Abbygail Laungmoon nacida en una cuna de oro, siempre obtuvo lo que quería y a pesar de ello era una persona con un corazón noble y amable, siempre tuvo una buena relación sus hermanos y con sus padres, se podría decir que tenía la vida soñada...pe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-entonces me quieres decir que tu excelente idea resulta de que lo pongamos celoso y así el podrá recordar todo...realmente no creo que funcione, han pasado millón cosas y el no recuerda todavía nada...
-no perdemos nada con intentarlo...entonces que te parece que vayamos a una hermosa cascada que está cerca...
-tienes razón...no perdemos nada...pero hoy? ¿Iremos hoy? No creo que él quiera venir de todas formas...
-de eso me encargo yo, te parece si guardas algunas cosas mientras hablo con el...
-si claro.- vi como sonrió y le levantaba para dirigirse donde esta Luciel, sentía que íbamos a dañar lo tranquilo que estaba todo, pero sería lo último que iba a intentar para recuperar a mi Luciel.
Fui hacia la cocina a guardar algunos alimentos para llevar al paseo, y al salir hacia el recibidor me encontré con la sorpresa de que Luciel estaba hablando casualmente con Fred, no sé por qué me esperaba que se comportara como un neardenthal, pero supongo que esto es mejor.
-abby al fin estas aquí, estaba hablando con tu esposo y le encanto la idea de ir a otro lugar y conocer este bonito pueblo.-Fred sonreía como un tonto y no sé, pero algo me decía que iba a pasar algo malo.
Fred nos pidió que avanzamos que él tenía que ir a ver a una persona ya que no quería hacer de mal tercio, le dio las indicaciones a Luciel y caminamos hacia el lugar en total silencio, fue realmente incomodo, pero se me olvido cuando pude ver la majestuosidad de la cascada, solté las canasta que llevaba con la comida y corrí hacia ella.
-abby cuidado!!!!.-escuche el grito de Luciel detrás de mí, gire tan rápido que perdí la compostura y resbale, cerré los ojos esperando la caída, pero esta nunca llegó, los abrí un poco encontrándome con Luciel muy pegado a mí con su brazo rodeando mi cintura, mirándome enojado.-es que no puedes tener cuidado, el suelo esta resbaloso y tú vas corriendo como una niña pequeña...
-lo siento...yo...
-lo sientes...ja...enserio es lo único que vas a decir, sabes lo que pudiste haberte lastimado si caías, sabes lo mucho que me reclamarían tus hermanos si algo te pasara.-una nueva punzada llego a mi corazón cuando lo escuche decir eso, sabía perfectamente que lo único que le preocupaba era que mis hermanos se fueran en su contra si algo me pasaba.
