Capítulo 13: YOUTH

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𝗬𝗢𝗨𝗧𝗛

𝘚𝘦𝘵𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘧𝘪𝘳𝘦 𝘵𝘰 𝘰𝘶𝘳 𝘪𝘯𝘴𝘪𝘥𝘦𝘴 𝘧𝘰𝘳 𝘧𝘶𝘯;
𝘊𝘰𝘭𝘭𝘦𝘤𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘯𝘢𝘮𝘦𝘴 𝘰𝘧 𝘵𝘩𝘦 𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘸𝘦𝘯𝘵 𝘸𝘳𝘰𝘯𝘨;
𝘛𝘩𝘦 𝘭𝘰𝘷𝘦𝘳𝘴 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘸𝘦𝘯𝘵 𝘸𝘳𝘰𝘯𝘨.
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Estaba sentada en una de las mesas de la cafetería junto a Steve y Robin. Estos hablaban entre ellos, pero yo no podía evitar mirar a Billy y a Eddie, ya que los dos estaban sentados en mesas distintas y no paraban de mirarme. Me sentía culpable ya que Eddie no sabía que horas antes me había besado con Billy y la verdad es que no estaba convencida de si seguir con eso.

—Chicos, me quiero morir —les dije mientras escondía mi cabeza entre mis brazos los cuales estaban encima de la mesa.

—No seas tan negativa, chica —me dijo Robin.

—¿Que te pasa ahora? —me preguntó Steve mientras se echaba el pelo hacia atrás—. ¿Las cosas con el bicho raro no van bien? Como te haya echo daño...

—No, no es eso —le interrumpí rápidamente—. De echo, las cosas con él van muy bien. Eddie es... Perfecto. Pero... He hablado con Billy.

—Oh, no —exclamó Robin.

—Y...

—No, no digas ni una palabra más —me interrumpió Steve—. Los tres sabemos como a acabado eso y no puede ser.

—Pero...

—Layla, escúchame —volvió a interrumpirme—. Se que todavía amas a Hargrove. Tanto Robin como yo lo sabemos, pero debes olvidarte de él y seguir con Eddie. Tu misma lo has dicho, las cosas con él van genial y no vas a cargartelas por un polvo con Hargrove, ¿verdad?

—Lo que tenía con Billy no sólo era hacer un polvo —me justifiqué.

—Lo sé, pero para él si lo era, chica —me dijo Robin.

—Pero me a dicho...

—Layla, mírame —esta vez me interrumpió Robin y la miré como me había pedido—. Billy es el típico chico embaucador, que cuando quiere una cosa está dispuesto a hacer o decir lo posible para conseguirlo. Y tu misma lo has experimentado. Lo vuestro fue muy intenso al principio, pero luego te dejó tirada sin ningún motivo y ahora quiere volver contigo.

—Seguro que es porque la otra chica le a dejado tirado —comentó Steve.

—Aunque sea así o no, sabes que tengo razón, Layla —prosiguió Robin—. Siento decírtelo, pero estoy con Steve. Deberías darle una oportunidad a Eddie y olvidarte de Billy.

Suspiré y desvié mi mirada hacia Billy. Este seguía mirándome y al darse cuenta de que yo lo hacía también, me sonrió. Volví a desviar la mirada, aunque esta vez hacia Eddie. Este seguía mirándome también y me saludó con la mano al darse cuenta de que le estaba mirando. Levanté ligaramente la mano para saludarle de vuelta y seguidamente volví a esconder la cabeza entre mis brazos. Estaba echa un lío. Por una parte estaba Eddie y por otra estaba Billy. Aunque puede que Robin tuviera razón. Tendría que darle una oportunidad a Eddie, pero lo que sentía por Billy... Era algo especial. O eso creía.

[...]


Una vez terminaron las clases, Robin, Steve y yo nos encaminamos por los pasillos para salir del instituto.

—¿Ya te has decidido? —me preguntó Robin.

—¿Sobre qué? —le pregunté.

—Sabes perfectamente de lo que hablo, chica —se refería a la conversación que habíamos tenido antes en la cafetería.

—Es difícil, ¿vale?

—Layla, no te enfades —me dijo Steve—. Sólo nos preocupamos por ti.

—Lo sé, lo siento —me disculpé.

—Tranquila —me dijo Robin.

Robin tenía razón. Tenía que decidirme ya, ya que no podía seguir con esto mucho más tiempo y aunque decidirme me pareciera casi imposible, debía hacerlo.

—Vale, creo que ya se que hacer —dije y me separé de Robin y Steve para ir por mi cuenta.

Salí del instituto y a lo lejos vi a Billy subirse en su coche. Fui rápidamente hacia él y me coloqué en la ventanilla del copiloto que estaba bajada.

—¿Puedo subir? —le pregunté.

—Claro, nena —me respondió con una sonrisa.

Subí al coche y antes de hablar suspiré.

—Antes de que arranques el coche quiero hablar contigo —le dije.

—¿Sobre qué? —me preguntó curioso.

—Sobre Eddie.

—¿Quieres hablar sobre el bicho raro? —me preguntó sorprendido—. Espero que no sigas con él.

—No estamos juntos y no le llames bicho raro.

—Si no estáis juntos, ¿qué más da como le llame?

—No estamos juntos, pero me importa. Billy, él fue el único que se preocupó por mi después de que tu te fueras con esa chica.

—¿Porque sacas ese tema ahora? —me preguntó algo molesto.

—Porque creo que tenemos que hablarlo. ¿Cómo se que a la mínima que volvamos no te irás con otra?

—Me encanta cuando te pones celosa —sonrió.

—No, no estoy celosa, Billy —dije un poco molesta—. Me preocupo por mi misma. Y se que si vuelves a hacerlo, me hundiré.

—Nena...

—Eddie es muy bueno, Billy —proseguí—. Demasiado bueno.

—Ya veo, me estás comparando con él —Billy hizo una pausa esperando una respuesta, pero no supe responder. Simplemente me quedé mirándolo fijamente—. Así que de eso se trata. No sabes a quién escoger y nos comparas a los dos. Y, claramente, quién va a terminar ganando será él, ¿no?

—Billy...

—Ya me lo dijo él en su momento. Al final se a quedado él con la chica.

—No es así, Billy.

—¿Ah, no? ¿Y entonces porque has venido a decirme todo esto, Layla? Lo único que querías era que te confirmara que yo soy horrible y que serás más feliz con él. ¿Pues sabes que? Vete con él. A la mierda con esto.

—Billy, no pretendía...

—Claro que si —intenté justificarme pero me interrumpió—. Te crees la única con sentimientos, ¿verdad? ¿Pues sabes que te digo? Sal de mi coche.

—Billy...

—Sal de mi coche, Layla. No quiero volver a repetirtelo.

Le miré detalladamente por unos segundos hasta que finalmente me decidí por hacerle caso.

—Lo siento mucho —me disculpé.

Salí del coche y una vez lo hice Billy se marchó. Noté como una lágrima caía por mi mejilla y la limpié rápidamente. Puede que me hubiese equivocado, pero necesitaba darle una oportunidad a Eddie para saber si realmente le quería a él o a Billy y aunque prácticamente acabara de cortar con él, una parte de mi sabía que era lo más correcto en ese momento.

𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔 | Bɪʟʟʏ HᴀʀɢʀᴏᴠᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora