Ambos notaban la respiración del contrario. La tensión sexual se palpaba a kilómetros, pero no había indicios de que fuesen a dar otro paso.
De vez en cuando, alguno pasaba su lengua por su labio inferior, intentando provocar al contrario. Mas cuando Roger estuvo a punto de ceder, cuando estuvo a punto de besar a Brian, este puso su mano en el miembro del rubio.
Roger reprimió una risita y suspiró. Tenían la mirada clavada en los ojos del contrario, que brillaban como nunca antes lo habían hecho.
- ¿Quieres que vayamos al baño... o prefieres que me corra aquí? - cuestionó Roger con gracia.
Brian lo rió. - Nos quedamos aquí, Roggie. - De un rápido movimiento, bajo la cremallera del pantalón del menor y metió su mano, haciendo movimientos circulares por encima del bóxer. Cada vez hacía un poco más de presión, disfrutando como Roger intentaba no gemir. - Se te ha puesto dura.
La mano de Roger también fue a parar al miembro del contrario. - Y a ti también, Brian, a ti también.
Ambos chicos estaban mirándose, intentando no perder el control de la situación e intentando que el otro perdiese.
El rubio introdujo del tirón la mano por debajo del pantalón y de los bóxer. Su tacto era tal y como lo había imaginado. Rápidamente comenzó a masturbar al rizado, quien soltó una risita e imitó el gesto del menor, agarrando el miembro contrario y empezando a moverlo a mayor velocidad.
Y como de una competición se tratase, cada uno aumentaba más la velocidad, intentando superar al otro. Sus ojos seguían mirándose y ahora sus frentes estaban juntas.
A Roger se le escapaban los suspiros. Estaba saciando su sed de Brian y le jodía no poder gemir su nombre. El mayor, por el contrario, queriendo excitar un poco más al rubio, comenzó a susurrar.
- Más rápido, Roggie. Harás que me corra si sigues así.
Pero ninguno tenía la intención de que el contrario llegase a correrse. Querían torturarse, provocarse y que rogasen. Querían escuchar súplicas saliendo de los labios del otro.
Poco a poco comenzaron a bajar la velocidad, pasando sus dedos con lentitud por toda la longitud. Y como si se hubiesen leído la mente, quitaron las manos a la vez, soltando un gruñido al notar como el tacto contrario se desvanecía.
Ambos permanecían mirándose, con las frentes juntas. Roger notó que en su mano había un poco de líquido preseminal, por lo que, bajo la atenta mirada del mayor, lo llevó a su boca y lamió sus dedos.
- Imagínate el sabor de mi polla. Imagina tu lengua saboreando cada milímetro de mi piel. - susurro Brian con una sonrisa.
- Imagina tu polla dentro de mí, tus manos agarradas en mi culo y el sonido de nuestros cuerpos al chocar. Imagina mis gemidos, Brimi, imagíname gimiendo tu nombre.
Querían besarse. Querían terminar lo que habían empezado, hacer que se corriesen. Querían follarse. Pero no iban a ceder, no iban a perder el juego.
- Imagina mi cuerpo sudado, imagina mi cara sintiendo el placer que TÚ, me estarías dando. Imagínalo Roggie...
Y si no hubiese sido porque un grito les sacó del trance, Brian hubiese perdido.
El grito provenía de una joven de pelo negro que había tropezado y había caído al suelo.
Roger maldijo la existencia de aquella chica, pues si no hubiese sido por ella, habría provado los exquisitos labios del mayor.
Una vez el rizado se había arreglado y la erreción hubo bajado, se levantó a ayudar s la chica. Su intención principal no era ayudarla, solo quería tontear con ella para provocar al menor, quien miraba la escena con el ceño fruncido.
Una vez Brian ayudó a la chica a levantarse y comprobar que no estaba herida, le invitó a una copa. Roger vio que una joven de cabello rubio le estaba mirando, por lo que se levantó y caminó hacia ella.
- Te invito a una copa. - afirmó el rubio al tener a la muchacha en frente.
- Mejor vamos al baño y te ahorras la copa. - sonrió la rubia levantándose y agarrando al rubio del brazo para que lo siguiera.
Ese movimiento no pasó desapercibido para Brian, quien también había sido invitado a ir al baño.
Y la escena se repitió. Brian y Roger, follando con otras personas, pero pensando en ellos.
(...)
Mercury fue el primero en despertarse. Habían vuelto a dormir en casa de Brian y agradecía que así fuese. Era sábado y eso significaba comida familiar en su casa. Ese había sido una de las condiciones para que Freddie pudiese vivir solo. Todos los sábados, sin excepción alguna, debería comer con sus padres y su hermana.
Se dió media vuelta notando que, después de varias noches, al fin había podido descansar en una cama. Pero su sorpresa vino cuando se encontró a John, semidesnudo, durmiendo junto a él.
Ver como su flequillo subía y bajaba a causa de la respiración del pequeño le causó mucha ternura.
El persa se quedó mirándolo, fijándose en cada rasgo, cada detalle de la cara de John.
– Fred, Fred. – la voz de cierto rubio histérico lo sacó de sus pensamientos. – Tengo que contarte.
Y Mercury salió de la cama, acercándose a su amigo y tirando de él para que pudiesen hablar tranquilos.
– Es sobre Brian.
Freddie se sentó en el suelo, escuchando cada detalle que Roger contaba de la noche pasada.
– Es un poco turbio eso de follar con otra persona estando la persona a la que de verdad quieres follarte al lado follando con otra persona.
– Con tanto follar me he perdido. – respondió el rubio.
– Que te vayas con May. Que es obvio que ambos os coméis con la mirada y estáis deseando comeros la polla.
– No voy a ceder. – habló Roger.
– Deja tu puto orgullo a un lado, rubia narcisista y ve con él.
Las palabras de Freddie fueron introducidas por cierto rizado que apareció en calzoncillos por el pasillo. – Buenos días. – dijo bostezando Brian. – Voy a ducharme. – miró a Roger y entró al baño.
– Joder Roger, ha sido una puta invitación a que vayas con él.
– Que no, Fred, que no, que no voy a perder yo.
– Que testarudo eres. – pensó por unos segundos. – Provócale. Métete en la ducha con él y haz que sea él quien no pueda aguantar.
Y eso hizo Roger. Se levantó y se metió en el baño, desnudándose y entrando a la ducha, encontrándose con Brian, quien lo miraba deseoso.
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Holi.
Iba a narrar lo que pasa en la ducha en este capítulo pero ya suficiente con cómo ha empezado ajajajaaj.
Espero que os haya gustado <3
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Crónicas del exceso {maylor}
Storie d'amoreEntre indirectas y miradas indiscretas, entre llantos y súplicas, entre gemidos y orgasmos, entre excesos y lujos, Brian May y Roger Taylor.