Capítulo 29

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Confrontaciones Conflictivas

Debí haberme puesto los oscuros lentes antes de volver la vista, habría sido mucho más fácil ignorar las familiares imágenes que pronto se posaron frente a nosotros, siguiendo nuestro camino de regreso a la IPS pues tenía más que suficiente por el resto de la noche. Pero en cambio, los ambarinos ojos de mis padres perdieron su color hasta devolverles su matriz natural, reconociendo mi rostro gracias a las luces que decoraban el festival dándole un cálido aspecto.

Me habían reconocido.

Y no pude evitar notar no habían cambiado mucho desde la última vez que los vi.

—Mami —el lloriqueo de Asher fue aún peor para el primer reencuentro luego de tanto tiempo, tres años para ser exactos, encajando demasiadas cosas sin mi consentimiento solo para marearme en el acto.

Si no mal recordaba, Asher tenía dos años y medio, justo el tiempo desde que me había graduado. Lo que significaba, que mamá ya estaba embarazada desde antes de mi graduación y cierto rubio no era ajeno a ello, de lo contrario, no lo hubiera llevado al hotel aquel día, posiblemente con la intención de mencionarlo.

Pero nunca lo hizo.

Entendía el porqué.

—Gracias, hermana.

Finalmente, reparé en la pronta recuperación de las facciones de Verona, adoptando una inexpresiva mirada mientras que mi padre permanecía perplejo. Sin saber qué decir o tener el valor suficiente para siquiera intentarlo. Que estupidez.

Una leve sonrisa se pintó en mis labios, despidiéndome del pequeño mientras retrocedían unos pasos.

—De nada, Asher ¿Nos vamos? —Stan asintió, girando sobre nuestros zapatos para perdernos rápidamente entre la multitud de personas en una clara huida, y Stan parecía haberlo comprendido.

—Lo siento —sus disculpas no ayudaron, mucho menos cuando tanto yo como la mujer comprendimos a lo que se refería.

—Tengo que ir —la confusión pintó mi rostro tan pronto como lo hizo la sorpresa antes aquellas palabras pronunciadas por Verona, retrocediendo lejos de su esposo e hijo.

—Verona...

Ahora Verona tenía pase libre para alcanzarnos con alguna razón en mente aprovechando Stan conocía de mi situación, molestándome.

—No te disculpes, no lo sabías —inconscientemente elevé mi voz en un tono de emergencia, adentrándonos finalmente en el oscuro bosque mientras trataba de calmarme, saliendo del campo de fuerza que resguardabatodo el bullicio del festival de la dos lunas.

Ese fue sin duda un mal movimiento.

Asher no tenía la culpa. De haber sido concebido un año después de mi graduación hubiera sido claro que me habría ofendido, puesto que hubiera sido como si mis padres buscaran un remplazo para su hija ausente, pero él ya se encontraba en el vientre de mamá incluso antes de que la graduación llegara.

Odiaba esto.

Fuertes patas ajenas a nuestras pisadas se sepultaron en la fría tierra en una pronta persecución, volviendo mi vita solo para encontrarme con el pardo pelaje lobuno antes de ser derribada, haciendo que mi cuerpo estuviera a poco de chocar con el tronco de uno de los tantos árboles que nos rodeaban, aferrando mis uñas en el suelo para frenar la fuerza con la que había sido golpeada.

—¡¿Cuál es tu problema?!

El gran lobo pardo pronto retomar su figura humana, mostrando el rostro contrariado de mi madre sin saber qué hacer ahora que había llegado hasta mí, presentándose mi padre pronto en el lugar aun conservando su lobuna figura. No fue una sorpresa ver a las chicas llegar al lugar casi al mismo tiempo que mi madre se ahogaba en su frustración, una de ellas cargando con Asher.

Reina de los VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora