𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 | Bɪʟʟʏ Hᴀʀɢʀᴏᴠᴇ

Capítulo 3: WISH YOU WERE SOBER

𝗪𝗜𝗦𝗛 𝗬𝗢𝗨 𝗪𝗘𝗥𝗘 𝗦𝗢𝗕𝗘𝗥

𝘙𝘪𝘱𝘱𝘦𝘥 𝘫𝘦𝘢𝘯𝘴 𝘢𝘯𝘥 𝘢 𝘤𝘶𝘱 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘺𝘰𝘶 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘥𝘰𝘸𝘯𝘦𝘥;
𝘛𝘢𝘬𝘦 𝘮𝘦 𝘸𝘩𝘦𝘳𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘮𝘶𝘴𝘪𝘤 𝘢𝘪𝘯'𝘵 𝘵𝘰𝘰 𝘭𝘰𝘶𝘥;
𝘛𝘳𝘢𝘥𝘦 𝘥𝘳𝘪𝘯𝘬𝘴, 𝘣𝘶𝘵 𝘺𝘰𝘶 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘦𝘷𝘦𝘯 𝘬𝘯𝘰𝘸 𝘩𝘦𝘳.
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Llegué a casa de Steve sofocada, ya que tuve que correr todo el camino. Llamé a la puerta y Steve al abrirme se sorprendió de verme.

—Creí que ya no vendrías —me dijo.

—Lo siento mucho, Steve —me disculpé—. Es que he tenido un contratiempo y no he podido venir hasta ahora.

—¿Te ha pasado algo? —me preguntó preocupado.

—No, tranquilo. No ha sido nada grave.

—Esta bien, pasa.

Entré en casa de Steve y los dos fuimos hasta el comedor. Vi como había preparado palomitas y habían un par de refrescos.

—Sientate en el sofá mientras pongo la película —me dijo.

Asentí y me senté en el sofá. Una vez Steve puso la película, se sentó a mi lado.

—Steve —le llamé y este me miró—.
Siento haber llegado tarde, de verdad.

—No te preocupes —me dijo—. Mira la película.

—Vale.

Con tan solo empezarla ya vi que era una comedia porque durante toda la película no pudimos dejar de reír. Una vez terminó, Steve y yo seguimos riendo un rato más.

—¿Has visto a ese chico? —me preguntó Steve entre risas.

—¿De verdad creía que iba a salirle bien? —le pregunté de la misma forma.

—Eso no lo sé, pero ya hemos visto que no.

Terminamos de reír y Steve se levantó del sofá.

—¿Te apetece salir un rato para tomar el aire? —me preguntó.

—Esta bien —respondí.

Me levanté del sofá y seguí a Steve hasta su patio, donde se encontraba la piscina.

—La última vez que estuve aquí Robin terminó cayéndose a la piscina borracha —recordé riendo.

—Es verdad —dijo Steve riendo también—. Aunque puede que tu acabes igual.

—¿Que?

De repente, Steve me cogió en brazos y me tiró dentro de la piscina. Al salir a la superficie vi como Steve no paraba de reírse.

—¡No puedo creer que acabes de hacer eso! —le grité algo molesta.

Steve siguió riéndose, así que me acerqué a él desde dentro del agua. Conseguí cogerle del pie y lo tiré dentro de la piscina también. Este al salir a la superfície me miró con todo su cabello por delante de su rostro y empecé a reírme a carcajadas.

—Mira quién se ríe ahora —me dijo y empezó a salpicarme.

—No hagas eso —le dije aún riendo y empecé a salpicarle también.

Seguimos salipcandonos hasta que Steve se acercó a mi y me cogió de las muñecas para que me detuviera. Vi como me miraba fijamente y yo le miré de vuelta.

—Steve... ¿Puedo preguntarte algo?

—Lo que quieras.

—¿Te pasa algo?