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Sus manos pasaron lentamente a su cuello, pero inmediatamente las manos de Crux pasaron a su cintura, abrazandola para pegar aún más sus cuerpos. Seguía siendo un beso lento...ambos sabiendo que eso estaba mal...ambos sabiendo que nunca debió ser así y que nadie debía saberlo.
—No...yo...tengo novio, esto...no debió pasar—Marlene se separó rápidamente sonrojada mientras tomaba su bolso con ella.
—Lo siento...yo... Me deje llevar y le pido una disculpa señorita McKinnon, eso...fue un error solamente—Crux sonrió, aunque salió más como una mueca. Apretó sus labios mientras metía sus manos a sus bolsillos. Definitivamente el ambiente era incómodo.
—Bueno...yo lo veo la próxima semana, profesor. —Marlene salió del aula rápidamente, mientras Crux quien miraba hacía otro lado, asintio.
Suspiro pesadamente y frustrado. Escucho un ulular: —Correo—murmuro.
Camino hasta la ventana donde puso identificar a una lechuza blanca con unos peculiares ojos verdes tirando a un tono azul. Desato la carta y la lechuza se alejó volando. Sonrió cuando vio de quién era dirigida.
—Malfoy ¿Me compartes a mi sobrina?—dijo Crux, mirando a Lucius quien había besado a Narcissa con anterioridad.
—Crux. —inclino la cabeza a modo de saludo—Vendre por ti más tarde Cissy, querida.
—Espero que, no estés controlando lo que hace Cissy, Malfoy. Porque sabes muy bien lo que soy capaz de hacer—Crux lo miro seriamente.
Lucius trató de sostenerle la mirada, sin embargo a los minutos la bajo asintiendo.
—Jamas podría controlar la vida de Cissy.
—Eso espero, Malfoy.
Lucius asintio y se despidió de Narcissa dejando un casto beso en sus labios.
Crux abrazo a Narcissa fuertemente—sin lastimarla— siendo correspondido.
—Me alegra verte Cissy—dijo antes de besar su frente—¿Realmente creíste que no vendría, como para traer a tu esposo?
—Sabia que vendrías, pero sabes que el mundo está cambiando, y Lucius tiene miedo—Narcissa se engancho a su brazo mientras comenzaban a caminar.
—Tal vez podrías engañar a Dumbledore, pero a mí no Cissy—Crux la miró, asegurandose de no ser escuchado por alguien más. Narcissa lo miro preocupada y ansiosa—Tranquila, no diré nada. A menos que eso tenga que ver contigo, y si es necesario sabes que tengo mis contactos, incluso dentro de sus filas.
