XVIII

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- ¿Desde hace cuánto tienes eso? - cuestionó el rubio observando cómo su novio sacaba de su mochila una correa de cuero.

- Hace una semana. - respondió serio. - Túmbate. - ordenó. - A partir de este momento eres mío. Seguirás todas mis órdenes, ¿vale? Si no lo haces... - con la correa golpeó su propia mano. - Tendré que castigarte.

Roger tragó saliva con pesadez, intentando asimilar el tono tan posesivo que había utilizado Brian. - Sí, papi.

- Bien... ahora, túmbate. - de la mochila sacó una cuerda, dos trapos blancos y uno negro. Una vez que su novio estuvo tumbado, anudó cada trapo blanco a sus muñecas y después, con la cuerda, las ató al cabecero de la cama. Cogió una goma de pelo que tenía en su muñeca y tras recogerse su propio cabello, recogió el de ojos azules. - Ahora quiero que me mires. No puedes hablar a menos que yo te lo ordene... si lo haces... - con la correa golpeó la cama.

El rizado se levantó y con una tremenda lentitud se quitó los boxers. Acarició una vez su miembro y miró a los ojos al rubio. Se subió a la cama de nuevo, apoyando en el colchon las rodillas y sentándose sobre sus piernas, dejando a la vista su miembro.

- Escúpeme. - habló firme acercando su mano a Roger para que este obedeciese la orden.

Una vez tuvo el fluido en su mano, lo llevo directo a su propio miembro y comenzó a masturbarse. - Mírame. - volvió a ordenar. Su mano subia y bajaba muy lento por su mano. Gemía intentando excitar más al rubio, quien tenía un notable bulto en su entrepierna.

- Brian por favor... - suplicó el rubio, a quien le empezaba a doler la pequeña tela que tapaba su miembro.

El rizado dejó de masturbarse y su semblante cambió por completo. - ¿Te di permiso para hablar? - preguntó acercándose a él. Colocó sus rodillas una a cada lado del rubio y con sus manos agarró su trasero, subiéndolo haciendo que su propia erección chocase con la del contrario. Con sus dos manos agarró fuerte sus nalgas, haciendo que su novio suspirase con fuerza. Clavó las uñas en la piel blanquecina y movió sus caderas, autocomplaciéndose. - Hoy no te portaste bien en la playa... Y ahora... Ahora serás castigado. - soltó su trasero haciendo que Roger volviese a quedar acostado sobre la cama. Brian caminó con sus rodillas, quedando estas una a cada lado del abdomen ajeno. Volvió a llevar una de sus manos a su propia erección y continuó masturbándose, dejándose caer de vez en cuando sobre el miembro ajeno.

– ¿Me dejarás a mi penetrarte? – cuestionó el de ojos azules. Sabía que no podía hablar, pero necesitaba llevar a Brian al extremo, necesitaba que lo castigase.

El rizado paró en seco y lo miró con seriedad. – No te he dado permiso para hablar. – habló firme. – Voy a tener que castigarte de verdad, Roggie... – Se levantó, Roger quedó justo de bajo de él, con la boca a la altura exacta de su miembro. El mayor introdujo su miembro en la boca ajena, haciendo que su pareja diese alguna arcada debido a la brusquedad empleada. Brian enredó sus dedos en el pelo rubio para poder introducir más su longitud, notando cómo esta golpeaba en la garganta del contrario. – Eso es Roger, chúpala.

El más joven succionaba con fuerza, quería darle el mayor placer posible, pero también quería hacerlo enfadar, por lo que, con cuidado de no hacerle más daño del debido, mordió sutilmente su miembro.

– Eres un poco rebelde, Roggie... – río mientras se separaba de él y cogía la correa de cuero y el trapo negro. Primero puso el trapo en la boca del baterista, y después, la correa, atándola también al cabecero, asegurándose de que estuviese lo suficientemente floja como para qué no fuese molesta, pero lo suficientemente fuerte para que todo saliese cómo tenía previsto. – Bien. – sonrió. – Abre las piernas. – ordenó siendo obedecido al instante. El mayor puso sus manos en los muslos de su novio, separándolos un poco más y quedando el entre ellos. Con una sonrisa de oreja a oreja comenzó a mordisquearlos y succionarlos, dejando unas marcas rojas que perduraría por unos cuantos días. Después, dejando un rastro de saliva llegó a su miembro, pero, para desgracia del rubio, no hizo mas que dejar un suave beso en la punta.

– Iba a dejar que me follases tú pero... me temo que te has comportado peor de lo que esperaba. – Volvió a colocarse entre las piernas del rubio y agarró sus caderas. Alineó su miembro con la entrada de Roger y lentamente entró en él. Lo hizo de mandera suave y lenta para no provocar demasiado dolor, ya que no había dilatado su entrada como acostumbraba a hacer.

Aunque, despues de dos años, estaba lo suficientemente lubricada.

Una vez creyó que ya estaba acostumbrado comenzó a moverse salvajemente, golpeando fuerte la próstata del menor, quien, debido a que Brian lo había atado de tal forma que no pudiese emitir sonido, mas eso no había sido suficiente pues, los gemidos que este soltaba eran lo suficientemente audibles para hacer saber al rizado que este iba a ser el mejor orgasmo de su vida.

Con su mano derecha desató la correa de su boca, mas no quitó el trapo negro.

Con la correa de cuero golpeaba suavemente el pecho ajeno, haciéndolo soltar gritos sumamente placenteros para Brian.

– ¿Volverás a comportarte mal? – cuestionó el de ojos avellana con la voz entrecortada.

Roger negó con la cabeza y escupió el trapo para poder hablar. – No, papi. – suspiró. – Ahí, dame más ahí. – gimió al notar como el alto golpeaba con fuerza su próstata. – Azótame, por favor papi.

Y esa frase fue la que volvió a Brian completamente loco, pues, mientras que con su mano izquierda agarraba fuertemente una de las nalgas del rubio, con la derecha azotaba la otra mientras que seguía embistiéndolo con fuerza.

– Me voy... me voy a ... correr. – gimió el de ojos claros.

Y como si estuviesen completamente conectados, ambos jóvenes llegaron al orgasmo.

Cuando Roger pensó que iba a ser liberado, una calidez envolvió su miembro. Brian le estaba haciendo una mamada después de darle el mejor orgasmo de su vida.

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Holi (otra vez)
No hay nada en el mundo que me de mas inseguridad que escribir este tipo de escenas, pero creo que esta no quedó mal del todo.
Anyways espero que la hayáis disfrutado, podéis decirme qué os ha parecido :)

Crónicas del exceso {maylor}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora