𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 | Bɪʟʟʏ Hᴀʀɢʀᴏᴠᴇ

Capítulo 8: ENCHANTED

➪ 𝗘𝗡𝗖𝗛𝗔𝗡𝗧𝗘𝗗

𝘗𝘭𝘦𝘢𝘴𝘦 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘣𝘦 𝘪𝘯 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘴𝘰𝘮𝘦𝘰𝘯𝘦 𝘦𝘭𝘴𝘦;
𝘗𝘭𝘦𝘢𝘴𝘦 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘴𝘰𝘮𝘦𝘣𝘰𝘥𝘺 𝘸𝘢𝘪𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘰𝘯 𝘺𝘰𝘶.
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Habían pasado varios días desde lo ocurrido en casa de Billy y no había conseguido hablar con él. Tampoco había hablado con Steve y Robin y empezaba a sentirme sola sin ellos. Recorrí los pasillos del instituto en busca de mis dos mejores amigos hasta que los encontré. Al principio dudé, pero finalmente me acerqué a ellos.

—Hola chicos —les saludé algo tímida.

—Hola Layla —me saludó Steve mientras Robin pasaba completamente de mí.

—Escuchad... Quería disculparme por todo lo que ocurrió y no me gustaría perderos por una tontería como esa. ¿Podréis perdonarme, por favor? Me gustaría recuperar a mis dos mejores amigos.

—Claro que te perdonamos —me dijo Steve y le dió un codazo a Robin—. ¿Verdad, Robin?

—¡Ah! —se quejó ella por el golpe, pero finalmente asintió—. Esta bien, si. Te perdono.

—Gracias, en serio —les agradecí y les di un abrazo a los dos.

—Y ahora cuéntanos —me dijo Robin a la vez que nos separabamos del abrazo—. ¿Sigues saliendo con Hargorve?

—Hace un par de días que no nos vemos —respondí.

—¿Porque? —me preguntó Steve—. ¿Ese idiota te ha echo daño?

—No, no es eso. Es que...

Les conté todo lo que ocurrió en su casa, como tuve que esconderme en el armario y ver como su padre le golpeaba.

—Ahora entiendo porque Hargorve es así —comentó Robin.

—Ni se te ocurra volver a esa casa, Layla —me dijo Steve.

—Lo sé —dije.

El timbre sonó y eso significaba que era la hora de la comida, así que los tres nos dirijimos a la cafetería. Una vez cogimos la comida y nos sentamos en la mesa de siempre, vi como Billy estaba sentado en otra mesa junto a un grupo de chicos.

—Ahora vengo —les dije a Steve y a Robin y me levanté. Fui directa a la mesa donde estaba Billy y una vez llegué, me detuve a su lado—. Billy, ¿podemos hablar?

Este se giró. Parecía algo sorprendido de verme.

—Ahora no puedo —respondió.

—¿Quién es, Hargrove? —le preguntó uno de los chicos mientras me miraba.

—No es nadie —respondió él.

—¿No soy nadie? —le pregunté molesta.

—Oye, déjame tranquilo. Me gustaría comer sin tener a alguien molestandome.

—Muy bien, como quieras.

Me fui de la mesa mientras oía las voces de sus amigos burlándose de mi. Estaba tan enfadada con Billy que eso me parecía lo de menos.

[...]

Las clases ya habían terminado y tendría que volverme sola a casa ya que Robin y Steve tenían que ir a trabajar. Al salir del instituto, vi a Billy apoyado en su coche mientras se fumaba un cigarro. Aproveché para acercarme a hablar con él de nuevo ya que estaríamos los dos solos.