𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 | Bɪʟʟʏ Hᴀʀɢʀᴏᴠᴇ

Capítulo 16: STILL

STILL

"A thousand miles away from the day that we started;
But I'm standing here with you just tryna be honest;
If honesty means telling you the truth;
Well, I'm still in love with you"
___________________________________________

No podia pronunciar palabra. Había quedado paralizada y no podía dejar de ver a Eddie y Billy. Estos dos me miraban expectantes al igual que Steve y Robin que seguían a un lado del salón observando toda la situación al detalle.

—¿Él o yo? —insistió Eddie de nuevo.

—No es tan simple, Eddie —conseguí decir tratando de justificar mi silencio.

—¿Me amas, Layla? —me preguntó cogiendome de las manos.

—Claro que te amo.

—¿Entonces por que no te quedas conmigo?

—Porque... Porque amo mas a Billy —confesé finalmente abrumada por toda la situación.

Eddie me miró sorprendido y yo le miré de la misma forma. Mis palabras fueron más rápidas que mi mente y lo dije sin pensar. Se hizo un gran silencio hasta que Eddie me soltó de las manos y se fue de la casa. Rápidamente fui detrás de él mientras le llamaba ya que no dejaba de andar.

—Eddie. Eddie, espera, por favor. Eddie.

—¿Como no pude darme cuenta? —se preguntó a si mismo en voz alta mientras seguía andando y se ponía las manos en la cabeza—. Estaba claro que le amabas más a él —se detuvo de golpe y se giró hacia mí haciendo que me detuviera también—. Sólo fui un pasa tiempo para ti, ¿verdad?

—No, claro que no, Eddie. Te he amado con todo mi corazón, pero...

—Pero siempre será él, ¿verdad? —terminó por mi—. Siempre lo será aunque te rompa el corazón miles de veces, siempre lo será aunque te deje tirada y siempre lo será aunque aparezca alguien más.

—Lo siento mucho, Eddie. De verdad —traté de disculparme al ver que negar todo eso era inútil.

—¿Sabes? Aún así me alegro por ti. Si Hargrove te hace feliz no seré quién para juzgarle. Todo esto me duele, si, pero quiero que sepas que estaré para ti siempre que lo necesites.

En cuanto Eddie dijo esas palabras las lágrimas asomaron por mis ojos. Ojalá le amara igual que a Billy, pero supongo que era la persona correcta en el momento incorrecto.

—¿Ves como no te merezco? —le dije.

—Te mereces esto y más, Layla. El problema es que no lo ves —me dijo con dulzura y se acercó a mi para darme un beso en la mejilla—. Adiós, preciosa.

Eddie subió a su furgoneta y se marchó. Yo me quedé allí de pie, tratando de asimilar todo lo que había pasado, pero seguía abrumada por la situación así que varias lágrimas cayeron de mis ojos. Realmente no me arrepentía de lo que habia dicho, por qué ahora sé que es lo que siento de verdad, pero si hubiera conocido a Eddie antes, probablemente todo hubiera sido distinto.
Volví a casa y en cuanto abrí la puerta, vi a Robin y a Steve sentados en el sofá y a Billy de pie al lado de la puerta de la cocina. Steve y Robin, al verme, se levantaron del sofá y se acercaron rápidamente a mi.

—¿Y bien? —me preguntó Robin preocupada por como habían ido las cosas con Eddie.

—Se ha ido —respondí apenada.

—¿Estás bien? —me preguntó Steve igual de preocupado que Robin.

—No lo sé —le respondí por qué realmente no sabía cómo sentirme.

Steve me abrazó para reconfortarme y yo respondí al abrazo. Robin también se unió y al levantar la mirada vi como Billy nos miraba desde la distancia sin decir ni una palabra. Su mirada coincidió con la mi y mi corazón empezó a acelerarse, así que decidí apartar la mirada y me separé de Steve y Robin.

—Siento que la fiesta haya terminado así —me disculpé con ellos ya que me sentía la responsable de todo lo que había ocurrido.

—No te preocupes —me dijo Robin—. ¿Quieres que nos quedemos contigo esta noche?

—No, no hace falta, gracias. Prefiero estar sola.

—Como quieras. Llámanos si necesitas algo.

—Eso haré.

—Nosotros acompañamos a Hargrove a la puerta —me dijo Steve y se giró hacia Billy.

Este se dirigió a la puerta junto a Robin y Steve y antes de salir, me miró una última vez, como si esperara que le dijera algo, pero lo cierto es que ya le había dicho todo lo que quería oír.
Todos se fueron y me quedé sola en casa. Tenía todo por recoger, así que lo dejé todo limpio para que cuando vinieran mis padres después del fin de semana no se dieran cuenta de que había traído gente a casa y fui a mi habitación dispuesta a acostarme ya que había sido una noche muy agotadora, pero en cuanto entré en mi habitación, vi a Billy de pie al lado de mi ventana e intuí que había entrado por allí.

—Billy —le llamé sorprendida—¿Que haces...?

—Se que has dicho que querías estar sola, pero no podía irme después de lo que ha ocurrido —me dijo rápidamente.

—¿Y estás contento? —le pregunté algo molesta—. Eso es lo que querías, ¿verdad? Que Eddie quedara humillado delante de todos.

—Claro que no.

—Billy, vamos. Que nos conocemos.

—Oye, no te cabrees. Quien a escogido has sido tú. Así que no te enfades conmigo por algo que has dicho tu.

Le miré sin poder responder a su comentario. En parte tenía razón, pero seguía molesta por el numerito que me había montado.
Entonces, Billy se acercó a mí y trató de agarrarme del brazo, pero me aparté.

—No —me negué.

—Nena... —me llamó.

—No —repetí.

Billy volvió a insistir tratando de agarrarme del brazo para acercarme a él, pero le golpeé en el pecho para que parara. Al parecer, no quería darse por vencido, así que los dos empezamos a forcejear hasta que Billy consiguió abrazarme y empecé a llorar por lo que había ocurrido y la situación en si.
Cuando ya estuve un poco más calmada, Billy me soltó y le miré fijamente.

—Lo siento, no quería golpearte —me disculpé.

—Lo sé, tranquila —me dijo y puso su mano en mi mejilla—. ¿Te arrepientes?

—No —le respondí sincera y sentí que debía preguntarle lo mismo—. Billy, ¿me amas?

—Demasiado —me respondió mientras sus ojos brillaban.

Quise sonreír, pero antes de poder hacerlo, Billy me besó en los labios y correspondí en seguida. Nuestros besos fueron intensificándose hasta que los dos nos tumbamos en la cama y empezamos a quitarnos la ropa para poder hacerlo.