Capítulo 14: NEW ROMANTICS

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𝗡𝗘𝗪 𝗥𝗢𝗠𝗔𝗡𝗧𝗜𝗖𝗦

𝘞𝘦 𝘢𝘳𝘦 𝘵𝘰𝘰 𝘣𝘶𝘴𝘺 𝘥𝘢𝘯𝘤𝘪𝘯𝘨;
𝘛𝘰 𝘨𝘦𝘵 𝘬𝘯𝘰𝘤𝘬𝘦𝘥 𝘰𝘧𝘧 𝘰𝘶𝘳 𝘧𝘦𝘦𝘵;
𝘉𝘢𝘣𝘺, 𝘸𝘦'𝘳𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘯𝘦𝘸 𝘳𝘰𝘮𝘢𝘯𝘵𝘪𝘤𝘴.
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Todavía seguía algo tocada después de la conversación que había tenido con Billy, pero debía mantenerme firme ante mi decisión. Queriendo o no, había escogido a Eddie, o eso parecía. Aún así iba a darle una oportunidad, a darnos una oportunidad. Porque al fin y al cabo, él era bueno para mí, o eso había dicho Robin y Steve también estaba de acuerdo.
Piqué a la puerta de la caravana de Eddie y este abrió al cabo de unos segundos. Al verme, abrió ligeramente los ojos algo sorprendido.

—Preciosa, ¿que haces aquí? —me preguntó.

Le miré sin decir nada, aunque él esperaba una respuesta, así que le agarré de la camiseta y lo acerqué a mi para seguidamente besarle. Quería comprobar si sentía algo, aunque solo fuera un poco. Cuando nos separamos volví a mirarle a los ojos y seguía con esa expresión en el rostro con la cual me había recibido. Y en ese instante me di cuenta. Si sentía algo por él.

—Wow —exclamó—. No me esperaba eso.

—¿Puedo pasar? —le pregunté esbozando una sonrisa.

—Claro.

Me separé de Eddie y entré en la caravana mientras este cerraba la puerta detrás de mi.

—¿Tienes algo para fumar? —le pregunté ya que después de la conversación con Billy, a parte de estar con Eddie, también quería evadirme un poco.

—No sé si debería darte después de lo que pasó la última vez —dijo Eddie medio riendo.

—La última vez estaba perfectamente—. Bromeé y me vino a la mente lo que ocurrió después de eso, cuando fui a casa de Billy. Eliminé esos pensamientos rápidamente y me centré de nuevo en Eddie.

—Si tu lo dices, preciosa. Aún así aquí ya no me queda, pero tengo cervezas.

—Me sirve.

Eddie fur hacia la nevera y sacó dos cervezas. Me dio una y bebí un trago al igual que él.

—¿Tienes música? —le pregunté.

—Si, en mi habitación.

—¿Puedo entrar?

—Claro, ¿porque no?

—No sé, a lo mejor tu habitación está echa mierda.

—¿De verdad piensas eso de mi? —me preguntó riendo.

—La mayoría de roqueros greñudos tienen su habitación echa un desastre—respondí divertida.

—¿Y a cuántos roqueros greñudos has conocido para corraborar esa afirmacion? —siguió divertido también.

—No voy a responder a esa pregunta.

—Lo suponía.

Los dos reímos y seguidamente nos dirigimos a la habitación de Eddie. No era demasiado grande, ya que sólo había espacio para una cama y una pequeña estantería. En la pared habían varios posters colgados de grupos de música y cantantes. Encima de la pequeña estantería había un radio casette y pulsé el botón para que empezará a reproducirse uno de los casettes que Eddie tenía puesto.

—Me encanta esta canción —dijo Eddie emocionado.

Este empezó a bailar y reí al verle tan contento. Entonces, Eddie cogió mi cerveza y junto a la suya la dejó encima de la pequeña estantería. Seguidamente me agarró de las manos y me animó a bailar junto a él. Empecé a bailar también y estuvimos un buen rato saltando y dando vueltas, hasta que sonó una canción más calmada y nos juntamos para bailar más cerca. Poco a poco fuimos juntando nuestras frentes y Eddie puso su mano en mi mejilla mientras la otra la mantenía en mi cintura. Entonces, me besó con delicadeza y correspondí. Seguidamente los besos se fueron intensificando y Eddie me tumbó en su cama para besarme el cuello. Se quitó la camiseta y yo hice lo mismo. Volvimos a besarnos con intensidad hasta que nos quitamos toda la ropa por completo y terminaramos haciéndolo. Eddie lo hacía todo con delicadeza y suavidad, pero a la vez era muy intenso y pude sentir cada segundo. Al terminar, nos tumbamos en la cama abrazados el uno al otro mientras Eddie me acariciaba el brazo.

—¿Estás bien? —me preguntó—. No has dicho nada en un rato.

—Si, estoy bien —respondí con una sonrisa.

Eddie me besó en la cabeza y seguidamente se levantó de la cama para empezar a vestirse.

—Voy a preparar algo para cenar —me dijo—. ¿Quieres?

—Me encantaría, pero tengo que irme ya a casa —respondí algo apenada—. Se me a echo algo tarde.

—Claro. ¿Quieres que pase a recogerte mañana para ir al instituto?

—Esta bien.

Me levanté de la cama y me vestí también. Una vez estuvimos listos, Eddie me acompañó hasta la puerta, pero antes de que pudiera irme, este me agarró de la cintura para acercarme a él y me dio un beso largo. Al separarnos me miró con una gran sonrisa.

—Ahora si, adiós, preciosa —me dijo.

—Adiós, roquero greñudo —le sonreí también y me marché.

[...]

Eddie y yo íbamos por los pasillos del instituto para ir a nuestra siguiente clase. Había venido a recogerme esta mañana con la furgoneta, así que habíamos pasado la mayoría de la mañana juntos riendo y besándonos en cada rincón.

—Preciosa —me llamó Eddie mientras se detenía a un lado del pasillo, así que yo hice lo mismo—. Me gustaría pedirte algo.

—¿De qué se trata? —le pregunté algo confusa.

—¿Quieres... Quieres ir al baile de invierno conmigo?

—Mierda —exclamé.

—¿Eso es un no? —me preguntó Eddie algo confundido.

—¡No! ¡Digo si, es un si! —corregí rápidamente—. Es solo que no me acordaba del baile.

—Es mañana por la noche. Ya se que he esperado hasta el último momento, pero no sabía cómo pedírtelo.

—Tranquilo, esta bien.

—Entonces... ¿Aceptas?

—Claro que acepto.

Eddie me sonrió y me besó. Al separarnos le sonreí también y fuimos hacia nuestra próxima clase.

𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 | Bɪʟʟʏ HᴀʀɢʀᴏᴠᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora