Princesa de Inglaterra [Sehzade Mehmed]

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Vergüenza

-Mehmed yaaa -le reproché.- Ya no más -lo miré severa.- No me gustan las cosquillas.-Estábamos en mis aposentos hablando, cuando al príncipe se le ocurrió la idea de molestarme con cosquillas. Las cuales yo odio.

-Usted es muy aguafiestas princesa -lo miré mal.- Lo siento -se rió.- Mañana me gustaría que conozca a mis hermanos.

-Conozco a la sultana Mirihmah ya, y se que tiene tres hermanos más si no me equivoco.

-Así es, Selim,Bayaceto y Cihangir. Ellos te amarán eso seguro. -me sonrió.

-Me encantaría conocerlos príncipe. -hubo un corto silencio.- Ya es tarde su alteza, debería ir a descansar. Mañana nos veremos

-Hum, no me iré hasta que... -tocó su mejilla con su dedo y me miró sonriente.

-Que voy a hacer con Usted su alteza? Hace un par de días nos conocemos. Cuanta confianza.

-Dicen que tardamos cuatro minutos en enamorarnos, los días que pasen no tienen importancia.

-Claro Príncipe Mehmed, ahora ve a tus aposentos antes de que alguien sepa que estás aquí tan tarde. - El me miró a los ojos y volvió a señalar su mejilla.- Dios Mío -me reí

(Imaginen que es Mehmed jaja)

-Ahora podré irme en paz -sonrió Victorioso.- Buenas noches princesa

-Buenas noches príncipe -asentí con mi cabeza.

El salió de mis aposentos y yo me preparé para dormir como de costumbre.

[...]

Era media noche una de mis damas me despertó angustiada

-Su alteza, el príncipe Mehmed está enfermo, arde en fiebre y apenas puede respirar.

-Que Mehmed que ? -Grité de sorpresa. Y me levante lo más rápido, asimismo salí de mi habitación corriendo a la de Mehmed con mis damas a los lados.

-Su alteza no corra, podría caer

-No me importa Carla!

Entre rápidamente sin importarme nada y lo vi tendido en la cama, bañado en sudor por su fiebre. Estaba con sus ojos cerrados y su respiración era irregular. Me acerqué lo más que pude, quedando a su lado.

-Mehmed! Estas bien ?, Carla trae cebollas cortadas -ordené.

-Si alteza. -Salió de la habitación

-Señorita Stephanie, no debe estar aquí -me regañó la sultana Mahidevran.

-Usted no me dice dónde debo estar -contesté mientras tocaba la cara y cuello de Mehmed.-Dios mío estás demasiado mal. Tranquilo, se cómo bajar la fiebre -acaricie su cabello.