Capítulo 9: I WANNA BE YOURS

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𝗜 𝗪𝗔𝗡𝗡𝗔 𝗕𝗘 𝗬𝗢𝗨𝗥𝗦

𝘚𝘦𝘤𝘳𝘦𝘵𝘴 𝘐 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘩𝘦𝘭𝘥 𝘪𝘯 𝘮𝘺 𝘩𝘦𝘢𝘳𝘵;
𝘈𝘳𝘦 𝘩𝘢𝘳𝘥𝘦𝘳 𝘵𝘰 𝘩𝘪𝘥𝘦 𝘵𝘩𝘢𝘯 𝘐 𝘵𝘩𝘰𝘶𝘨𝘩𝘵;
𝘔𝘢𝘺𝘣𝘦 𝘐 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘸𝘢𝘯𝘯𝘢 𝘣𝘦 𝘺𝘰𝘶𝘳𝘴.
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Llegó el fin de semana y lo pasé con Steve y Robin. Primero fuimos al centro comercial para comprar algo de ropa para Robin y para mi, y la verdad es que Steve se veía muy gracioso aguantandonos las bolsas. Después de eso, fuimos a tomar un helado y al día siguiente lo pasamos en los recreativos jugando a videojuegos. Una vez terminó el fin de semana, los tres volvimos al instituto el lunes por la mañana.

—Gracias por este fin de semana, chicos —les agradecí mientras caminábamos por los pasillos—. Hacia tiempo que no salíamos los tres juntos.

—Pues si —dijo Robin—. Deberíamos hacerlo más a menudo.

—Entonces el próximo fin de semana repetimos —propuso Steve.

—Echo —dije.

—Layla —me llamó Eddie mientras se acercaba a mi por el pasillo—.¿Podemos hablar un momento?

Miré a Steve y Robin.

—Te esperamos en la biblioteca —me dijo Robin.

Asentí y los dos se fueron.

—¿Pasa algo, Eddie? —le pregunté.

—Esta noche hay un pequeño concierto en un bar y mi grupo y yo actuaremos allí —me contó—. Así que quería invitarte para que vinieses. Ya sabes, para salir contigo —se puso nervioso al instante—. Bueno, no quería decirlo así. Quiero decir... No en plan cita. Yo...

—Me encantaría —le interrumpí y me miró con una gran sonrisa.

—Genial. ¿Quieres que vaya a recogerte?

—No hace falta, ya iré yo.

—Esta bien. Te esperaré en la puerta a las diez.

—Allí estaré —le sonreí y Eddie me sonrió de vuelta—. Bueno, ahora debo ir a la biblioteca con Robin y Steve.

—Claro. Nos vemos luego.

Volví a sonreírle y me encaminé por el pasillo. La verdad es que Eddie me encantaba. Era dulce, atento y muy divertido y había sido un detalle por su parte invitarme a su concierto. Me moría de ganas de ir y verle.

[...]

Eran casi las diez, pero llegué unos minutos antes al bar a causa de los nervios. Durante la tarde me había dedicado a ducharme, vestirme y maquillarme para estar bien arreglada. En la puerta del bar, estaba Eddie y al verme, me saludó con la mano, así que me acerqué a él.

—Estas preciosa —me dijo Eddie a la vez que me cogía de la mano y me daba una vuelta.

—Muchas gracias —le agredcí a la vez que me ruborizaba un poco—. Tu también vas muy guapo.

—Pero no tanto como tu. Y mira que me había esforzado en arreglarme, pero seguro que todo el mundo va a mirarte a ti en vez de mi actuación.

—No seas exagerado —reí—. Una vez empieces a tocar, todos se girarán para mirarte.

—Eso espero —rió y un chico se acercó a nosotros.

—Eddie, en cinco minutos salimos —le avisó.

𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 | Bɪʟʟʏ HᴀʀɢʀᴏᴠᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora