XXI

73 7 0
                                    

– ¡No podemos parar las grabaciones! – Gritó Freddie fuera de sí. – ¡Tenemos unos plazo que hay que cumplir!

– Te lo estoy pidiendo por favor, Freddie. – Habló Brian muy calmado. – Roger necesita descansar.

– Roger tiene que grabar sus voces. – Dijo Freddie. – Él solito se ha metido en esto. Nadie le ha obligado a nada. Lo que pasa es que es débil.

– ¿Que Roger es débil, Freddie? – Cuestionó Brian indignado. – Roger no es débil. Ha pasado por muchas cosas y aquí sigue.

– Sí... aquí sigue... metiéndose de todo para poder con ello.

– Pues igual que tú, ¿no?

Freddie lo miró enfadado. – Calla.

– ¿Hace cuánto no vas a casa de tus padres, Freddie?

– No sigas por ahí, Brian.

– Necesitamos parar.

– ¡No! – Gritó. – Necesitamos acabar el disco.

– Eres un egoísta.

– Mira, querido, conozco a la rubia desde hace mucho y te digo yo que no va a ser capaz de dejar de drogarse. Tiene una adicción y por mucho que tú quieras negarlo, no va a dejar de drogarse.

Brian apretó los puños. – No te pego un puñetazo porque sé que estas muy drogado y porque te quiero, pero ganas no me faltan.

Freddie rió. – Desahógate, querido.

Brian lo miró y salió de la habitación.

– Tendremos un descanso. – Dijo Brian antes de irse.

– ¿Cómo fue? – Preguntó Roger al ver salir a su novio.

– Vamos a parar unas semanas.

– No era necesario parar las grabaciones... con evitar las fiestas posteriores bastaba.

–No, Rog. Necesitas, necesitamos descansar. Descansar también de nosotros.

– ¿Qué quieres decir con descansar de nosotros?

– Llevamos muchos meses los cuatro juntos, saliendo, grabando, casi viviendo. – Habló Brian tranquilo. – Creo que estaremos bien un tiempo sin vernos.

– ¿Y nosotros, Brian? – Cuestionó Roger con miedo.

– Tú me pediste que estuviese a tu lado, y eso voy a hacer. – Habló Brian tranquilo. – ¿Quieres que salgamos este finde? ¿Quieres que nos vayamos unos días lejos de Londres?

– Quiero estar contigo, en casa, tranquilos. Quiero descansar.

(...)

– Brian. – Susurró Roger. – ¿Estás despierto? – Espero unos segundos antes de volver a hablar. – No puedo dormir... ¿Brian?

Lo miró y suspiró. Se tumbó boca arriba mirando al techo.

– Joder. – Lloriqueó.

Se levantó de la cama y caminó hasta el balcón. Se sentó allí y observó la vida nocturna de Londres.

Se preguntó sobre la conversación que habían tenido Freddie y Brian. Porque conocía bien a ambos, y sabía que Brian no le había contado toda la verdad h que seguramente Freddie y él habrían acabado discutiendo.

– ¿Roger? – Escuchó una voz detrás de él. – ¿Qué haces aquí?

El rubio miró a su novio, quien permanecía detrás de él. – No podía dormir.

El silencio reinó por unos segundos.

– Brian no me siento bien. No me apetece hacer nada.

El mayor se sentó junto a él.

– Estoy triste y desanimado.

– Eso es por la cocaína Roger. Son los síntomas de la abstinencia. Durarán poco más de una semana. Una vez los pases Rog, todo será más fácil. – Habló Brian con mucha calma.

– ¿Y si no lo consigo? ¿Y si recaigo una y otra vez?

– Por eso pienso que deberías ir a un centro de desintoxicación. – Hizo una pausa. – Rog, no tienes una adicción muy grande, estoy seguro que en muy poco tiempo te recuperarás.

– Brian yo no quiero ir a un centro. – Se alteró un poco. – ¡No quiero que me trates como un enfermo!

– Nadie te está tratando así... – Suspiró. – Mira Roger, yo voy a estar aquí hagas lo que hagas. Si no quieres ir a un centro no iremos. Pero va a ser difícil. Somos dos críos Roger. Dos críos que, además, están intentando vivir de la música. ¿Tú sabes todo lo que hay en este mundo?

– ¿Piensas que soy débil? – Lloriqueó Roger. – ¿Piensas que no voy a poder con esto?

– No, Roger. Sé que podrás con esto. Pero, responde con sinceridad. ¿Tú podrás?

Roger pensó por unos segundos. Él sabía que no podría. Que recaería constantemente.

– Si voy al centro... ¿Vendrás a verme? ¿Cada día?

Brian agarró la mano de su novio. – Claro. Pasaré el día contigo, si es que lo quieres.

– Tengo miedo, Brian.

El mayor abrazó a Roger y este comenzó a llorar.

(...)

– Si todo va bien en dos semanas estoy fuera Brian. – Canturreaba Roger corriendo por el pequeño jardín de aquel centro de desintoxicación.

Había estado allí casi seis meses y había mejorado mucho. Brian había ido a verle todos los días sin excepción.

– Ya me lo han dicho Roger. – Habló feliz Brian. – Me alegro.

– Gracias. Por traerme aquí... y por no dejarme. – Roger lo abrazó.

– Te dije que no lo haría.– Besó los labios de su novio.

Roger seguía sin comprender qué había hecho para que Brian estuviese con él. Pero se sentía inmensamente feliz.

_________________________________
HOLA

JIJI PERDÓN POR DESAPARECER PERO

¡Aquí estoyy!

Un poco corto el cap, lo sé, lo sé. Tengo que reestructurarme la cabeza y la historia.

Anyways, estoy también en el fandom de Depeche Mode, y tengo dos historias sobre ellos, por si os hace pasar a leerlas.

Muchísimas gracias por seguir aquí después de tanto tiempo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Crónicas del exceso {maylor}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora