Act 15

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Act 15.

—Fue hace cinco años, más o menos.

Amarillis procedió a contar una historia, de cuando ella siendo sólo una niña de trece años  y sus amigos fueron en bote para pasear alrededor de la isla. Con la mala suerte de toparse de frente con las manos derechas de la cabecilla de la aldea, Kirisame y Mozu, los guerreros más fuertes de su aldea. Explicó que ella vio de cerca la petrificación, como sus amigos de ese momento quedaron relegados al mar como simple basura y que ella solo pudo escapar por los pelos, ya que el resplandor se detuvo justo frente a sus narices. Salto al agua y desde ese día, se juró a sí misma volverse parte del harem del líder, tener la oportunidad de ganarse su confianza y conocer "la hechicería" que estaba detrás de aquello.

Senku escuchó atentamente, estaban reunidos por ahora en la pequeña choza de la chica. Gen sostenía en sus brazos a un dormido Tsubasa, Senku estaba sentado en la orilla de la ventana viendo el cielo estrellado y despejado de esa noche. Miró hacia arriba encarando directamente la luna que se alzaba majestuosa sobre sus cabezas, brillando en esa noche de verano. Sonrió, sonrió y rió entre dientes en ese momento, causando que el grupo volteara a verlo.

—...La petrificación, según entiendo en base del relato de Amarillis, cumple con tres cosas; uno: tiene un radio de alcance promedio, dos: debe de ser arrojada o el usuario que la usa será petrificado. Y tres: si una parte de tu cuerpo queda petrificada, con arrancarla rompes la cadena de petrificación kukuku~ —Senku sonreía largamente, como si estuviera complacido—, eso nos indica que la petrificación cumple reglas estrictas. Y todo lo que sigue una base de normas es ciencia. Si estamos combatiendo contra ciencia, no perderemos.

—Si, es cierto—, afirmó Gen sonriendo de costado, se acerca dando un besito a la nariz de Tsubasa, cubre más su cuerpo con la manta para que no sintiera el aire frío de esa noche.

—¿D-De verdad hay oportunidad?

—Claro que lo hay, tu plan tiene lógica pero según lo que describes, ellos activan el rayo cada vez que se sienten en peligro. Si haces algo remotamente extraño en el harem, puedes considerarte piedra pómez—, Senku se rasca el oído desinteresadamente, ve de reojo a Amarillis—, lo mejor sería que alguien fuerte y que sepa luchar se una al harem, para que tenga más posibilidades de quitarle el arma al cabecilla. Además de que pueda defenderse sí sus guardias intentan arrebatarle el rayo.

—¿Alguien que sepa de peleas? ¡P-pero quién podría ser…!

—¿No es obvio?—alzó la voz Kohaku, mientras se señalaba a sí misma—, esa sin duda sería yo ¿No es así?

—¿Eh?

—¿¡AH!?

—¡No deberías lucir tan sorprendido, Gen!—Ahora Tsubasa se encontraba en brazos de Senku, el nene se había despertado un poco y ahora su mamá intentaba hacerle volver a dormir, mientras Gen era sacudido sin piedad por una molesta Kohaku—¡Soy fuerte y se pelear! Además también soy una joven muy bonita ¿¡No te parece!?

—¡De que eres bonita no hay duda Kohaku-chan!—se explicaba nervioso Gen, sin darse cuenta que se ganaba cierta mirada de irritabilidad de un científico—¡Pero ser bonita no es lo que basta para entrar en un harem querida! Se necesita ciertas cosas que tú careces, Kohaku-chan.

—¿¡Ah, eso crees!?

—¡Ayuda!

—Eso no debería de ser un problema, para eso estamos nosotros aquí. Un científico, un experto en psicología humana y una asesora de moda. Como extra una opinión objetiva por parte de Soyuz y estoy seguro que Tsubasa le encantará prestar sus conchas más bonitas cómo accesorios—, comentaba Senku poniendo en su fular a Tsubasa—, haremos que Kohaku entre al harem, que tenga acceso a la aldea y nos ayude a encontrar no solo el arma petrificadora, sino también el tesoro que se esconde en está isla.

DR.STONE (A/B/O)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora