Capítulo 12: DELICATE

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𝗗𝗘𝗟𝗜𝗖𝗔𝗧𝗘

𝘐𝘴 𝘪𝘵 𝘤𝘰𝘰𝘭 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘴𝘢𝘪𝘥 𝘢𝘭𝘭 𝘵𝘩𝘢𝘵?
𝘐𝘴 𝘪𝘵 𝘤𝘩𝘪𝘭𝘭 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘺𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘪𝘯 𝘮𝘺 𝘩𝘦𝘢𝘥?
'𝘊𝘢𝘶𝘴𝘦 𝘐 𝘬𝘯𝘰𝘸 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘪𝘵'𝘴 𝘥𝘦𝘭𝘪𝘤𝘢𝘵𝘦
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Al despertar a la mañana siguiente vi que Billy no estaba en la cama. Me levanté rápidamente y me percaté de que la ventana estaba entre abierta. Supongo que habrá salido por allí. Aunque no entendía por qué no me había dicho nada. Después de todo lo que me dijo anoche... A lo mejor no recordaba nada y por eso se a ido.

—¡Layla! —me llamó mamá desde el comedor—. ¡Baja un momento!

Me vestí rápidamente y bajé al comedor. Entonces, vi como mamá estaba hablando animadamente con Eddie.

—Eddie —le llamé sorprendida de verle—. ¿Que haces aquí?

—Dice que viene a llevarte al instituto—respondió mamá por él—. ¿No es genial, cielo?

—Ah... Si.

—Veo que has escogido muy bien a tus amigos. Todos son de lo más agradables.

—Muchas gracias, señora Harmon —le agredeció Eddie.

—El otro día vino ese chico... ¿Como se llamaba...? —intentó recordar mamá.

—Mamá, déjalo —le pedí ya que sabía a quien se refería.

—Bill... ¡Billy! ¿Verdad? Ese chico era de lo más encantador.

—Si, mamá, pero tenemos que irnos.

—Claro, claro. No quiero que lleguéis tarde por mi culpa.

—A sido un placer conocerla, señora Harmon —le dijo Eddie mientras los dos nos dirigíamos hacia la puerta.

—El placer a sido mío, querido —le dijo mamá con una gran sonrisa.

—Adiós, mamá —me despedí y salimos de la casa.

Eddie me dirigió hacia su furgoneta, así que nos montamos y fuimos hacia el instituto. Todavía quedaban unos 10 minutos para llegar y ninguno de los dos había dicho nada. A lo mejor le había molestado que mamá hablara de Billy y si fuera así no le culparia.

—¿No vas a preguntarme porque Billy estuvo en mi casa? —le preguntó para salir de dudas.

—No —respondió—. ¿Porque debería?

—No lo sé.

—Oye, esta bien. No debes preocuparte por eso. Si quieres contármelo bien y si no también.

—¿Porque eres así, Eddie?

—¿Así como?

—Tan... Perfecto.

—No soy perfecto, Layla.

—Para mí si lo eres.

Y aún así, creo que sigo teniendo sentimientos hacia otro chico.

[...]


Una vez llegamos al instituto, Eddie y yo nos encaminamos por los pasillos para ir a clase.

—Nos vemos al salir de clase —me dijo Eddie.

—Esta bien —le dije.

Eddie me sonrió y entró en su aula. A mi me tocaba en el aula del fondo, así que fui hacia ella, pero antes de entrar, alguien me agarró del brazo y me llevó hasta una aula vacía. Al levantar la mirada vi que se trataba de Billy.

—Menos mal, creí que no se separaría de ti jamás —me dijo refiriéndose a Eddie.

—¿Que quieres? —le pregunté algo molesta.

—¿Que quiero?

—Si, por algo te lo he preguntado.

—Creo que ya lo sabes.

—¿Recuerdas algo de lo que pasó anoche?

—¿Anoche?

—Si, cuando me llamaste mil veces y al ver que no te hacía caso, viniste a mi casa y entraste en mi habitación. ¿Ya lo recuerdas o quieres que te diga las cosas que me dijiste? Y por supuesto, cuando te quedaste dormido...

En ese instante Billy me tapó la boca con su mano para que dejara de hablar.

—Vale, nena. Ya lo he pillado —me dijo—. ¿Y que quieres que te diga? ¿Que repita todo lo que dije?

—No lo sé —respondí algo insegura—.¿Lo sientes de verdad?

—Te amo, Layla —le miré sorprendida ya que no me esperaba eso tan de golpe—. Ahora dilo tu. Di que me amas.

Seguí mirándole por unos segundos algo indecisa. Acababa de decirme que me amaba al igual que anoche y parecía que lo recordaba todo. Y, joder, le tenía delante de mí sincerandose de nuevo, así que, para ser honestos, yo también tendría que hacer lo mismo.

—Te amo, Billy Hargrove —le dije, confesando por fin esas palabras que tenía guardadas desde hacía tanto tiempo.

Entonces, Billy se acercó a mi listo para besarme, pero la campana sonó indicando el inicio de las clases, la cual hizo que se detuviera.

—La campana —dije lista para irme.

—Ignora la puta campana —me dijo Billy a la vez que me agarraba de la cintura y me besaba con fuerza.

Correspondí al beso, deseando por fin besarle desde hacía tanto tiempo. O, al menos, eso es lo que me había parecido a mi. Billy me sentó encima de una de las mesas para que estuviéramos a la misma altura y seguimos besándonos sin cesar. Entonces, antes de que la cosa pudiera ir a más, escuchamos cómo alguien abría la puerta. Rápidamente nos separamos y nos escondimos al lado de uno de los armarios. Billy se puso de espaldas tocando el armario mientras yo me había colocado delante de Billy, bien apretados para que no se nos viera. Eché un pequeño vistazo y vi como uno de los profesores había entrado para coger una pila de libros y seguidamente se iba del aula dejándonos solos de nuevo. Miré a Billy y este me miró de vuelta. Entonces, Billy se echó a reír exageradamente y le golpeé en el pecho algo molesta.

—No hace gracia, Billy —le dije—. Han estado a punto de pillarnos.

—Pero no lo han echo, ¿verdad? —me dijo después de terminar de reírse.

—Te odio.

—Eso no es lo que me has dicho antes.

Billy me sonrió y volvió a besarme, pero me separé de él automáticamente sabiendo que si no lo paraba ahora, no podría hacerlo nunca.

—Ahora si que tenemos que ir a clase —le dije.

—Vas a llegar tarde igualmente —me dijo indiferente—. ¿Que más da si son 5 o 40 minutos más tarde?

—Bueno, en realidad si que hay diferencia.

—Si te dejo irte ahora prométeme que luego volverás.

—Siempre.

Nos besamos otra vez como despedida y salí del aula para ir a mi clase. Lo que acababa de pasar parecía algo irreal, ya que no me hubiera imaginado nunca que Billy sintiera algo por mi, pero después de lo de anoche y lo de ahora, a lo mejor si que podía empezar a creerlo de verdad.

𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 | Bɪʟʟʏ HᴀʀɢʀᴏᴠᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora