XI

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– Rog... – Brian móvil suavemente al rubio para despertarlo. – Deberíamos ducharnos. Tengo... tengo todo el abdomen pringado.

Roger sonrió al recordarlo. Lentamente abrió los ojos, encontrándose con los ojos del contrario. – Ojalá despertar cada día con unos ojos tan bonitos mirándome.

– No seas cursi. – río el más alto. – Vamos a ducharnos, venga.

Los dos chicos se levantaron y caminaron hasta el baño.

– Qué bonitos recuerdos me vienen de este lugar. – susurró Roger agarrando al mayor de la muñeca y acercándolo a él, quedando pegados. Sin pensárselo mucho, y actuando impulsivamente, como acostumbraba, el menor unió sus labios. Brian se dejó dominar por la lengua contraria, siguiendo completamente sus movimientos. Sus manos fueron a para a su culo, agarró sus nalgas y acercó mas sus cuerpos, haciendo chocar sus miembros.

– No vamos a follar en la ducha, Brian. – habló serio Roger después de separarse.

– ¿Por qué no? – Cuestionó el rizado acercando sus dedos a la entrada del menor.

– Me podría caer, Brian. – respondió con el ceño fruncido, sacándole una sonora carcajada al mayor.

– Venga Roggie, es la excusa mas falsa que he oído.  – la mano derecha viajó de sus nalgas hasta su miembro, acariciándolo suavemente.

– No es una excusa. – El más pequeño lo miró a los ojos. – Además... mañana no voy a ir a clase... tenemos toda la mañana.

– Para estudiar. – río el alto. – Tenemos toda la mañana para estudiar.

Media hora más tarde los dos chicos descansaban en la cama del de rizos. A pesar del calor que ya se empezaba a notar, Roger apoyó la cabeza en el pecho del más alto y este, le brindaba las caricias más suaves que podía. Como de costumbre, el de ojos azules fue el primero en dormir, minutos más tarde lo hizo el rizado.

(...)

– Mucha suerte en el examen. – sonrió Brian. – Puedes con ello, ¿vale? Ve tranquilo, te lo sabes de sobra.

Los dos jóvenes habían quedsdo en el cambio de clase en el baño, el mayor quería asegurarse de que Roger hacía el examen con toda la confianza del mundo.

– La historia no es mi fuerte, Brian...

El rizado depósito un dulce beso en los labios ajenos. – Te quiero. – susurró después de separarse.

Era la primera vez que alguno de ellos hablaba de sentimientos.

Una sonrisa apareció en la cara del más joven. – Yo también, Brimi, yo también. – Volvieron a unir sus labios, siendo interrumpidos por el timbre que les indicaba que ya era hora de volver a sus clases.

Ambos salieron del baño, dirigiéndose a sus respectivas clases. Si en ese momento alguien se hubiese acercado al rubio hubiese dicho que estaba a punto de darle un infarto. El corazón le latía a mil por hora pero, no era el examen la causa de esa velocidad, sino las palabras que se repetían una tras otra en su mente: te quiero.

Una hora más tarde Brian y Roger volvieron a encontrarse, esta vez, para ya volver a casa.

– ¿Y bien? – cuestionó el mayor al estar lo suficientemente cerca del rubio. – ¿Fue bien?

– Si no fuese porque cometí alguna que otra falta ortográfica habría sacado un 10.

– ¿De verdad? – la alegría que sintió Brian era inexplicable. Después de ese examen ya no habría más en todo el curso, su verano había comenzado, por fin. – Te dije que podías, me alegro muchísimo, Rog.

El camino a casa fue corto. Comerían en casa de Brian, con John y Freddie, quiénes también habían terminado los exámenes.

En estos últimos dos meses Roger y Freddie se habían distanciado un poco. Le molestaba separarse de la única persona que lo había acompañado desde pequeño, pero confiaba en que este verano volverían a unirse, y aunque Roger le hubiera prometido al rizado que no volvería a ahogar su soledad en alcohol y drogas, sabía que verano significaba fiesta.

– ¡Rubia! – gritó Freddie al ver a Roger. – Te he extrañado muchísimo. – Lo abrazó. – ¿Lo habrás cuidado bien, verdad? – preguntó desafiante a Brian, haciéndolo reír.

– Sí, Fredd, me ha cuidado muy muy bien. – respondió enseñándole las marcas rojizas que decoraban su cuello, haciendo que el persa también riera.

– Veo que lo de la bañera fue buena idea. – susurró.

– Lo fue, créeme que lo fue.

– Tendrás que contarme todos los detalles más tarde, rubia.

Entre John y Brian pusieron la mesa y cocinarom mientras que los otros dos se ponían al día de su activa y sana vida sexual.

– ¿Que te estás follando a Deacy? – preguntó desconcertado el menor.

– Tú te estas tirando al estirao' y no te digo nada. – respondió desafiante sacándole otra carcajada al de ojos claros.

– No creo que sea solo sexo... Hoy me dijo que me quería.

– ¿Qué te dijo qué? – gritó Mercury, haciendo que Roger le tapase la boca con ambas manos.

– No grites. – le destapó la boca. – Justo antes del examen, me estaba deseando suerte y simplemente lo dijo.

– ¿Simplemente lo dijo? – preguntó levantando una ceja. – Y tú, ¿que le dijiste?

– Pues... que yo también le quería... – se miró las manos. – ¿Te acuerdas cuando nos conocimos? Lo mal que yo estaba por las constantes peleas en mi casa y lo mal que me sentía yo. – Freddie asintió. – Pues las peleas han vuelto y mi soledad también. Y estar aquí estos meses, con él a mi lado, intentando sacarme del abismo... No sé Fred, fue bonito.

– ¿Mi rubia está enamorada?

– ¿Qué? No, no, no. – sonrió. – ¿Él lo estará?

Mercury no pudo evitar soltar una carcajada. – No lo sé, pero tú si lo estas, queridísima rubia.

– Que no Fred, que ya sabes que yo no me enamoro.

El mayor rodó los ojos. – No lo niegues, Roger Meddows Taylor. No cierres las puertas a sentir amor hacia él. – se levantó y empezó a andar.

– ¿Dónde vas? – el rubio se levantó y anduvo tras él.

Al llegar al salón se encontró con John terminando de colocar los cubiertos en la mesa. Brian estaba terminando de cocinar unos ricos macarrones.

Freddie se adentró en la cocina y Roger tras él.

Cuando el mayor se dio cuenta de la presencia del rubio lo miró. – Como sé que no eres muy fan de la nata, hice los tuyos con tomate y salchichas. – sonrió Brian, dejando a la vista los colmillos que tanta inseguridad le causaban.

Ese simple gesto hizo que Freddie se diese cuenta de que ambos chicos sentían algo el uno por el otro, pero debido al orgullo de ambos, se negaban a aceptarlo.

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Holi.
Antes de nada... FELIZ CUMPLEAÑOS ROGER!!!!!!!
Bueno, continúo con lo que iba a decir: se me ha ocurrido la brillante (a mi parecer) idea de escribir una historia de one shots, pero para ello, necesito de vuestra ayuda. La cosa es que me digáis una canción y en base a eso yo escribiré el resto. Si no es una canción también podéis darme un género (romance, erótico, drama, terror...) y yo escribiré el resto. En principio sería solo maylor, mas también podría hacerlo con algun miembro del grupo en específico.
Decidme qué os parece la idea y el capítulo!

Crónicas del exceso {maylor}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora