerte intentaba algo contra su persona, volver a romperle el cuello o similar.

DR.STONE (A/B/O)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora