𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 | Bɪʟʟʏ Hᴀʀɢʀᴏᴠᴇ

Capítulo 1: BAD BOY

➪ 𝗕𝗔𝗗 𝗕𝗢𝗬

𝘏𝘦'𝘴 𝘪𝘯𝘥𝘦𝘱𝘦𝘯𝘥𝘦𝘯𝘵 𝘢𝘯𝘥 𝘸𝘪𝘭𝘭𝘧𝘶𝘭;
𝘏𝘦 𝘥𝘰𝘦𝘴 𝘸𝘩𝘢𝘵 𝘩𝘦 𝘸𝘢𝘯𝘵𝘴 𝘸𝘩𝘦𝘯 𝘩𝘦 𝘸𝘢𝘯𝘵𝘴;
𝘏𝘦 𝘥𝘰𝘦𝘴𝘯'𝘵 𝘧𝘰𝘭𝘭𝘰𝘸 𝘵𝘳𝘦𝘯𝘥𝘴, 𝘵𝘩𝘦𝘺 𝘧𝘰𝘭𝘭𝘰𝘸 𝘩𝘪𝘮.
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Me encontraba en mi habitación tumbada en la cama mientras escuchaba música con mis auriculares. Hacía un calor horrible y solo quedaba una semana para terminar las vacaciones de verano y empezar el instituto de nuevo. Mi último año, por fin.

—Layla —me llamó mamá mientras entraba en mi habitación—. Voy a ir a la piscina, ¿quieres venir?

—No, no me apetece —respondí.

Mamá iba a cerrar la puerta pero en vez de eso se acercó a mi y me quitó los auriculares.

—¡Oye! —me quejé.

—Llevas todo el verano encerrada en casa sin salir —me recriminó.

—Eso no es cierto —dije ofendida—. He salido un par de días.

—Con tus dos únicos amigos —cogió mis auriculares y se dirigió hacia la puerta—. Irás conmigo a la piscina para socializar un poco.

—En la piscina solo van los niños pequeños y la gente mayor.

—¿Me estas llamando vieja? —no respondí y mamá suspiró—. Te quiero con el bañador puesto en cinco minutos.

Cerró la puerta y resoplé molesta. No podía creer que mamá me obligara a ir a la piscina. Aún así, me levanté de la cama y fui a cambiarme.

[...]

Cuando mamá y yo llegamos a la piscina nos reunimos con algunas de sus amigas y nos tumbamos en varias hamacas para tomar el sol. Al cabo de unos minutos empecé a asarme, así que decidí meterme en la piscina, pero antes de poder hacerlo, dos niños pasaron por mi lado corriendo y estuvieron a punto de tirarme al suelo.

—¡¿No os han dicho que no se puede correr en la piscina?! —les grité pero los niños pasaron de mi.

Miré a mi alrededor para buscar al socorrista y vi que estaba hablando con algunas madres. Aunque más que hablando, se podría decir que estaba intentando ligar con ellas. De esa forma, no me extraña que la gente hiciera lo que quisiera ya que el socorrista no estaba haciendo su trabajo. Me acerqué a él de mala gana y carraspeé con la garganta para llamar su atención.

—Disculpa, pero hay niños corriendo por la piscina —le dije.

El socorrista se giró hacia mi y me miró de arriba abajo. A continuación me dedicó una gran sonrisa.

—¿Esos niños te han molestado? —me preguntó.

—Pues si —respondí y me crucé de brazos—. Así que si no es mucho pedir, podrías hacer tu trabajo y vigilar que la gente cumpla las normas.

El socorrista dió una gran carcajada y volvió a fijar sus ojos en mi. Algo en su mirada hacia que me pusiera un poco nerviosa.

—¿Alguien se a ahogado? —me preguntó de repente.

—¿Disculpa? —le pregunté confundida.

—Que si alguien se a ahogado —repitió.

—Pues... Yo no he visto a nadie...

—Exacto —me interrumpió—. Eso significa que estoy haciendo bien mi trabajo. Así que deja que siga con lo que estaba haciendo.

—Esta bien, te dejaré ligar con madres cuarentonas, pero me parece asqueroso.